¡El anuncio más importante!


Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia. Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. Al contrario, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos. Pero tú, Timoteo, mantén la calma en todo momento, soporta los sufrimientos y anuncia siempre la buena noticia. Haz bien tu trabajo. (2 Timoteo 4:2-5)

Estamos viviendo tiempos en los cuales vemos pelearse más a quienes dicen ser cristianos que a los que dicen no serlo. Vemos más chusmerío dentro de una iglesia que en el supermercado del barrio o de la colonia. Vemos a líderes y pastores alimentando su ego y su orgullo en vez de alimentando a los niños en las calles. Vemos a padres que prefieren salvar al mundo entero y quedar bien con el pastor, antes que salvar a sus propios hijos y quedar bien con el Señor. Algunos cristianos hablan más de sus pastores de lo que hablan de Jesús, prefieren contar de su iglesia que contar de la cruz.

Y es por eso que mucha gente dice la frase “Si eso es ser cristiano, mejor me quedo como estoy”. Sé que es algo fuerte lo que digo, pero es tiempo de que accionemos. ¡No estamos siendo valientes como se nos pidió que fuéramos! Mucha gente está siendo engañada porque no hay quién les anuncie la verdad. Dios mismo nos ha elegido para formar parte de Su pueblo, ¿Qué estamos haciendo como ciudadanos de ese pueblo?

Mira, te pondré un ejemplo.

Tal vez en tu ciudad o en donde vivas haya eventos que se realicen y tú veas los anuncios en la televisión, en la radio, en carteles o folletos pegados en las calles que anuncian sobre el evento que vendrá. La gente que pega aquellos folletos en las calles no se limita con pegarlos sólo en la manzana o en la cuadra del teatro, iglesia o salón donde se realizará. La gente que pega aquellos folletos sale en autos, camionetas, pegan esos papeles por toda la ciudad, ¡Incluso salen de la ciudad para anunciar el evento que se realizará! Ya sea un concierto de una banda de música o la presentación de un libro, hablo de cualquier tipo de evento. Lo mismo sucede con el anuncio que sale en la televisión, la publicidad de ese evento no saldrá sólo en los televisores de la gente de la ciudad, saldrá emitido en muchas ciudades, incluso en todo el país.

Entonces aquí va mi pregunta. El anuncio más importante es que: JESUCRISTO ESTÁ POR VENIR Y OFRECE SALVACIÓN A TODOS. Nosotros como pueblo, ¿Qué estamos haciendo? ¿Dónde estamos anunciando su venida? ¿Dónde estamos pegando esos folletos, sólo en nuestras familias y amistades o estamos buscando en el mundo a la gente que verdaderamente necesita de Dios? ¿Estamos cumpliendo con la misión que se nos dejó?

El otro día veía un programa de televisión en el cual hablaban de una secta que se hace llamar religión. No voy a mencionar ni el programa ni la secta porque no es a donde quiero llegar. En ese programa decía que los que practican esta “religión” creen en que todos y cada uno de nosotros vamos al cielo, sin importar sean buenos o malos, hayan aceptado a Cristo o no, todos vamos al cielo.

Yo me entristezco a ver cómo mucha gente cae engañada, ¿Sabes por qué? Jesús vino a este mundo como pobre, fue humillado, maltratado, traicionado, escupido, burlado, golpeado, todo para cumplir la obra de Dios y ofrecernos la salvación y el perdón de los pecados y hoy en día hay gente que cree que NO tiene que aceptar el sacrificio de Cristo porque total igual irá al cielo. ¡El sacrificio de Cristo está siendo desperdiciado, accionemos por favor!

Hay gente que necesita saber que hay un Dios que los ama incondicionalmente, un Dios que quiere perdonarlos y establecer una relación íntima y personal con ellos. NOSOTROS, TÚ y YO, somos los encargados de transmitir ese mensaje. Pablo le decía a Timoteo: “Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia.

Anuncia, anuncia, anuncia y anuncia el mensaje de Dios. No lo hagas sólo cuando sales a evangelizar con el ministerio de tu iglesia. Puedes hacerlo cuando viajas en bus, en un hospital, mismo en la calle, en tu universidad, en tu trabajo. Aunque pienses que te rechazarán, así como Pablo le decía a Timoteo: Ten paciencia, aunque ese momento no parezca ser el mejor.

Esto no se trata de “religiones”, Cristo vino a este mundo a enseñarnos RELACIÓN, no religión. Pablo decía “Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. Al contrario, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos.

La gente está buscando conocer a Dios, desea conocer a Dios, pero ¿Sabes cuál es el problema? Que la gente no está escuchando la verdad, sino que está creyendo puro cuentos. Es tu deber y el mío ponerle fin a esos cuentos.

Anímate hoy a reflexionar, recuerda de dónde te sacó Dios a ti y piensa en que quiere sacar a muchos más de ese mismo lugar. ¡Vamos! Saca tu auto, tu camioneta, el evento más importante se acerca: Cristo vuelve.

Grítalo en todas partes, pega esos folletos en los corazones de las personas, enséñales sobre el Padre perfecto, anímalas. ¿Qué esperas? Seamos valientes, no nos acobardemos, sabemos que el diablo ya está vencido, no le permitamos ganar más territorio. Como Hijos de Dios, podremos hacerlo con victoria asegurada. Verdad hay una sola; los cuentos, cuentos son. ¡Anúnciala!


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