Dios te está esperando


“Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos. Todos los de la Junta Suprema se sorprendieron de oír a Pedro y a Juan hablar sin ningún temor, a pesar de que eran hombres sencillos y de poca educación. Se dieron cuenta entonces de que ellos habían andado con Jesús.” (Hechos 4:12:13)

“Pero ninguno de ellos pudo vencerlo, porque él hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.” (Hechos 6:10)

Andar con Jesús y hablar con la sabiduría de Su Espíritu, demuestra que somos hijos de Dios.

Ser Cristiano es más que leer la Biblia, es más que ir a la iglesia o servir en ella, es más que decir un “Dios te bendiga”. Ser cristiano es vivir la Palabra de Dios, apoyándose en ella día a día, confiando en las promesas allí escritas. Es ir a la iglesia o servir, no por sentirte “útil” sino para darle la Gloria a Dios, el servicio es una demostración de amor hacia Dios por Su creación.

Si tu vida no se transformó cuando conociste a Jesús, debes preguntarte si tu encuentro con Dios fue real. Cuando tu espíritu se unió al Espíritu Santo, tuvo que haber un cambio drástico en tu forma de ver las cosas.

Hoy quiero que realmente, incluso puedes escuchar música mientras lees este devocional, sientas la presencia de Dios en tu vida. No sé hace cuánto estás orando por aquello que anhelas, yo no sé cuánto has sufrido por aquello que te cuesta sacarte del corazón, pero hoy es tiempo de despojarnos de todo trapo viejo y carga, y descansar en el poderoso nombre de Jesús.

Cuando descansamos en Cristo, nuestros corazones se llenan de una paz indescriptible. Y eso es lo que demuestra que somos hijos de Dios. Hablar sin temor en medio de los problemas, en medio del dolor, en medio de la tristeza, demuestra que caminamos con el Salvador de nuestras vidas.

Hablar de forma positiva aún cuando todos a tu alrededor se vuelvan negativos, hablar con esperanza aún cuando no ves la salida, hablar con fe en tu corazón aún cuando estás sufriendo, demuestra que el Espíritu Santo habla a través de ti.

Hace dos noches temí por mi vida. Sufrí junto a mi familia un gran robo. Mi familia es incrédula aún, por lo tanto sus pensamientos fueron negativos. Pero en mi corazón, por sobre todo, había paz. Cuando los hombres que nos robaron nos amenazaban con sus armas, yo clamaba a Dios y oraba por protección. Se llevaron cosas materiales, más mi espíritu se fortaleció.

Es cierto que me desesperé, y por momentos en tu vida, quizás ahora, estarás desesperado, pero te invito a que cierres tus ojos y mires en tu interior. ¿Quién te hace respirar día a día? ¿Acaso tu Papá no estaría cuidando de ti? Si yo no fuera hija del Rey, quizás en la situación que atravesé las cosas hubieran salido mal.

A qué quiero llegar contándote mi testimonio. Es a que Dios estuvo conmigo en todo momento, y hoy, dos días después de que todo me ocurrió, me preguntan “¿Cómo es que estás tan tranquila?”, simplemente la respuesta es porque “Yo sé a Quién le sirvo, yo sé con Quién camino, y yo sé con la sabiduría de Quién hablo”.

Hoy debes aprender, que si tu relación en vertical (con Dios) no se muestra en lo horizontal (en tu vida terrenal), debes buscar un encuentro Real con el Padre. Dios te está esperando, Dios te ama, Dios te cuida. En medio del desierto debes aprender a hablar con la sabiduría del Espíritu Santo y sabiendo que Jesús camina contigo. ¿Cómo aprender? Ve ahora a tu habitación, clama a Dios, espera en silencio y entrégale el control total de tu vida.

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