No pierdas tu presente


Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. (Eclesiastés 3:1)

“Si quieres hacer reír a Dios, haz planes”

Esa frase la decía un muy querido profesor mío, que hace poco se fue con el Señor. Si hay algo que recuerdo de ese humilde hombre, es que en todas sus clases nos recordaba “Si quieren hacer reír a Dios, hagan planes”. Y esto lo entendí cuando conocí más a Dios.

Nuestra vida ya está escrita. Dios la puede ir modificando, pero sólo Él sabe los planes que tiene para nosotros. Entendí que si planeamos y planeamos lo que haremos mañana, pasado mañana, la semana siguiente, en 5 años, en 10 años, solamente haremos reír a Dios porque Él es quien verdaderamente hará lo que quiera en nuestras vidas.

Lo bueno es que Dios nunca hará nada que no sea utilizado para nuestro bien, escrito está. Pero ahora bien, lo que me llevó a hacer este devocional, es que veo tantos cristianos afligidos, desesperados, expectantes, preocupados por lo que pasará o no en sus vidas. Si hay algo que Dios no quiere que sus hijos carguen, es ansiedad.

“Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.” (1 Pedro 5:7) Una cosa es organizar tu agenda, a dónde irás, con quién te reunirás, eso está perfecto porque Dios es un Dios de orden. Pero otra cosa muy distinta, es estar preocupado por si te irá bien, si te irá mal, si vas a decir una palabra de más, si te van a rechazar, si no te van a mirar bien, si vas a hacer el ridículo. Esas son cosas que Dios quiere que le entregues a Él, porque Él cuida de ti.

“Hay un tiempo para toda obra y un lugar para toda acción.” (Eclesiastés 3:17) Todo aquello que anhelas en tu corazón, se cumplirá conforme a la Voluntad de Dios. Él es un Padre enamorado de los sueños de Sus hijos, pero hace las cosas a Su tiempo. Si te apresuras, te equivocarás; si te tardas, no habrá marcha atrás. Pero si esperas en Dios, toda obra será a su tiempo, toda acción tendrá lugar y todo lo que hagas te saldrá bien.

“-Marta, Marta -le contestó Jesús-, estás inquieta y preocupada por muchas cosas.” (Lucas 10:41) No te lo digo yo, te lo dice Jesús: Estás inquieto/a, preocupado/a por muchas cosas. ¿Qué es lo que te preocupa? ¿Qué carga de ansiedad llevas? ¿No crees que sea hora de descansar en Jesús?

Ya no pierdas la oportunidad de aprovechar el presente por preocuparte de tu futuro. Mira a tu alrededor, hay personas que te necesitan. Hay personas que necesitan tu ayuda, que necesitan que les hables del amor de Dios. Deja ya de pensar en el “qué pasará” y ocúpate del “qué está pasando”. No desesperes, tu futuro está en manos de Dios.

El “presente” es un presente porque es un regalo de Dios, no lo desperdicies más.

La Voluntad de Dios no está escondida


Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido. (1 Juan 5:14-15)

La Voluntad de Dios y el Plan de Dios para nuestras vidas, nunca estarán fuera de la Palabra de Dios.

¿Cómo saber cuál es la Voluntad de Dios para mi vida? Muchos cristianos se hacen esa pregunta día a día, en vez de primero preguntar “¿Qué es la Voluntad de Dios?”. Debemos primero aprender a diferenciar “Voluntad” de “Plan”.

El plan de Dios, el propósito de Dios, es aquello para lo cual Dios nos ha llamado a cada uno de forma única y especial. Es aquello para lo que te ha dado talentos y dones, aquellos sueños que ha puesto en tu corazón para que cumplas. Según Jeremías 29:11 sus planes nos llevan a un futuro de bien y de felicidad. El plan de Dios para tu vida, no está en la Biblia ya que es único e irrepetible para cada uno de Sus hijos, pero no se contradecirá a ella.

Por otro lado, la Voluntad de Dios, se trata de algo espiritual. La voluntad de Dios es aquello que Dios pide que busquemos día a día. La voluntad de Dios sí está en la Biblia. La Voluntad de Dios está escrita a lo largo del antiguo y nuevo testamento. Es por eso que muchos cristianos, aún no han descubierto el propósito de sus vidas: porque lo han confundido con la voluntad de Dios, en vez de buscar ésta primero.

Tenemos que buscar la voluntad de Dios, tenemos que buscar al Señor, y LUEGO Él nos revelará el propósito que tiene para nuestras vidas. Quiero dejarte algunos versículos como referencia, para que hoy reflexiones si has estado buscando la voluntad o el plan de Dios, y que a partir de hoy, camines en la vida con un propósito eterno:

La Voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta.

No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”(Romanos 12:2)

Si nos amoldamos al mundo actual, es decir, al artista de moda, al cantante del momento, a la moda que se utiliza, a los vicios, a las vanidades, cuando éstas desaparezcan, te desilusionarás, creerás que ya no hay nada más que te llene. Pero la Biblia te dice que NO te amoldes, que no pierdas el tiempo en eso, sino que abras tus ojos y veas que la Voluntad de Dios para tu vida siempre será buena, agradable y perfecta. Esto significa, que no pasa de moda, ya que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Su Voluntad jamás te desilusionará.

La Voluntad de Dios es que nos parezcamos a Jesús.

Porque el Señor y el Espíritu son uno mismo, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. Y nosotros no tenemos ningún velo que nos cubra la cara. Somos como un espejo que refleja la grandeza del Señor, quien cambia nuestra vida. Gracias a la acción de su Espíritu en nosotros, cada vez nos parecemos más a él.” (2 Corintios 3:18)

Dios no quiere que nos parezcamos a Jesús a través de “buenas obras”, sino que Él desea que nos parezcamos a Cristo a través de la “acción del Espíritu Santo”. Por lo tanto, no se trata de ti sino de Dios. Nosotros intentamos hacer “nuestro camino al andar”, y muchas veces dejamos a Dios fuera de ese andar, por lo tanto caminamos fuera del único Camino que es Jesucristo. Debes dejar que Dios te moldee. Abandona hoy esos muros que por miedo has construido y deja que el Señor, quien conoce tu corazón, te moldee.

Cuando te miras al espejo, ¿A quién ves? Si te miras a ti mismo, deja que Dios siga trabajando hasta que tú y los demás vean a Jesús en ti.

La Voluntad de Dios es que le obedezcamos sin perder el tiempo.

Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.” (Efesios 5:15-17)

Hay una sabia frase que leí alguna vez por allí que dice “obediencia tardía es desobediencia”. Cuando Pablo escribe esta carta a los Efesios, dice que aprovechen al máximo cada momento oportuno. Cristianos, no perdamos el tiempo fuera de la voluntad de Dios, tenemos que cambiar nuestro modo de vivir. Debemos obedecer a Dios hoy, no “algún día”. Detrás de lo que Dios nos pide que hagamos, hay un propósito; pero a ese propósito sólo llegaremos si entendemos la Voluntad de Dios.

Cuando entendemos que la voluntad de Dios es perfecta, es buena, y es agradable, nuestra mente es transformada. Cuando nuestra mente es transformada, el Espíritu Santo llenará nuestra mente de pensamientos buenos, agradables y perfectos. Cuando el Espíritu Santo nos llene, no vamos a querer pasar un día sin obedecer a Dios.

Dios es perfecto. Él quiere que haciendo Su voluntad, lleguemos a conocer nuestro propósito en esta Tierra. Si aún te sientes perdido, si aún estás desorientada y no entiendes hacia dónde te está llevando el Señor: Debes buscar la Palabra de Dios. La voluntad de Dios está escrita al cien por ciento en las hojas de la Biblia.

Cuando la leas, desearás entenderla. Cuando la entiendas, desearás vivirla. Y cuando la vivas, estarás viviendo la Voluntad de Dios, caminando con un propósito eterno y con la felicidad de una promesa eterna indescriptible. Busca hoy la Voluntad de Dios.

Dios te está esperando


“Sólo Jesús tiene poder para salvar. Sólo él fue enviado por Dios, y en este mundo sólo él tiene poder para salvarnos. Todos los de la Junta Suprema se sorprendieron de oír a Pedro y a Juan hablar sin ningún temor, a pesar de que eran hombres sencillos y de poca educación. Se dieron cuenta entonces de que ellos habían andado con Jesús.” (Hechos 4:12:13)

“Pero ninguno de ellos pudo vencerlo, porque él hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.” (Hechos 6:10)

Andar con Jesús y hablar con la sabiduría de Su Espíritu, demuestra que somos hijos de Dios.

Ser Cristiano es más que leer la Biblia, es más que ir a la iglesia o servir en ella, es más que decir un “Dios te bendiga”. Ser cristiano es vivir la Palabra de Dios, apoyándose en ella día a día, confiando en las promesas allí escritas. Es ir a la iglesia o servir, no por sentirte “útil” sino para darle la Gloria a Dios, el servicio es una demostración de amor hacia Dios por Su creación.

Si tu vida no se transformó cuando conociste a Jesús, debes preguntarte si tu encuentro con Dios fue real. Cuando tu espíritu se unió al Espíritu Santo, tuvo que haber un cambio drástico en tu forma de ver las cosas.

Hoy quiero que realmente, incluso puedes escuchar música mientras lees este devocional, sientas la presencia de Dios en tu vida. No sé hace cuánto estás orando por aquello que anhelas, yo no sé cuánto has sufrido por aquello que te cuesta sacarte del corazón, pero hoy es tiempo de despojarnos de todo trapo viejo y carga, y descansar en el poderoso nombre de Jesús.

Cuando descansamos en Cristo, nuestros corazones se llenan de una paz indescriptible. Y eso es lo que demuestra que somos hijos de Dios. Hablar sin temor en medio de los problemas, en medio del dolor, en medio de la tristeza, demuestra que caminamos con el Salvador de nuestras vidas.

Hablar de forma positiva aún cuando todos a tu alrededor se vuelvan negativos, hablar con esperanza aún cuando no ves la salida, hablar con fe en tu corazón aún cuando estás sufriendo, demuestra que el Espíritu Santo habla a través de ti.

Hace dos noches temí por mi vida. Sufrí junto a mi familia un gran robo. Mi familia es incrédula aún, por lo tanto sus pensamientos fueron negativos. Pero en mi corazón, por sobre todo, había paz. Cuando los hombres que nos robaron nos amenazaban con sus armas, yo clamaba a Dios y oraba por protección. Se llevaron cosas materiales, más mi espíritu se fortaleció.

Es cierto que me desesperé, y por momentos en tu vida, quizás ahora, estarás desesperado, pero te invito a que cierres tus ojos y mires en tu interior. ¿Quién te hace respirar día a día? ¿Acaso tu Papá no estaría cuidando de ti? Si yo no fuera hija del Rey, quizás en la situación que atravesé las cosas hubieran salido mal.

A qué quiero llegar contándote mi testimonio. Es a que Dios estuvo conmigo en todo momento, y hoy, dos días después de que todo me ocurrió, me preguntan “¿Cómo es que estás tan tranquila?”, simplemente la respuesta es porque “Yo sé a Quién le sirvo, yo sé con Quién camino, y yo sé con la sabiduría de Quién hablo”.

Hoy debes aprender, que si tu relación en vertical (con Dios) no se muestra en lo horizontal (en tu vida terrenal), debes buscar un encuentro Real con el Padre. Dios te está esperando, Dios te ama, Dios te cuida. En medio del desierto debes aprender a hablar con la sabiduría del Espíritu Santo y sabiendo que Jesús camina contigo. ¿Cómo aprender? Ve ahora a tu habitación, clama a Dios, espera en silencio y entrégale el control total de tu vida.

Llevarse el mundo por delante


“Dios mío, tú alumbras mi vida; tú iluminas mi oscuridad. Con tu ayuda venceré al enemigo y podré conquistar sus ciudades. Tus enseñanzas son perfectas, tu palabra no tiene defectos. Tú proteges como un escudo a los que buscan refugio en ti.” (2 Samuel 22:31)

El gran problema del ser humano es querer hacer las cosas a su manera, olvidando la soberanía de Dios. En mi país se dice “querer llevarse el mundo por delante”, es decir, hacer lo que quieras, como quieras, cuando quieras, solamente porque tú te conoces a ti mismo y, la frase más conocida, porque “SABES LO QUE HACES”. Te pregunto, ¿Tan seguro estás de que “sabes lo que haces”?

Te pondré un ejemplo tan claro como el agua. Has vivido por 5 años o 10 o quizás toda tu vida en la casa que vives ahora. La conoces de memoria, cada rincón, cada mueble, cada corredor. Te levantas en plena madrugada porque quieres ir a buscar un vaso de agua, está todo oscuro, pero “tú sabes lo que haces” porque conoces el camino hacia la heladera o refrigerador. Respóndeme: ¿Cuántas veces te has golpeado con algún mueble en ese recorrido? ¿Cuántas veces has querido gritar porque los dedos de tu pie chocaron contra la mesa? A mí me ha sucedido.

Y allí está el problema. A veces creemos que nos conocemos a nosotros mismos, creemos que sabemos lo que hacemos, pero cuando actuamos así, es cuando más golpes nos daremos y cuando más nos dolerá. Andar a oscuras creyendo conocer el camino, es el error más gigante del cristiano.

Necesitamos dejar que Dios ilumine nuestra vida. Debemos dejar que Él nos alumbre, que nos muestre el camino. La Palabra de Dios dice que Jesús es el camino, entonces ¿Por qué estás yendo a oscuras creyendo que sabes lo que haces? Esto me recuerda también al cuento de caperucita roja y el lobo. Una niña que quería llegar a la casa de su abuelita, le pregunta a un lobo cuál era el camino más corto, y éste le dijo el más largo para así él llegar antes y poder comerse a la niña haciéndose pasar por su abuela.

No dejes que el enemigo te haga tomar el camino más largo. No dejes que tus pensamientos se desvíen del pensamiento de Dios. Debemos mantener la palabra de Dios firme en nuestros corazones, así nuestros corazones no se desviarán por otro camino.

Debemos refugiarnos en Cristo. Debemos dejar que sea Su luz eterna la que nos ilumine, y no las luces temporales del mundo la que nos guíen. La Palabra de Dios no tiene defectos, jamás ha fallado, jamás ha abandonado a sus hijos. Es tiempo que abramos los ojos. Es tiempo de aprender a discernir lo que estamos haciendo bien y lo que estamos haciendo mal; pero no desde nuestra mirada, sino desde la mirada y el juicio de Dios.

Dios sabe lo que hace contigo. Dios sabe lo que hace en tu vida. Reconoce la soberanía de Dios. Dale el Señorío total a Jesucristo. Deja que Él guíe tus pasos a la hora de caminar. Ya no te lleves el mundo por delante queriendo hacer las cosas a tu manera. Si quieres estar en los brazos de Dios, empieza a hacer las cosas a Su manera.

De fe a FE


De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: “El justo vivirá por la fe.” (Romanos 1:17) (NVI)

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. (Romanos 1:17) (RV1960)

El Reino de Dios lo conformamos los hijos de Dios. Si los hijos de Dios, los justos, “vivirán por la fe”, significa que el Reino de Dios (y su justicia) son revelados por fe y para fe. ¿Qué quiere decir? Que sin fe no podemos pertenecer a Dios. Sin fe, dice la Palabra, es IMPOSIBLE agradar a Dios.

Y esto no se trata de “creer en Dios”, sino de “creerle A Dios”, conocerle, obedecerle.

La Biblia fue inspirada por Dios, fue escrita por hombres que tenían fe en su corazón: de ahí “se revela POR fe”. Pero Dios no quiso que solamente leamos la Biblia como un libro, Dios quiso que a través de Su Palabra, Creamos en Él, adoptemos el carácter de Cristo, cambiemos nuestro estilo de vida, vivamos para Él, y por sobre todo para aumentar la fe en nosotros: de ahí “se revela PARA fe”, para fe de nosotros los hijos de Dios.

Le pedí al Señor que me revelara por qué Él trabaja “por fe y para fe”. Y me hizo ver la parábola del grano de mostaza. Creo que es una parábola muy conocida, pero no interpretada del todo.

Jesús también les hizo esta comparación: - Con el reino de Dios pasa algo parecido a lo que sucede con la semilla de mostaza. A pesar de ser muy pequeña, cuando un hombre la siembra en su terreno, crece hasta convertirse en la más grande de las plantas del huerto. Llega a ser tan grande como un árbol, y hasta los pájaros hacen nidos en sus ramas.”(Mateo 13:31-34)

Una semilla pequeña de mostaza, del tamaño más pequeño que un grano de arroz, hace brotar una planta de hasta 5 metros de alto. Pero, no lo hace de un día para el otro. El crecimiento de esta planta, es un proceso. Es por eso que Jesús comparó al reino de Dios con este crecimiento: Porque nuestra fe, también lleva un proceso.

La pequeña fe no es la que hará grandes cosas. La pequeña fe no es la que conquistará el reino de los cielos junto con lo que el enemigo ha robado. La pequeña fe no es la que le corresponde a los hijos de Dios. La verdadera fe es aquella que lleva un proceso, aquella que comienza siendo un pequeño grano, pero confiando en Dios se transforma en algo gigante. La verdadera fe está en aquellos que cuando leen la Palabra de Dios, pueden percibir y emocionarse incluso, con las palabras de los sencillos hombres que POR FE trataron de enseñarnos cómo aumentar nuestra fe.

Somos tan ciegos tantas veces. Es cierto que hasta la más pequeña fe agrada a Dios, pero no podemos conformarnos con eso. No podemos como hijos del Rey decir “Sí, Dios me ha sacado del alcoholismo, de las pandillas, me ha sanado… pero si vieras, ahora tengo problemas económicos y no sé qué hacer…” ¡Eso es pequeña fe! Eso es creerle a Dios cuando nos conviene.

Dios quiere que los justos vivamos por fe. Su palabra lo declara: los justos por la FE y sólo por la FE, vivirán. Pero no por esa fe pequeña, sino por la FE dispuesta a crecer. Debes de dejar de vivir en esa mediocridad de creerle a Dios “a veces sí y a veces no”. Tienes que afirmarte en la Palabra de Dios.

Sube tu nivel de fe. Pasa de fe pequeña, a fe mediana, a fe grande, a fe inmensa, a fe incomparable. En Marcos 9:24 un hombre le dice a Jesús “Señor, yo creo, pero AUMENTA MI FE”. ¿Cuán seguido le pides a Dios que aumente tu fe? Si tu respuesta es “Nunca” o “Casi nunca”, te invito a que lo hagas hoy.

La Biblia es clara en sus declaraciones, si somos justos mis príncipes y princesas de Dios, debemos vivir por fe y dejar a un lado esas dudas. Dios no te ha dejado solo o sola, sólo espera que de una vez por todas te rindas a Él y entiendas que sin una FE verdadera, no lo vas a agradar.

“Porque ustedes tienen tan poca fe -les respondió-. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: "Trasládate de aquí para allá", y se trasladará. Para ustedes nada será imposible.” (Mateo 17:20) NADA será imposible para nosotros, si tenemos la fe pequeña como un grano de mostaza PERO dispuesta a crecer.

Si tan sólo tendríamos una pequeña fe, y le dijéramos “Señor, aumenta mi fe”, Él haría cosas imposibles por nosotros, para nosotros, y a través de nosotros. Este es el día en que tomes una decisión: Aumentas tu fe o vives en mediocridad.

En medio de los desafíos


Yo hice un pacto contigo, y lo sellé con sangre; por eso rescataré a tus presos del pozo seco donde ahora están, y volverán llenos de esperanza a esas ciudades que parecen fortalezas. Si hasta ahora han sufrido, yo me comprometo en este día a hacerlos dos veces más felices. (Zacarías 9:11-12)

Esta promesa fue hecha al pueblo de Israel en medio de una enemistad con otros pueblos y ciudades. Dios ama a su pueblo. Dios ama a quienes eligió para ser nación santa, y por sobre todo, Dios les es fiel a sus Hijos.

Mediante Jesús, Dios vino a traernos salvación. Nos vino a mostrar cómo poder tener la relación con ese Padre hermoso que muchos de nuestros antepasados habían tenido y perdido. Dios hizo un pacto que le valió la sangre de su Hijo. Pero, así como a Jesús le costó la vida darse por nosotros, a nosotros mucho nos costará darnos por Él.

El camino del cristiano es difícil. Es para valientes, vencedores, conquistadores, corajudos, humildes, sencillos y perseverantes. A mí me gusta llamarles “desafíos” a los “obstáculos”, porque creo que al confiar en Dios, no hay ningún obstáculo que se interponga entre Su mano y yo, solamente mi decisión de avanzar y superar esos desafíos.

Debemos de tomarnos de la palabra de Dios frente a los desafíos. El Señor nos ha COMPROMETIDO a sacarte de ese pozo seco donde te encuentras y renovarte lleno de esperanza. Tu Padre se ha COMPROMETIDO a hacerte DOS veces más feliz si ahora estás sufriendo.

Yo no sé si estás sufriendo por amor, o si alguna amistad de falló. Yo no sé si ha fallecido una persona muy cercana a ti, yo no sé si estás atravesando una enfermedad. Yo no sé si tu familia está desunida, o si no estás bien en tu trabajo o universidad. Yo no sé si tienes problemas económicos o si el lugar donde vives se ha vuelto difícil. Yo lo que SÉ es que cuando nuestro Dios PROMETE algo, lo cumple de principio a fin.

Yo sé que mi Dios todo lo puede. Yo sé que Él te ha hecho más que vencedor por medio de Cristo Jesús. Yo sé que Él no abandona a sus Hijos. Yo sé que Él tiene el poder para cambiar todo en un segundo si confías en Él. Yo sé que si has sufrido, vendrá el Espíritu Santo de repente y te dirá “¡Sal de ese pozo seco ya mismo! ¡Vuelve junto a tu Padre lleno de esperanza!”.

No sabemos la cantidad de bendiciones que Dios tiene para sus hijos si le adoramos y le honramos en medio de los desafíos. Mi hermano, mi hermana, ya no estén pidiéndole migajas a Dios cuando Él nos puede dar TODO. Eres un hijo del Rey, ya no estés esperando que algún hombre te ayude, ACEPTA HOY la ayuda de Dios.

“CLAMA A MÍ Y YO TE RESPONDERÉ…” (Jeremías 33:3). Clamemos a Dios y a nadie más que a Dios. En los desafíos de la vida, Él nos mostrará la salida.

¡No seas cangrejo!


Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. (Proverbios 3:5-6)

Quizás te resulte algo disparatado el título de este devocional, pero he aprendido tanto de esos “animales” que puedo aplicarlo al ser humano.

Los cangrejos tienen patas a cada lado de su cuerpo, y delante tienen dos grandes tenazas. Su caminar es algo que los identifica. Caminan hacia los lados, ya que si caminaran hacia el frente, debido al peso de sus tenazas, éstas se incrustarían en la arena. Dentro del agua, nadan hacia atrás cuando hay señal de peligro.

Cuán parecidos somos muchos cristianos. A veces hay cristianos que prefieren caminar de lado, se van para allá, vienen para acá, pero no caminan hacia adelante porque no quieren asumir la carga que implica avanzar. Cristianos que en medio de sus problemas, en vez de ir hacia adelante, ven peligro y se echan atrás creyendo que Dios los ha abandonado.

Un relato bíblico ejemplifica perfectamente lo que estoy queriendo decirte. Lee Jonás capítulos del 1 al 3. Jonás, profeta de Dios, es enviado por Él a Nínive para advertirles que si seguían en desobediencia, el Señor destruiría su ciudad. Imagínate el peso para Jonás, ir a decirles a un grupo de rebeldes “Obedezcan a Dios”. ¡Era una responsabilidad muy grande!

En vez de ir hacia adelante, recordando que Dios lo ayudaría a hablar delante de esa gente, Jonás se comportó como un cangrejo. Tomó un barco que iba en dirección contraria a la que Dios lo había enviado. No quería saber nada con tener que enfrentarse con esa gente, estaba huyendo de una orden de Dios.

Hoy en día no es muy diferente, tenemos miedo al qué dirán, tenemos miedo a avanzar, tenemos miedo a que por nuestra desobediencia Dios nos abandone. Nos hemos quedado en un molde, nos hemos quedado en la comodidad. “Si aquí me va bien y Dios me bendice, ¿Por qué debo moverme?” ¡Porque es una ORDEN de Dios! ¡Porque quizás el propósito de Dios esté fuera del alcance de tu mente! ¿Hasta cuándo vas a escapar del que Todo lo ve?

No guiemos nuestros pasos con nuestra inteligencia, dejemos que el Espíritu Santo nos guíe con su Sabiduría Divina. Dejemos que Dios allane nuestras sendas, que nos permita ver que ninguna carga será mayor que Su misericordia. Cuando Dios nos envía a terrenos peligrosos, lo hace con todas las armas, medios, capacidad y habilidad para que tú puedas estar allí protegido.

Debes reconocer que tu Dios es más grande que todo lo que te pueda sobrevenir, sólo así podrás avanzar, en vez de ir de lados o retroceder. “¡Éste es nuestro Dios! ¡Nuestro Dios es un Dios eterno que siempre guiará nuestra vida!” (Salmos 48:14) Dios siempre guiará nuestra vida, no sólo nuestros pasos, nuestra VIDA. Nuestras decisiones, nuestras metas, nuestros sueños, TODO será guiado por Dios si reconocemos que Sus planes son mejores que los nuestros.

“Cuando a Dios le agrada la conducta de un hombre, lo ayuda a mantenerse firme. Tal vez tenga tropiezos, pero no llegará a fracasar porque Dios le dará su apoyo.” (Salmos 37:23-24) Tú tropezarás, Dios lo sabe. Pero jamás llegarás al pozo del fracaso, jamás te hundirás si tus pasos están afirmados en Cristo. Cuando la humildad domina en tu vida, y guardas la palabra de Dios en tu corazón, caminarás de una forma que a Dios le será agradable y digna de bendecir.

¡NO SEAS CANGREJO! Entrega hoy tus pasos al Señor, y deja que Él te lleve al lugar adecuado, con los medios adecuados y que una vez te establezcas en Su confianza, te dé una vida en abundancia.

El Precio de tu Biblia


La ley de Dios es perfecta, y nos da nueva vida. Sus mandatos son dignos de confianza, pues dan sabiduría a los jóvenes. Las normas de Dios son rectas y alegran el corazón. Sus mandamientos son puros y nos dan sabiduría. La palabra de Dios es limpia y siempre se mantiene firme. Sus decisiones son al mismo tiempo verdaderas y justas. Yo prefiero sus decisiones más que montones de oro, me endulzan la vida más que la miel del panal. Me sirven de advertencia; el premio es grande si uno cumple con ellas. (Salmos 19:7-11)

Permíteme comenzar este devocional con un poco de humor. Hace poco fui a la ciudad “Cristianolandia”. Tenía que comprar una Biblia y me recomendaron ir a esta ciudad. Entré en la librería cristiana, por supuesto, y me atendió un humilde hermano, quien con una sonrisa me dijo: “Dios la bendiga, ¿En qué puedo ayudarla?”.

“Quiero una BIBLIA” le dije, a lo que el hermano sorprendido y entusiasmado me respondió: “Pues mire hermana, aquí tenemos Biblias para todos los gustos, todo estilo, tamaño, color”. Le pedí por favor que me hiciera una lista con los nombres de las Biblias, una pequeña descripción de ellas y sus precios. Y esa lista quiero compartirlas:

Biblia desodorante: Dícese de aquella que cargan los cristianos debajo del brazo para ir a la iglesia, no la abren, no la cierran, no la leen, sólo la usan para “oler bien”. Precio: 2 dólares.

Biblita: Pequeñita, simpatiquita, hermosita, de esas que entran en los bolsos de las mujeres sin que les pese, pero de tan pequeña que es, se olvidan de sacarla de su bolso para leerla; sólo la sacan a pasear. Precio: 1 dólar.

Biblia Remoto: Con formato de control remoto, especial para caballeros que disfrutan de ver mucho fútbol por tv, viene con botones, ¡pero claro! Sólo la tocan cuando necesitan cambiar (de canal) algo en su vida, el resto del tiempo la dejan tirada en un sofá. Precio: 5 dólares.

Biblia Vela: Diseñada para alumbrar en la más profunda oscuridad, el único defecto es que debes ser tú quien la encienda, nadie más lo hará por ti. Precio: 4 dólares.

Biblión: Es tan pesada que a la mayoría de los cristianos les da flojera abrirla, leerla, llevarla, moverla. Allí está, guardada. Precio: 1 dólar.

Biblia Polvo: Para aquellos cristianos amantes de dejar las cosas a medias o sin terminar. Es de aquellas que olvidan en los estantes, entre libros viejos, sucias y con las hojas amarillentas. Precio: 0,25 dólares o gratis si no tiene monedas.

Biblia decoración: Más conocida como “la Biblia de la casa”. Pasa de la mesa de la sala, a la mesa de la cocina, luego a un estante, luego al lado de un florero. Llegan tus vecinos, se las muestras, la apoyas en otro lugar, pero claro…de abrirla y leerla ni hablar. Precio: 3 dólares.

No muy conforme con esta lista, regresé a mi casa a reflexionar. ¿Cuál es el precio de mi Biblia? Ya sin humor lo diré: el precio de mi Biblia fue la sangre de Jesús. El precio de mi Biblia valió la vida de un hombre, el hijo de Dios. El precio de mi Biblia no tiene precio que se pueda calcular.

Yo no quiero una de las Biblias de esa lista. Tristemente muchos cristianos, y quizás yo en algún momento o tú al leerlo te has reído por sentirte identificado o identificada. Eso no debería de suceder. Las hojas que están escritas en tu Biblia, son la Palabra VIVA de Dios. Son sus promesas, sus milagros, sus bendiciones hechas letras y escritas. ¿Cómo no leerla?

Puede parecerte aburrido leer la Biblia, pero si no la lees, la que será aburrida será tu vida. Estar lejos de la Palabra de Dios es estar lejos de Dios. No podemos ir a la iglesia, orar, cantar, alabar, escribir para Dios, si no leemos Su palabra; eso sería hipocresía y mediocridad.

Analiza el versículo de allí arriba: “La ley de Dios es perfecta, y nos da nueva vida.” La Palabra de Dios DA VIDA; si no la leemos es como si estuviéramos MUERTOS espiritualmente. “Sus mandatos son dignos de confianza, pues dan sabiduría a los jóvenes.” La Palabra de DiosDA SABIDURÍA; si no la leemos no sabremos cómo enfrentar una situación difícil. “Las normas de Dios son rectas y alegran el corazón.” La Palabra de Dios DA ALEGRÍA; obedecer a Dios y sus normas por amor a Él, es la alegría más inmensa que jamás podrás sentir. “La palabra de Dios es limpia y siempre se mantiene firme.” La palabra de Dios ES FIRME; jamás Dios cambiará de parecer en cuanto a sus promesas, SÍ es SÍ para Él. “Sus decisiones son al mismo tiempo verdaderas y justas.” La Palabra de Dios ES VERDAD y JUSTICIA; si Dios debe reprenderte, lo hará, y si debe premiarte, también lo hará; la Biblia te ayudará a moldearte, porque Dios sabe lo que es mejor para ti. “Me sirven de advertencia; el premio es grande si uno cumple con ellas.” La Palabra de Dios nos ADVIERTE; ella es la única que cuidará nuestros pies de no caer ni tropezar, y cuando lo estemos por hacer, nos advertirá.    

¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella. Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos porque me pertenecen para siempre. Tengo más discernimiento que todos mis maestros porque medito en tus estatutos. Tengo más entendimiento que los ancianos porque obedezco tus preceptos. Aparto mis pies de toda mala senda para cumplir con tu palabra. No me desvío de tus juicios porque tú mismo me instruyes. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! ¡Son más dulces que la miel a mi boca! De tus preceptos adquiero entendimiento; por eso aborrezco toda senda de mentira.” (Salmos 97:104) La Palabra de Dios nos dará poder para vencer al enemigo, nos dará sabiduría por sobre ellos. Nos dará discernimiento para saber cuándo hay algo que está mal en nosotros. Obedecerla nos dará entendimiento, y el entendimiento hará que te alejes de lo que no está agradando a Dios. Por medio de la Biblia Dios nos instruirá, logrando que aborrezcamos hasta la más mínima mentira. Por favor, dale el verdadero valor que tiene a tu Biblia.

De corazón y como hermana en Cristo te pido, cada vez que vuelvas a mirar tu Biblia, tómate 5 segundos para reflexionar en cuál fue su precio. El precio de mi Biblia, fue la mismísima sangre de Jesús, y es por eso que la valoraré, la leeré y la viviré como lo merece.

Dios me hizo hablar esto porque yo he estado ciega y creí que si no leía Su palabra, podría tener una comunión con Dios, y Él me mostró que no es así. Como Padre quiere enseñarnos y mostrarnos el camino, pero para eso dejó la Biblia, para que la leamos.

Quizás por momentos sea aburrida, pero te aseguro que tu vida no será aburrida si la lees, sino que estará abundante de bendiciones del Señor. Dios te bendiga.

¡Dios me es fiel!


Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros. (Isaías 25:1)

Con el tiempo hay personas que entran en tu vida, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en la iglesia, en algún deporte, en algún curso o estudio que hagas. Conocer personas es un hecho constante de nuestras vidas, pero ciertamente, en algún momento, las personas fallan, se van, te decepcionan o simplemente desaparecen de tu vida.

Las personas son inciertas, nunca sabremos cómo reaccionarán o cómo actuarán para nosotros. Pero tenemos a Alguien que no es incierto, sí es misterioso pero siempre es Fiel: Dios. Con Él nunca nos llevaremos una decepción, Él nunca nos traicionará y jamás se irá de nuestras vidas.

En la Biblia podemos encontrar distintos tipos de fidelidad de Dios. Así que, si en este momento o alguna vez, has dudado de la Fidelidad del Señor, te invito a que abras tu corazón y los llenes con estos versículos:

1) Fiel en las tormentas.

Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar.” (Mateo 11:28)

Por tanto, no tengan miedo, pues yo soy su Dios y estoy con ustedes. Mi mano victoriosa les dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre les dará su apoyo.” (Isaías 41:10)

Sólo nos queda decir que, si Dios está de nuestra parte, nadie podrá estar en contra de nosotros.” (Romanos 8:31)

Ningún hijo de Dios ha quedado jamás fuera de la cobertura de Dios. Nadie ha sido desamparado o abandonado. El Señor no nos deja huérfanos. Es cierto que a veces parece distante o silencioso, pero esa es su forma cautelosa de actuar. Él aún en su silencio permanece a tu lado, mirándote, cuidándote, protegiéndote. Quizás sólo te esté probando o quiera cambiar algo de tu corazón, pero cree que no se ha ido de tu lado.

2) Fiel a Su palabra.

Lo mismo pasa con mi palabra cuando sale de mis labios: no vuelve a mí sin antes cumplir mis órdenes, sin antes hacer lo que yo quiero.” (Isaías 55:11)

La Biblia es fiel porque Dios es fiel. Todo lo que Dios habla, todo lo que Dios dice, se cumple. Si muchas veces no ves que lo que dice la Biblia se cumple en tu vida, es porque no le estás creyendo al dueño de esas palabras. Para que las promesas de Dios se cumplan en nuestras vidas, debemos creerlas profundamente y con fe.

3) Fiel a sus promesas.

Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.”(Hebreos 10:23)

Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros.”(Hebreos 6:18)

Y todas las promesas que Dios ha hecho se cumplen por medio de Jesucristo. Por eso, cuando alabamos a Dios por medio de Jesucristo, decimos -Amén-.” (2 Corintios 1:20)

Desde siempre Dios ha sido fiel, lo fue con nuestros antepasados y lo será con nuestros descendientes. El versículo del comienzo del devocional afirma que desde tiempos antiguos, sus planes han sido fieles y seguros. En la Biblia no hay ni tan sólo un caso en que Dios haya fallado. ¿Por qué dudas de que te ha fallado a ti?

Podría darte más versículos sobre la fidelidad de Dios. Podría pasar una tarde entera contigo haciéndote entender que Dios no te ha dejado solo o sola. Pero no, Dios quiere que tú pruebes Su fidelidad por tu propia cuenta. Él no quiere que otro te diga “Dios es fiel”, Él quiere que TÚ, sí TÚ, digas: “DIOS ME ES FIEL”.

Lo más bello de todo, es que Dios por medio de Cristo nos ama infinitamente. Nos aceptó aún siendo pecadores, nos perdonó aún habiéndolo aborrecido, y nos es fiel aún cuando nosotros no lo somos.

Y aunque no seamos fieles, Cristo permanece fiel; porque él jamás rompe su promesa.” (2 Timoteo 2:13) Devolvámosle un poco de fidelidad a Dios, ya no dudemos que Él está con nosotros. Si hasta hoy has sentido que Dios te abandonó, ya no te sientas así. Él está esperando que pruebes el sabor de su fidelidad. ¡Exáltalo y alábalo porque Él está siempre contigo!

Sonreír honra a Dios


Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. 1 Pedro 3:15 (NVI)

Honren a Cristo como Señor, y estén siempre dispuestos a explicarle a la gente por qué ustedes confían en Cristo y en sus promesas. 1 Pedro 3:15 (TLA) 

Honrar a Dios va más allá de las palabras y más allá de lo que nuestros labios puedan decir. La Biblia dice en Mateo 15:8 “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. Honrar se trata de un acto del corazón, no es algo sencillo ni algo que se haga a la ligera.

Jesús no es un juego. Muchos de nosotros, negamos a Jesús en nuestro diario vivir con pequeñas actitudes. Así como lo lees. Hay cristianos que sólo son cristianos de la lengua para afuera, pero su corazón aún siente dolor, aún sufre, aún teme. Honrar a Dios conlleva hechos y acciones, no sólo palabras.

Cuando tú le entregaste el Señorío de tu vida a Cristo, automáticamente se deberían haber construido barreras contra aquellas cosas que quieren enseñorearte a ti. Pero, tristemente, cuesta. Como humanos aún sufrimos, por medio de emociones y sentimientos, y para muchos lo emocional supera lo espiritual. Eso es un error.

Que Jesús sea el Señor de tu vida significa que tiene autoridad por sobre todo lo que te pueda suceder. Honrarlo a Él significa que, sin importar las emociones y sentimientos, tú puedas ser firme en tu confianza hacia Él.

Vivimos en el planeta Tierra, en donde Satanás reina pero a su vez, es herencia del Señor para que llevemos a Jesús a las ovejas perdidas. ¿Qué estamos haciendo? Como hijos del Rey debemos dar el ejemplo de príncipes. Ya basta de dar lástima, porque la gente lo ve y luego cree que Dios no es tan bueno como lo pintamos.

Cristiano, sonríe en todo momento. No por hipocresía, sino porque es tu demostración de confianza hacia Dios y es la prueba que la esperanza en Cristo dentro de ti es mucho mayor que lo que pueda suceder en tu vida. Hay momentos en los que llorarás, no está mal; hay momentos en los que te enojarás, no está mal; lo que sí está mal es dejar que ese dolor nos enseñoree cuando es Jesús en realidad el DUEÑO de nuestras vidas.

“Mire lo que me pasa… y sólo a mí, todo esto que estoy pasando, no sabe cómo me cuesta… ya no sé qué hacer” frases como esa he escuchado y en su momento las he dicho. Hermano, hermana, si ya no sabe qué más hacer, entréguele de una vez por todas el Señorío a Jesucristo.

Busquemos consuelo en los brazos de Dios, y no en los hombres. Sólo así, cuando la gente te pregunte cómo es que estás tan sonriente en medio de todo lo que estés pasando, podrás responder y explicar que tu motivo de la felicidad es Jesús. Honremos a Jesús de corazón, expliquémosle a la gente que hay una esperanza inmensa en el Señor de señores.

Si conoces a alguien que está dolorido, arrímate y anímalo a que deje sus cargas a Dios. Honrarlo de corazón es demostrarle con una sonrisa que creemos en lo que Él hará en nuestras vidas. En medio de nuestro dolor, nuestra honra abrirá los cielos.

Ponlo en manos de Dios


“En este caso, yo les aconsejo que dejen en libertad a estos hombres, y que no se preocupen. Si lo que están haciendo lo planearon ellos mismos, esto no durará mucho. Pero si es un plan de Dios, nada ni nadie podrá detenerlos, y ustedes se encontrarán luchando contra Dios”. Hechos 5:38-39

Fracasar es algo que a todo ser humano alguna vez le ocurre. Pero en los cristianos se nos agrega un ingrediente más en la receta para “fracasar”: dejar de un lado a Dios. Cuando Dios no está presente en nuestras decisiones, nuestra base será débil y podrá desmoronarse rápido.

Pero nuestra piedra principal, la Roca de nuestra vida, es CRISTO. Sobre Él debe estar fundado TODO pensamiento y TODA decisión de nuestra vida. La Biblia nos dice que es en vano esforzarse y esforzarse en algo cuyo Dios no comenzó a construir. “Si Dios no construye la casa, de nada sirve que se esfuercen los constructores” (Salmos 127:1).

De nada sirve esforzarnos, si Dios no construye nuestro plan. Quizás has planificado cada detalle de algo que sueñas hace años, un proyecto tan anhelado por tu corazón, eso que tanto estás esperando…pero ¿Ya te has preguntado si es la Voluntad de Dios? ¿Ya lo has consultado con Él? Te invito a que hoy mismo, lo pongas en manos de Dios.

Durante nuestra vida se nos presentará gente tratando de boicotear nuestros sueños y proyectos. Las opciones, según el versículo de Hechos, son dos:

1) Si lo que estás haciendo o planeando lo planeaste tú mismo, no durará.

2) Si es un plan de Dios, NADA ni NADIE podrá detenerte; y quien se oponga se encontrará luchando contra el mismo DIOS.

Hermanos, es hora de poner nuestros sueños y anhelos en manos de Dios. Dejemos que Él les dé la forma que quiere darles y que nos guíe a donde nos quiere llevar. Si realmente pensamos en darle la Gloria a Dios, Él defenderá a capa y espada cada parte de ese sueño.

Te encontrarás bajo la cobertura de Dios, tú y tu sueño, si decides ponerlo en Sus manos. La gente que por envidia o celos, o mismo el enemigo, que quieran atacar y derribar tu sueño, no podrán porque la autoridad de Dios estará primero.

Grandes cosas Dios hará contigo. Créele, pero recuerda este pasaje. Si has fracasado, ha sido porque fue algo que planeaste tú mismo, por eso mismo no duró. Pero si va encaminado a glorificar a Dios, ¡Sigue adelante! Dios mismo lucha por ti. Él apagará cada flecha encendida que te tiren y te suplirá todas las necesidades que aquel sueño tenga. Pon hoy tu sueño en manos de Dios.

Deporte de riesgo


Pero Pedro y Juan les respondieron: “Dígannos, entonces: ¿debemos obedecerlos a ustedes antes que a Dios? ¡Nosotros no podemos dejar de hablar de todo lo que hemos visto y oído!” Hechos 4:19-20

Pedro y los demás apóstoles respondieron: Nosotros primero obedecemos a Dios, y después a los humanos. Hechos 5:29

En la época de Jesús, los seguidores de Cristo, apóstoles, discípulos, profetas, servidores, y hasta el mismo Jesús, eran perseguidos. Esto, en el medio oriente, siguió por muchos años más después de Cristo, tristemente. Hoy en día no hay persecuciones de la índole que las había en esa época. Pero sí sabemos que hay cristianos a los que aún prenden fuego, los matan en masa, los atentan o van a prisión. Por ejemplo, en gran parte de China está prohibido profesar la religión cristiana.

A qué voy con esto. La mayoría de los que estamos leyendo este devocional, no somos del medio oriente. No sabemos lo que es que nos persigan por seguir a Cristo ni nos hacemos una idea de lo que nuestros hermanos están sufriendo del otro lado del mundo. ¿Hasta cuándo vamos a seguir ignorando hablar de Dios? ¿Hasta cuándo vamos a entender que tenemos un privilegio y una libertad inmensa de hablar sobre el amor de Cristo?

Dios nos ha dejado en claro: Debemos IR al mundo a hablar de la Salvación que Cristo ofrece. Y mientras a nuestros hermanos los torturan y los matan, nosotros estamos acá sentados horas detrás de un televisor o de una pc, sin pensar siquiera si Dios quiere eso de nosotros. No estoy diciendo que sea nuestra culpa que a ellos los persigan, no, sino que estoy diciendo que estamos desobedeciendo a Dios.

“Ahora, Dios nuestro, mira cómo nos han amenazado. Ayúdanos a no tener miedo de hablar de ti ante nadie”. (Hechos 4:29) Los discípulos de Jesús decían eso cuando eran perseguidos, y hoy nosotros tememos hablarle de Dios a nuestros amigos, a nuestro cuñado, a nuestra hermana, a los vecinos. TODO por miedo al qué dirán.

Y es triste, porque vemos personas que arriesgan su vida por Cristo, afirmando ser cristianos cada día de sus vidas aunque eso los lleve a la muerte, y nosotros no hacemos nada.

Debemos obedecer a Dios. Nadie sabe la hora ni el día en que Cristo venga, pero no podemos perder el tiempo. Si Dios nos pide que hablemos de Él: ¡Hagámoslo! Comienza por tu Facebook o la red social que utilices, comparte mensajes cristianos, imágenes. Si te congregas en una iglesia, invita a tus vecinos, amigos, sé que no es sencillo pero NO es imposible te dice Dios.

Hagámoslo por Cristo, hagámoslo por los hermanos que realmente padecen ser cristianos. Para nosotros la Fe no es un deporte de riesgo como lo es para ellos, lancémonos a la carrera. Es cierto que habrá gente que nos critique, pero no pueden callar la libertad que Dios nos dio.

Shahbaz Bhatti fue un ministro cristiano asesinado por su fe. Unas de sus últimas palabras fueron “Estas personas son parte de mi cuerpo en Cristo, son la parte perseguida y necesitada del cuerpo de Cristo. Si llevamos a cabo esta misión, entonces nos habremos ganado un sitio a los pies de Jesús y yo podré mirar Su rostro sin sentir vergüenza”.

Es nuestra misión hablar de Cristo. Es nuestra misión orar por nuestros hermanos perseguidos. ¡Ganémonos un sitio a los pies de Jesús! Eso es por misericordia de Dios y por creer en Él, pero a su vez, no debemos dejar de obedecer. Hagamos lo que Dios nos pide, y Él nos bendecirá. Para los hijos de Dios, que vivimos en libertad, no hay deportes de riesgo que no puedan ser superados. 

Cuida el contenido de tus pensamientos


“No te dejes llevar por las tentaciones propias de tu edad. Tú eres joven, así que aléjate de esas cosas y dedícate a hacer el bien. Busca la justicia, el amor y la paz, y únete a los que, con toda sinceridad, adoran a Dios y confían en él”. 2 Timoteo 2:22

En segunda carta a Timoteo, Pablo da valiosos consejos sobre cómo vivir una vida pura. Este consejo incluye: (1) Reconocer el poder del pecado y la posibilidad de caer en él; (2) perseguir la fe, el amor y la paz, y (3) pasar tiempo con otros creyentes de corazón puro.

Uno de los mayores desafíos de vivir una vida pura es cuidar la pureza de los pensamientos.

Como dice un refrán: “No puedes evitar que los pájaros vuelven sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que hagan su nido en ella”. De la misma manera, no podemos evitar que de vez en cuando un pensamiento impuro o maligno “toque” a la puerta de nuestra imaginación, pero sí podemos mantener la puerta bien cerrada.

De lo contrario, si permitimos que los malos pensamientos se infiltren en nuestra mente, podemos caer, permitiendo que nuestra vieja naturaleza prevalezca.

La buena noticia es que, aunque todos somos propensos a caer, no tenemos por qué hacerlo.

Si nos mantenemos cerca del Señor y seguimos el consejo de Pablo en este versículo, edificaremos una “fortaleza” sólida alrededor de nuestra vida y de nuestros pensamientos, y será difícil que penetren las flechas de tentación de Satanás.

Siempre en la adolescencia se forjan grupos de referencia. Por los mismos intereses, gustos, simpatía o quizás por vivir en la misma zona. Tu grupo de amigos es clave para tu crecimiento como cristiano. Debes examinar si las personas a tu alrededor son las que Dios quiere que tú tengas. Siempre en un grupo habrá influencias, a veces positivas pero muchas veces son negativas.

No dejemos que por miedo al “qué dirán mis amigos”, hagamos cosas que ante Dios no son correctas o no pensemos cosas que como hijos de Dios no deberíamos de pensar. Podemos evitar que esos pensamientos se alejen de nuestras vidas si nos mantenemos en oración, ayuno y aún mejor si dejamos que Dios nos guíe a través de Su palabra.

Pasar siquiera un día lejos de Dios no es poca cosa. Se nota en tu mente, en tu actitud y en tu corazón.

Tratemos de buscar a Dios con fe, con amor, con actos que le agraden. Muchas veces no es el pecado el que nos impide acercarnos, sino la misma falta de comunicación con nuestro Padre. Cuando estamos cerca de Dios, Sus pensamientos se alinean automáticamente con los nuestros y Él mismo se encarga de echar fuera los pensamientos que no son de su agrado.

Ponte en manos de Dios, acércate a Él y busca agradarle. Vive para agradar a Dios. Él te ama.