¿Por qué decimos NO a Halloween?


Pónganlo todo a prueba, pero quédense nada más con lo bueno. (1 Tesalonicenses 5:21)

Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas. (Mateo 15:8-9)

"Todos lo celebran", "No tiene nada de malo", "Es sólo por diversión", "Lo hago porque lo hacen mis amigos", "Es sólo disfrazarse", éstas y muchas otras excusas he escuchado de gente a la que le han preguntado "¿Por qué celebras Halloween?". La verdad es que la mayoría de la gente (cristiana o no cristiana) no conoce el verdadero significado de esta "fiesta". Muchos lo hacen por diversión o por tradición, pero allí está el problema, no saben realmente lo que están haciendo.

Halloween surgió de una festividad céltica llamada Samhain. Los Druidas, que eran los sacerdotes de las sociedades célticas antiguas, creían que la fiesta de Samhain la frontera entre los vivos y los muertos era perforada, dejando libres a los demonios, las brujas, y los duendes para perseguir y acosar a los vivos, dañar a las cosechas y causar todo tipo de problemas. Ellos enseñaban que para hacerse inmune a sus ataques, la gente debía disfrazarse como brujas, diablos, o personas macabras, y así procurar ahuyentar (o desviar) a los espíritus malos. También debían tallar grotescas en calabazas e iluminarlas con velas, y luego colocarlas en las ventanas de las casas para que los espíritus las vieran y no se acercaran.

Luego, se la confundió con la celebración de las iglesias de ese entonces, del primer día de Noviembre, en la cual se recordaban a los santos muertos, se la llamaba "Víspera de todos los santos" (de allí deriva la palabra Halloween: All Hallow’s Eve). Pero Satanás empezó a actuar. Sectas comenzaron a tomar este día como una celebración en la cual rendir culto al "señor de la muerte". Hoy en día muchas sectas satánicas alrededor del mundo usan este día para hacer sacrificios a Satanás. Sí, así como lo lees por si no lo sabías, en Estados Unidos días antes de esta celebración desaparecen niños y gatos negros. El diablo ha pervertido la mente de esta gente, no podemos permitirnos participar de algo así.

Los niños, inocentes sin saber lo que significa, se disfrazan de brujas, adivinos, esqueletos, vampiros, zombies, demonios, y todo eso pertenece al lado oscuro del diablo. Si tú eres madre o padre, trata de cuidar a tus niños, instrúyelos y explícales lo que esto significa. Si eres adolescente, no te dejes llevar por el "qué dirán" si no celebras esto. Sé firme en tu fe, tú llevas luz dentro. ¡Nunca jamás la oscuridad podrá ganarle a tanta luz!

Ora por esas almas, dile que sí a Cristo y NO a los engaños del enemigo. Ya sabes que la mayor mentira del diablo ha sido hacerle creer a la gente que él no existe, que él no hace mal a nadie, que el pecado no significa nada. Muchos dicen que esta celebración "no tiene nada de malo", y eso es lo que el enemigo les ha hecho creer, les ha puesto en su mente que es algo indefenso. Pero a la verdad Dios nos ha llamado para ver todo con Sus ojos y examinar todo. La Biblia dice “Examinadlo todo, retened lo bueno”. ¿Crees que esto es bueno?

Bueno es sólo Dios. Sigamos sus enseñanzas. No seamos como nuestros antepasados que le fallaron a Dios y por eso Él mismo dijo "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí". Yo quiero que mi corazón lo alabe con todas sus fuerzas, yo quiero aprender a examinarlo todo y a retener sus enseñanzas. Yo quiero ser luz en medio de tanta oscuridad.

No se dejen engañar con ideas tontas, pues por cosas así Dios castiga terriblemente a quienes no lo obedecen. Así que, no tengan nada que ver con esa clase de gente. No conocer a Dios es como vivir en la oscuridad, y antes ustedes vivían así, pues no lo conocían. Pero ahora ya lo conocen, y han pasado a la luz; vivan entonces como corresponde a quienes conocen a Dios, pues su Espíritu nos hace actuar con bondad, justicia y verdad. Traten de hacer lo que le agrada a Dios. No se hagan cómplices de los que no conocen a Dios; al contrario, háganles ver su error, pues sus hechos no aprovechan de nada. ¡La verdad es que da vergüenza hablar de lo que ellos hacen a escondidas!” (Efesios 5.6-12)

Nosotros decimos NO a Halloween porque Jesús dijo SÍ a nuestra vida. Negamos celebrar a los muertos, porque nuestro Señor los resucitaba. Alabamos a un Dios vivo, la muerte ya no tiene poder sobre nosotros.

Analiza esto y enseña a quien aún no lo sepa. Seamos luz en este día de oscuridad. Si tú como cristiano celebras este día, ¿Cómo los que no son cristianos van a tomar de forma seria las cosas de Dios? Sé ejemplo. Cuida tu espíritu y busca de Dios.


En foso de leones


Y tanto se distinguió Daniel por sus extraordinarias cualidades administrativas, que el rey pensó en ponerlo al frente de todo el reino. (Daniel 6:3)

Quiero que antes de leer el devocional, te tomes unos minutos para leer el capítulo 6 del libro de Daniel para poder entender la siguiente historia.

Daniel era un exiliado de Judá que llevaron al reino de los babilonios para interpretar un mensaje que Dios había enviado a ese reino. Luego de ayudarle al rey con esa tarea, éste muere pero antes lo dejó encargado de una parte de la administración del reino.

Imagínate a este extranjero, en otra ciudad, con otras reglas, sirviendo en el reino. El nuevo rey, Darío, vio algo en Daniel que era especial. Daniel era un hombre diligente, capaz, inteligente, sabio, perseverante, todo lo que hacía lo hacía con excelencia.

Es por eso que, cuando el rey notó esto, los compañeros de Daniel le tendieron una trampa para que no pudieran darle privilegios. Hicieron que el rey ordenara la prohibición de adorar a nadie que no fuese al rey. ¿Qué crees que sucedió? Daniel decidió poner su fe por sobre los hombres, fue a su casa y se postró ante Dios.

Sus compañeros le cuentan esto al rey, y tristemente, éste lo dejó en un foso llena de leones hambrientos toda la noche. Darío lamentaba haber enviado a este inocente hombre a semejante peligro, pero no podía derogar los decretos que él mismo había impuesto.

Llegada la mañana, el rey abre el foso y grita a gran voz: “Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien siempre sirves, salvarte de los leones?” (Daniel 6:20)

Y Daniel, gozoso y sonriente respondió: “-¡Que viva Su Majestad por siempre! -contestó Daniel desde el foso-. Mi Dios envió a su ángel y les cerró la boca a los leones. No me han hecho ningún daño, porque Dios bien sabe que soy inocente. ¡Tampoco he cometido nada malo contra Su Majestad!-. Sin ocultar su alegría, el rey ordenó que sacaran del foso a Daniel. Cuando lo sacaron, no se le halló un solo rasguño, pues Daniel confiaba en su Dios. (Daniel 6:21-23)

Ni un solo rasguño hallaron en Daniel. ¿Qué quiero transmitirte con esto? Que a veces te van a enviar siendo inocente a foso de leones por el simple hecho de estar trabajando con excelencia para Dios. Muchas veces tendrás que atravesar duras críticas, engaños, decepciones, trampas y traiciones que no quisieras. Cantidad de veces por ser cristiano te juzgarán y te apartarán para que tú dejes de adorar al Señor.

Pero te aseguro que si tú permaneces en la fe y en la confianza en Dios, si oras y le crees al Todopoderoso, si no te rindes y decides poner tu esperanza en los propósitos perfectos de nuestro Rey, saldrás de ese foso sin ningún rasguño.

Lo más hermoso de esta historia, es su final. El rey Darío firmó el siguiente decreto:

He decretado que en todo lugar de mi reino la gente adore y honre al Dios de Daniel. Porque él es el Dios vivo, y permanece para siempre. Su reino jamás será destruido, y su dominio jamás tendrá fin. Él rescata y salva; hace prodigios en el cielo y maravillas en la tierra. ¡Ha salvado a Daniel de las garras de los leones!” (Daniel 6:26-27)

¿Has estado en un foso de leones? ¿Lo estás en este momento? Clama a Dios. Créele a Él. Que nadie te detenga a la hora de cumplir el propósito para el cual Él te llamó. Eres único y el testimonio que tú des en esta vida será único. Demuestra hoy, que el Dios a quien le sirves, jamás te ha dejado ni te dejará solo.


Mendigos Espirituales


Luego dijo Jesús a sus discípulos: -Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. (Mateo 16:24)

Creo que todos los que viajamos en transporte público o salimos a la calle a caminar, nos hemos encontrado más de una vez con mendigos. Aquella gente que pide dinero a cambio de algún show, de tocar algún instrumento, de recitar alguna poesía.

Es triste ver a personas en esa situación, pero hoy no quiero enfocarme en eso. Más de una vez he visto buenos músicos cantando o tocando su guitarra o violín por moneditas, pero en su mayoría, suenan desafinados o les falta práctica. Lo hacen con mala gana sólo para ganarse unas pocas monedas.

Esto Dios me lo llevó a pensar a nivel espiritual. ¿Cuántos de nosotros somos como estos músicos mendigos? ¿Cuántas veces le pedimos a Dios monedas (bendiciones) y sólo le estamos dando una melodía mediocre y desafinada (testimonio)? Sé que ha de sonar muy fuerte, pero todos alguna vez, hemos mendigado espiritualmente.

No podemos estar mendigándole al Señor sus incontables bendiciones, cuando no le estamos permitiendo afinar nuestra vida para que suene agradable a Sus oídos. Claro que cuando Dios te moldee te dolerá, a todos nos cuesta dejar atrás aquello que Él aborrece; pero es necesario para que tú puedas crecer y avanzar a un nuevo nivel espiritual.

Cuando estamos estancados día tras día en el mismo lugar, no es porque Dios no quiere llevarte más lejos, sino porque tú estás pidiendo “moneditas” con un testimonio limitado, en vez de ser quien Dios te creó para que seas y recibir los miles de tesoros celestiales que Él te tiene preparado. ¿Me explico?

El versículo que puse al comienzo de este devocional, es el versículo clave para poder sonar afinados: Ponerte en manos de Dios. Negarnos a nosotros mismos, es decirle al Señor:

Papá, mi Dios, sé que te he fallado. Sé que he estado sonando desafinado, he perdido mi comunión contigo. Hoy vengo a ti, quiero negarme a mí mismo y ser quien Tú quieres que yo sea. Moldéame aunque el proceso duela, al final, lo que importa sólo es agradarte. Perdóname, haz que mi melodía sea agradable para cada alma que me escuche.

No podemos seguir siendo altivos y mediocres. Nuestro Dios es un Dios de excelencia.Tenemos que cambiar nuestras vidas al punto que cuando estemos tocando nuestro instrumento, cuando estemos dando nuestro testimonio y contando lo que Dios ha hecho por nosotros, la gente se detenga a escucharnos; que esas almas se sientan atraídas por el Maestro que afinó esa melodía y quieran conocerlo. Eso es ser agradable a los ojos de Dios.

Ya no mendiguemos bendiciones, mejor démosle a Dios todo nuestro ser y que sea Él quien nos haga sonar en perfecta sintonía.


GPS: Gran Plan del Señor


El Señor dice: Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti. (Salmos 32:8)

El GPS es un sistema de mapas por satélites, en donde guía tu ruta de viaje por el camino que te conviene ir, a cualquier hora, en cualquier país, y por cualquier ciudad. Solamente tú cargas la dirección y confías en que ese sistema, te llevará a arribar a donde tú deseas llegar.

Pero hoy quiero hablar de esto a nivel espiritual. GPS: Gran Plan del Señor, aunque la S también podría ser Santo, ya que me refiero a que Dios es el GPS de nuestra vida. La Biblia se nos ha dejado como guía, como brújula, como un manual de instrucciones, para que encontremos el camino que Dios ha preparado para nosotros.

¿Cuántas veces hacemos caso a la voz de Dios? O mejor dicho, ¿Cuántas veces hacemos oídos sordos a Sus instrucciones?

Quiero contarte lo que me sucedió una vez con un GPS y luego quiero trasladarlo a lo espiritual para que me entiendas. Cierta vez, iba con mi familia regresando de visitar a unos amigos fuera de mi ciudad. Llevábamos el GPS que nos guiaba, ya que desconocíamos la zona y una función de este aparato, es avisar cuando una zona es peligrosa y te marca un camino alternativo para que tomes.

Comenzó a sonar la alerta de zona peligrosa, pero como el camino era más corto que el alternativo, decidimos tomarlo igual. Adentrándonos en ese lugar, comenzamos a ver que eran casas donde residían delincuentes. En las calles, y en las puertas de las pequeñas casas, podíamos ver a lo lejos cómo cargaban sus armas.

Inmediatamente, mi papá, quien manejaba, dio marcha atrás y pudimos a tiempo retomar el camino más largo que el GPS nos había marcado, claro, ese era el camino seguro. Gracias a Dios, todo fue a tiempo.

Ahora bien, ¿Te ha pasado esto en lo espiritual? A veces Dios nos da órdenes, nos indica un camino a seguir que nos parece eterno, nos resulta difícil y angosto, entonces optamos por tomar el camino corto. Ese camino que Dios nos alerta “Hijito, no vayas por allí, es peligroso”, ¿Cuántas veces hemos ido por allí?

Cuando realmente llegamos a peligrar, ya sea en el pecado o en las tentaciones, clamamos a Dios urgente para que nos haga volver al camino seguro que Él nos había indicado. ¿Qué quiero decirte con esto? Que Dios sabe lo que hace en tu vida y hacia dónde te está guiando.

Tú sólo sube al auto, toma el volante y espera la dirección de Dios. La Gracia de Dios se trata de que cuando tomemos el camino equivocado, Él nos socorrerá a tiempo. Pero no juguemos con su Gracia. Evitemos caer en un camino sin salida.

Tenemos dentro de nosotros al Espíritu Santo, que cumple la misma función que un GPS. Es Dios mismo viviendo dentro nuestro que nos indica qué camino tomar, y cuál es la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. Su camino siempre es el mejor. Pero muchas veces, elegimos seguir por el camino que a nosotros nos parece mejor. Y eso nos desvía del objetivo, nos retrasa, nos cansa y a veces, hasta nos hace perder.

Si hoy te has desviado, vuelve al camino seguro. Si no sabes por dónde continuar, pregúntale a Dios por dirección y abre tu Biblia para leer tu respuesta. GPS: Gran Plan del Señor, no hay nada ni nadie que quiera tu mayor bien más que Dios. Es tiempo de dejarle ser tu satélite de vida.

Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.” (Proverbios 3:5-6)"Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte." (Proverbios 14:12) 


Está todo bajo control


Tú eres el Dios de la historia. Todo en el mundo sucede porque quieres que suceda. A unos los haces reinar, y a otros los quitas del trono. Tú haces que los sabios entiendan los misterios más profundos. Donde tú te encuentras no hay lugar para las sombras, porque la luz eres tú. (Daniel 2:21-22)

Daniel empezaba diciéndole a Dios “Tú eres el Dios de la historia”. El Dios de siempre, aquel que nunca cambió ni cambia, aquel que liberó a Israel, aquel que cumplió todas sus promesas, ese para Daniel, era el Dios de la historia. Le estaba diciendo al Señor “Sé que siempre has estado”.

A veces dudamos si Dios tiene el control de todo, pero Daniel afirmaba “Todo en el mundo sucede porque quieres que suceda”. A Dios nada se le escapa, Él tiene los detalles más pequeños de lo que sucede en todo el mundo y de lo que sucede en tu vida personal. Pero la pregunta es la siguiente, ¿Quién tiene el control, Dios o yo?

A veces crees que todo lo puedes controlar, pero es Dios quien controla todo. Debes poner tu confianza en Él, porque no hay imposibles en Su nombre. Aunque a veces creas tener todo “calculado”, debes ponerte a pensar si eso va acorde con la Voluntad de Dios, con el control de Dios.

Cuando nos lanzamos a hacer las cosas por nosotros mismos y nos olvidamos de poner a Dios primero, terminamos fracasando. Esto es porque cuando las cosas se salen de nuestro control, olvidamos poner la mano de Dios para hacerlo perfecto. 

En el mundo seguro te habrán dicho “tú eres el dueño de tu destino”, “tú puedes luchar y cumplir tus sueños”, “tú puedes hacerlo solo si te lo propones”. Pero al conocer a Dios, nos damos cuenta que no era cierto. El dueño de nuestro destino es Dios, podemos cumplir nuestros sueños si se los entregamos a Él y sólo de Su mano podemos lograr las cosas con éxito. 

Detrás de cada cosa que te suceda, hay un propósito de Dios en ello. No hay nada que te haya pasado que no haya sucedido con Su permiso, no hay nada que te suceda que no termine siendo usado para tu bien.

Daniel afirmaba “Donde tú te encuentras no hay lugar para las sombras, porque la luz eres tú”. Qué bonito es decirle eso a nuestro Dios, qué lindo es que Él sepa que le damos el total control de nuestra vida. Donde pongas a Dios siempre habrá luz y no sombras en tu vida. Donde Dios alumbre tus problemas, tus errores, esas sombras, desaparecerán.

Descansa en Dios, deja de intentar controlar todo sobre tu vida porque terminarás agotado y confundido. No te alejes de Su cuidado y de Su amor. Confía en Él y todo empezará a aclararse en tu vida. Dios siempre estuvo, siempre está y siempre estará contigo.


Jesús urbano


Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? (Romanos 10:14)

Hoy día se predica un evangelio tan distinto al que Jesús predicaba. Él confrontaba a los perdidos, Él predicaba sobre el infierno, Él hablaba del peligro de no seguirle. Hoy día se predica de un Jesús que prospera, que da victorias, que dará todo lo que le pidamos. Se habla de tener más miembros en la iglesia, pero no de salir de la iglesia a buscar almas necesitadas.

Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10) La misión de Jesús fue ir hacia la gente, no que la gente viniera a Él. Él era un Jesús urbano, apasionado por las almas. Y eso es la misión que nos dejó a nosotros también: “Vengan, síganme -les dijo Jesús-, y los haré pescadores de hombres.” (Mateo 4:19)

Pescadores de hombres. Es tan difícil serlo en una sociedad donde el ateísmo y el humanismo están de moda. Donde la cruz es un símbolo más, y no un sacrificio por toda la humanidad. Pero necesitamos tanto valor para predicar el evangelio. Dios te escogió desde antes de nacer, ¿Qué esperas?

No estás capacitado, eso crees. Pero ¿Por qué no buscas a Dios para que Él te capacite? Pedro era pescador, y Jesús lo capacitó para pescar hombres, para hablar de Su mensaje. No importa tu posición en la iglesia, no importa si no asistes a una iglesia aún, lo importante es que hables cada día de tu vida de lo que Cristo ha hecho por ti y por los demás.

Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:19-20) Si alguna vez te preguntaste, ¿Para qué vivo? Aquí está tu respuesta: Para ser útil en el reino de Dios.

Todos somos pecadores, hasta tú mismo te sientes pecador. Pero quien recibe a Cristo es redimido, perdonado, justificado por Su sangre y preparado para bendecir a multitudes. “Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.” (1 Timoteo 1:15)

La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros -les dijo a sus discípulos.” (Mateo 9:37) Jesús no estaba diciendo que somos pocos los cristianos, Él estaba diciendo que somos pocos los VERDADEROS adoradores en espíritu y en verdad, somos pocos los que estamos dispuestos a pagar el precio, somos pocos los que con valor y fe caminamos día a día en este mundo. ¿Eres tú uno de ellos?

Los discípulos “Día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías.” (Hechos 5:42) Lee bien: “día tras día”. ¿Cuántas veces compartes un versículo a tus vecinos o en tu Facebook? ¿Cuántas veces bendices a alguien en la calle? El cristianismo se vive todos los días, no sólo dentro de las cuatro paredes de la iglesia (congregación).

Jesús llevó Su mensaje a la gente. Él iba a todos los lugares donde había personas: en los mercados, en las calles, en las colinas, en las playas, en los hogares, en los mares, en donde lo odiaban, en donde lo juzgaban; en TODO lugar Él hablaba.

Entonces el Señor le respondió: Ve por los caminos y las veredas, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa.” (Lucas 14:23) Jesús nunca dijo: “Ve a un edificio de iglesia y ora para que Dios traiga a los pecadores”. Por el contrario, Él dijo: “Id por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”. No sirve sólo orar, hay que IR, hay que actuar.

Es tiempo de ser cristianos urbanos, cristianos de hechos y no de palabras. Te desafío, comparte el mensaje de Dios cada día, a cada momento y en cada lugar. Imitemos a Jesús.¿Te atreves? Dios te bendiga.


No eres del montón


Entre la gente iba una mujer que había estado enferma durante doce años, pues perdía mucha sangre. Había gastado en médicos todo el dinero que tenía, pero ellos no habían podido sanarla; más bien, la maltrataron más. Cada día se ponía más enferma. La mujer había oído hablar de Jesús, y pensaba: "Si tan sólo pudiera tocar su ropa, sanaría". Por eso, cuando vio a Jesús, se abrió paso entre la gente, se le acercó por detrás y le tocó la ropa. Inmediatamente dejó de sangrar y supo que ya estaba sana. Jesús se dio cuenta de que había salido poder de él. Entonces miró a la gente y preguntó: -¿Quién me tocó la ropa?. Sus discípulos le respondieron: -¡Mira cómo se amontona la gente sobre ti! ¿Y todavía preguntas quién te tocó la ropa?. Pero Jesús miraba y miraba a la gente para descubrir quién lo había tocado. (Marcos 5:25-32)

Muchas veces he leído esta historia de la Biblia pero nunca la había entendido como lo he hecho hoy. Déjame contarte. Una mujer se entera de que está enferma, va de médico en médico, pierde su tiempo, pierde su dinero, se enfermaba más y más, hasta que un día oyó de Jesús, lo buscó y se sanó.

A mí me resultaba muy claro este pasaje, a simple vista nos deja la enseñanza de que si confiamos de corazón en Jesús y creemos que no hay nada imposible para Él, así se nos cumplirá lo que a Él pedimos. Pero en mi interior algo me decía: léelo nuevamente, hay algo más allí. Hasta que comprendí.

Cuando se refiere a los médicos se refiere a los hombres. ¿Cuántas veces hemos buscado primero el favor de los hombres y no el favor de Dios? ¿Cuántas veces nuestro corazón ha estado triste, solitario y desgastado y lo primero que hizo fue buscar un consejo de hombres y no de Dios?

Así como ésta mujer gastaba su dinero, iba de médico en médico y se daba cuenta de que eso no daba resultado, así nosotros frente a algún problema vamos de amigo en amigo en busca de consejo, perdemos el tiempo en preocuparnos, como dice el versículo “nos enfermamos más”. Hasta que oímos de Jesús, como cristianos nuestra primera actitud frente a un problema, frente a un obstáculo debe ser: Buscar a Dios y confiar en Él.

¿Cómo es Dios?

Dios no te va a decir “No tengo tiempo para ti”, “Estoy ocupado”, “Yo si fuera tú me olvido de ese problema”, “Debes hacer tal y tal cosa, así estás haciendo todo mal”, esas palabras son palabras de hombres. Entonces hay algo que primero debemos de tener en cuenta:

Querido jovencito, no rechaces la instrucción de Dios ni te enojes cuando te reprenda. Porque Dios corrige a quienes ama, como corrige un padre a sus hijos.” (Proverbios 3:11-12). Cuando busques a Dios Él no te va a rechazar, Él te tratará como un hijo, te dará instrucción, te corregirá con amor, te tratará como la niña de Sus ojos. Ya deja de buscar y confiar en hombres, empieza a confiar más en tu Padre Celestial. ¿Por qué? Porque confiar en Él y obedecerle, es la mayor muestra de honra y amor que puedes tenerle.

Todos los días sabemos que tenemos un Papá que está con nosotros desde el momento en que despertamos hasta el momento en que nos acostamos, y no sólo eso, ¡Mientras dormimos aún nos cuida!. ¿Quién mejor padre que nuestro Dios? Por eso debemos de honrarlo, día a día. Debemos demostrarle nuestro amor, debemos demostrarle que en nuestro corazón está Su espíritu, debemos de decirle “Papá, Te amo” cada día de nuestras vidas.

Y tú me dirás, ¿Qué tiene que ver el tema del “padre” con la historia de la mujer enferma? En la historia se me reveló una tercera enseñanza.

Jesús estaba rodeado de una multitud de gente, imagínate los empujones, imagínate lo incómodo que era para Él caminar entre tantas personas. SIN EMBARGO, cuando esta mujer tocó su túnica Jesús se detuvo. “¿Quién tocó mi ropa?”, Jesús estaba diciendo: ¿Quién me está buscando? ¿Quién me necesita? Los discípulos desesperados al ver que tanta gente lo agarraba, lo tocaba, lo empujaba, le dijeron “¡Mira cómo se amontona la gente sobre ti! ¿Y todavía preguntas quién te tocó la ropa?”. ¡SÍ, Jesús entre tanta gente estaba buscando y mirando quien lo había tocado! ¿Qué hizo la mujer para que Jesús notara la diferencia en medio de la multitud? La respuesta es: La mujer lo buscó CON FE EN SU CORAZÓN.

¿Qué debemos hacer nosotros como Hijos?

Cuando nosotros vamos en nuestro papel de Hijos, en nuestro papel de un corazón sincero que necesita el amor de un Padre ante Dios, Él se dará cuenta y dirá como Jesús dijo en medio de tanta multitud “¿Quién tocó mi ropa?”. Dios sabe cuándo un Hijo lo necesita, Dios sabe cuándo un Hijo lo está buscando, Él oye tus oraciones.

Muchos cristianos piensan “¿Justo a mí me va a escuchar Dios?” SÍ, justo a ti te va a escuchar Dios. Él está esperando que seamos como esa mujer, que en medio de los problemas, que en medio de tanta gente, que en medio de lo que nos impida acercarnos a Él, marquemos la diferencia y que “toquemos su túnica”. Él quiere que lo busquemos con fe, que tengamos en cuenta que Él es nuestro PADRE.

Levántate de hoy en más, adopta estas actitudes aunque cueste y dile “Papá, Te amo, sé que soy un Hijo especial para ti”. Para Dios tú no eres como “la multitud” que rodeaba a Jesús, para Dios tú eres como la mujer, eres especial, Él siente que tú lo estás buscando. Confiar en Dios de todo corazón, buscarlo a Él primero y buscarlo con FE en que Él siendo el Padre perfecto nos cuidará como a sus hijos, es el mejor regalo que puedes hacerle a Dios.


Tormenta de fe


Charles H. Spurgeon fue un famoso pastor bautista británico del siglo XIX. Sus sermones fueron traducidos en diversos idiomas y es el escritor cristiano que más libros y publicaciones ha hecho. Una vez leí una parte de uno de sus textos que dice así:

La fe nunca prospera más que cuando todas las cosas le son contrarias: las tormentas son sus entrenadores y los relámpagos son sus iluminadores. Cuando en el mar reina calma, extiende como quieras las velas, la nave no marchará hacia su puerto, pues en un mar dormido la quilla duerme también. Deja que los vientos soplen furiosamente y que las aguas se agiten, pues es así como el barco podrá llegar al puerto deseado, aunque se balancee de un lado al otro, y aunque su cubierta se lave con las olas, y el mástil cruja bajo la presión de las infladas velas. Ninguna flor tiene un azul tan hermoso como las que crecen al pie de los helados ventisqueros. Ninguna estrella brilla más que las que fulguran en el cielo polar; ninguna agua tiene un gusto más agradable que la que corre por el desierto de arena, y ninguna fe es tan preciosa como la que vive y triunfa en la adversidad.

Esto me recordó a cuando Santiago escribió “Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y capaces de obedecer lo que se les ordene.” (Santiago 1:3-4)

Como humanos no podemos superar solos las dificultades. Algunos prefieren quedarse sentados esperando a que pase, otros se deprimen, otros luchan hasta cansarse; y, sin embargo, los únicos que superan las dificultades son aquellos que depositan su confianza total en Dios.

Santiago nos explicaba que cuando esa confianza sea probada en medio de una dificultad, allí es cuando menos debes soltarla. Habla de resistir la prueba hasta el final, debes resistirlo en su totalidad, no puedes decir “Señor, confío en Ti” y a la siguiente semana estar otra vez con tristeza en tu corazón. Dios quiere que tu confianza dure desde el principio hasta el final aunque te cueste.

Spurgeon se refería a la prueba y a la fe como a una tormenta y un barco. Él dice ¿Cómo crecerá tu fe si no tienes una prueba que superar? ¿Cómo un barco puede navegar si no hay fuertes vientos para que empujen las velas? Aunque mediante esa prueba titubees, aunque sientas que las olas te llegan a tapar, no dudes en ningún momento del propósito que tiene Dios para ti cuando llegues al puerto, cuando esa prueba termine.

En la Biblia dice “Tú, Dios mío, nos pusiste a prueba, para ver si éramos fieles.” (Salmos 66:10) Él quiere saber cuan fiel eres para saber cuánto podrá darte después. Si tú confías en Dios, Él confiará en ti a la hora de querer darte un mensaje. Sabe que si eres fuerte en las adversidades, la recompensa cuando esa prueba pase será aún mayor.

También en Eclesiastés 7:14 leemos “Por eso, cuando vengan los buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando lleguen los tiempos malos ponte a pensar que todo viene de Dios, y que nunca sabemos lo que nos espera.” Nosotros no sabemos en medio de la prueba cuál será el final, ni cuándo ni el propósito con el que fuimos puestos allí. Pero sí sabemos que tenemos un Dios que tiene algo preparado para darnos al final.

En vez de preguntarle a Dios: “Señor, ¿POR QUÉ a mí?”, empecemos a preguntarle: “Señor, ¿PARA QUÉ a mí?”. Siempre de una prueba sacarás resultados positivos, ya sea, aprender, crecer, superarte, aumentar tu confianza, perfeccionarte. Sin duda que saldremos de esa prueba victoriosos si mantenemos nuestra fe.

Como dijo Spurgeon: “Ninguna fe es tan preciosa como la que vive y triunfa en la adversidad”. Aprende a ser un buen marinero cuando se presente una tormenta, recuerda que allí es cuando más debes extender las velas, allí es en donde más firme debes mantener tu fe en Dios. El Señor siempre tendrá un plan para cuando tú superes esa prueba, sólo confía y llegaras más rápido al puerto.


Son tres palabras


El que los llama es fiel, y así lo hará. (1 Tesalonicenses 5:24)

Todos estamos esperando que Dios nos responda una pregunta o alguna petición. Pero no todos nos hemos dado cuenta que Él ya ha respondido.

Yo hoy no sé por qué le estás clamando a Dios, pero tengo tres palabras que serán la respuesta de Él a tu vida. Son tres palabras por las cuales podremos vivir tranquilos hasta la eternidad. Ya has escuchado esta frase de tres palabras, ya la has leído y ya la has hasta dicho, pero hoy es tiempo de creerlas. Tres palabras: DIOS ES FIEL.

Hay tribulación, Dios es fiel. Hay problemas económicos, Dios es fiel. Tienes decepciones amorosas, Dios es fiel. Te ha ido mal en la universidad y no encuentras trabajo, Dios es fiel. Hay tormentas que de tan fuertes que han sido lograron que se fuera la luz en tu vida, Dios es fiel. Esa es hoy tu respuesta.

No hay siquiera una sola persona en la Biblia que haya sido decepcionada por Dios. ¿No me crees? Lee los siguientes pasajes, que sea la Palabra de Dios quien te hable:

Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.” (Hebreos 10:23)

Si somos infieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo.” (2 Timoteo 2:13)

Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos.” (Deuteronomio 7:9)

Tu amor, Señor, llega hasta los cielos; tu fidelidad alcanza las nubes.” (Salmos 36:5)

Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.” (2 Tesalonicenses 3:3)

La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras.” (Salmos 33:4)

¡Bendito sea el Señor, que conforme a sus promesas ha dado descanso a su pueblo Israel! No ha dejado de cumplir ni una sola de las gratas promesas que hizo por medio de su siervo Moisés.” (1 Reyes 8:56)

Toda promesa de Dios en la Biblia fue cumplida de principio a fin. ¿Por qué crees que te ha dejado solo? ¿Por qué piensas que tu Papá te ha abandonado? Levántate. Mira la cruz. ¿Lo ves allí colgando del madero? ¡No! Él ha estado a tu lado desde el momento en que se bajó de allí. Dios a su hijo en tu lugar, para poder estar junto a ti por la eternidad.

Llénate de esperanza, Dios es fiel. Aunque tarde su respuesta, no dudemos de su fidelidad. Cuesta, lo sé.

Hace unos días llegué a mi congregación con el corazón quebrantado, necesitaba respuestas, necesitaba que Dios restaurara mi corazón. ¿Sabes cuáles fueron las Palabras que el Señor susurró a mi vida? “Hijita, espera, YO SOY FIEL”.

Santo, Justo, Perfecto y Fiel es nuestro Dios. Costará que lo entendamos, pero perseveremos. Dice Su palabra en Romanos 5:2-4: “Nos alegra saber que, por confiar en Jesucristo, ahora podemos disfrutar del amor de Dios, y que un día compartiremos con él toda su grandeza. Pero también nos alegra tener que sufrir, porque sabemos que así aprenderemos a soportar el sufrimiento. Y si aprendemos a soportarlo, seremos aprobados por Dios. Y si él nos aprueba, podremos estar seguros de nuestra salvación. De eso estamos seguros: Dios cumplirá su promesa, porque él nos ha llenado el corazón con su amor, por medio del Espíritu Santo que nos ha dado.

Dolerá, sufriremos, lloraremos y nos quejaremos ante Dios; pero si tan sólo aprendemos a perseverar y a entender que Su propósito y Su tiempo son PERFECTOS para nuestras vidas, Su respuesta será inmediata. Recuerda esas tres palabras hoy y grábalas en tu corazón: Dios es fiel.


¡El anuncio más importante!


Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia. Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. Al contrario, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos. Pero tú, Timoteo, mantén la calma en todo momento, soporta los sufrimientos y anuncia siempre la buena noticia. Haz bien tu trabajo. (2 Timoteo 4:2-5)

Estamos viviendo tiempos en los cuales vemos pelearse más a quienes dicen ser cristianos que a los que dicen no serlo. Vemos más chusmerío dentro de una iglesia que en el supermercado del barrio o de la colonia. Vemos a líderes y pastores alimentando su ego y su orgullo en vez de alimentando a los niños en las calles. Vemos a padres que prefieren salvar al mundo entero y quedar bien con el pastor, antes que salvar a sus propios hijos y quedar bien con el Señor. Algunos cristianos hablan más de sus pastores de lo que hablan de Jesús, prefieren contar de su iglesia que contar de la cruz.

Y es por eso que mucha gente dice la frase “Si eso es ser cristiano, mejor me quedo como estoy”. Sé que es algo fuerte lo que digo, pero es tiempo de que accionemos. ¡No estamos siendo valientes como se nos pidió que fuéramos! Mucha gente está siendo engañada porque no hay quién les anuncie la verdad. Dios mismo nos ha elegido para formar parte de Su pueblo, ¿Qué estamos haciendo como ciudadanos de ese pueblo?

Mira, te pondré un ejemplo.

Tal vez en tu ciudad o en donde vivas haya eventos que se realicen y tú veas los anuncios en la televisión, en la radio, en carteles o folletos pegados en las calles que anuncian sobre el evento que vendrá. La gente que pega aquellos folletos en las calles no se limita con pegarlos sólo en la manzana o en la cuadra del teatro, iglesia o salón donde se realizará. La gente que pega aquellos folletos sale en autos, camionetas, pegan esos papeles por toda la ciudad, ¡Incluso salen de la ciudad para anunciar el evento que se realizará! Ya sea un concierto de una banda de música o la presentación de un libro, hablo de cualquier tipo de evento. Lo mismo sucede con el anuncio que sale en la televisión, la publicidad de ese evento no saldrá sólo en los televisores de la gente de la ciudad, saldrá emitido en muchas ciudades, incluso en todo el país.

Entonces aquí va mi pregunta. El anuncio más importante es que: JESUCRISTO ESTÁ POR VENIR Y OFRECE SALVACIÓN A TODOS. Nosotros como pueblo, ¿Qué estamos haciendo? ¿Dónde estamos anunciando su venida? ¿Dónde estamos pegando esos folletos, sólo en nuestras familias y amistades o estamos buscando en el mundo a la gente que verdaderamente necesita de Dios? ¿Estamos cumpliendo con la misión que se nos dejó?

El otro día veía un programa de televisión en el cual hablaban de una secta que se hace llamar religión. No voy a mencionar ni el programa ni la secta porque no es a donde quiero llegar. En ese programa decía que los que practican esta “religión” creen en que todos y cada uno de nosotros vamos al cielo, sin importar sean buenos o malos, hayan aceptado a Cristo o no, todos vamos al cielo.

Yo me entristezco a ver cómo mucha gente cae engañada, ¿Sabes por qué? Jesús vino a este mundo como pobre, fue humillado, maltratado, traicionado, escupido, burlado, golpeado, todo para cumplir la obra de Dios y ofrecernos la salvación y el perdón de los pecados y hoy en día hay gente que cree que NO tiene que aceptar el sacrificio de Cristo porque total igual irá al cielo. ¡El sacrificio de Cristo está siendo desperdiciado, accionemos por favor!

Hay gente que necesita saber que hay un Dios que los ama incondicionalmente, un Dios que quiere perdonarlos y establecer una relación íntima y personal con ellos. NOSOTROS, TÚ y YO, somos los encargados de transmitir ese mensaje. Pablo le decía a Timoteo: “Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia.

Anuncia, anuncia, anuncia y anuncia el mensaje de Dios. No lo hagas sólo cuando sales a evangelizar con el ministerio de tu iglesia. Puedes hacerlo cuando viajas en bus, en un hospital, mismo en la calle, en tu universidad, en tu trabajo. Aunque pienses que te rechazarán, así como Pablo le decía a Timoteo: Ten paciencia, aunque ese momento no parezca ser el mejor.

Esto no se trata de “religiones”, Cristo vino a este mundo a enseñarnos RELACIÓN, no religión. Pablo decía “Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. Al contrario, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos.

La gente está buscando conocer a Dios, desea conocer a Dios, pero ¿Sabes cuál es el problema? Que la gente no está escuchando la verdad, sino que está creyendo puro cuentos. Es tu deber y el mío ponerle fin a esos cuentos.

Anímate hoy a reflexionar, recuerda de dónde te sacó Dios a ti y piensa en que quiere sacar a muchos más de ese mismo lugar. ¡Vamos! Saca tu auto, tu camioneta, el evento más importante se acerca: Cristo vuelve.

Grítalo en todas partes, pega esos folletos en los corazones de las personas, enséñales sobre el Padre perfecto, anímalas. ¿Qué esperas? Seamos valientes, no nos acobardemos, sabemos que el diablo ya está vencido, no le permitamos ganar más territorio. Como Hijos de Dios, podremos hacerlo con victoria asegurada. Verdad hay una sola; los cuentos, cuentos son. ¡Anúnciala!