Sueña y lánzate


Deja en manos de Dios todo lo que haces, y tus proyectos se harán realidad. (Proverbios 16:3)

Creo que todas las personas que están leyendo esto tienen sueños y metas en sus vidas. Desde ser un músico, un profesional en determinada área, tal vez predicador o líder, ser madre o padre, formar una familia; hasta metas a corto plazo como aprobar un examen, que te aumenten el salario, comprar algo que mucho deseas o emprender un nuevo proyecto.

Pero, ¿Cómo vamos a hacerlo si no damos el primer paso? El primer paso es poner de tu voluntad para hacerlo. No sirve de nada que pongas excusas para todo, y ese es un error muy común en nosotros los humanos. “¡Quiero aprobar el examen! Pero recordé que debo hacer algo y no puedo estudiar…”, “¡Quiero conseguir un empleo! Pero no he enviado mi currículum a ningún lado…”, “¡Quiero comprarme tal camisa! Pero el dinero lo gastaré mejor en un taxi hasta mi casa porque hoy no tengo ganas de caminar…”. Siempre buscamos excusas para no asumir nuevas responsabilidades.

Quiero que a partir de hoy las excusas pasen a ser “Ex-cusas” o “Ex-excusas”. Que formen parte de tu pasado, y no de tu presente para que luego no determinen tu futuro. No dependes de lo que NO eres capaz, sino de lo que Dios te ha hecho capaz. Tienes que plantearte metas y sueños y dar el primer paso: Quitar las excusas y poner voluntad.

El segundo paso, es dejarlo en manos de Dios. Tú me dirás, “Sí, ese debería de ser el primer paso, no el segundo”. Pero ¿Cómo vamos a dejarle algo a Dios si nosotros no nos lo proponemos primero? El proverbio de más arriba no dice “deja en manos de Dios todo lo que HARÁS”, dice “todo lo que HACES”, o sea que primero debes de empezar tú poniendo de tu voluntad, y luego dejárselo a Dios para que aquello se cumpla.

Sé que no es fácil, muchos retos se nos presentarán para lograr nuestros sueños pero nada podrá detenernos si durante toda la carrera va Cristo corriendo con nosotros. Atrévete y ten valor de quitar las excusas de tu vida para dar el primer paso en el camino de cumplir lo que deseas alcanzar. Debes de decirte a ti mismo que eres capaz de hacerlo, sin importar que los demás digan lo contrario, Dios cree en ti.

Cuando Dios llamó a Moisés para sacar a los israelitas de Egipto, Moisés no respondió: “Ay sí Señor, a sus órdenes, ya mismo lo hago”. Sino que puso una excusa: no se creía capaz de hacerlo. “Moisés contestó: -¿Y quién soy yo para ir ante él y decirle: “Voy a sacar de aquí a los israelitas”? Dios le dijo: -¡Moisés, yo estaré contigo en todo momento!” (Éxodo 3:11-12). Ya no digas “¿Y quién soy yo para…?”, porque Dios te dice “Sí, tú, tú, tú, ¡eres tú! Estaré contigo en todo momento”.

No temas fallar, tropezar o caerte, pero sí ten por seguro que te levantarás en cada caída. No importan las críticas o el éxito que tengan los demás, tú eres tú y Dios puso sueños en ti que no ha puesto en nadie más sobre la Tierra.

¿Tienes idea de la magnitud de esto? Se estima que somos casi 7 mil millones de personas en el mundo, y lee bien esto: Dios puso en ti sueños únicos porque sabe que sólo tú, de esas 7 mil millones de personas, puede hacerlos realidad.

¿Qué esperas para lanzarte?



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