¡Quítale el polvo a tu Biblia!


"No te dejes llevar por las tentaciones propias de tu edad. Tú eres joven, así que aléjate de esas cosas y dedícate a hacer el bien. Busca la justicia, el amor y la paz, y únete a los que, con toda sinceridad, adoran a Dios y confían en él. No prestes atención a discusiones que no ayudan en nada. Los que así discuten siempre terminan peleando. Un servidor de Dios no debe andar en peleas. Al contrario, debe ser bueno con todos, saber enseñar, y tener mucha paciencia. Y cuando corrijas a tus enemigos, hazlo con humildad. Tal vez Dios les dé la oportunidad de arrepentirse y de conocer la verdad. Se darán cuenta entonces de que cayeron en una trampa del diablo, y lograrán escapar. Por el momento, el diablo los tiene prisioneros y hace con ellos lo que quiere". 2 Timoteo 2:22-26

Cuántos y cuán buenos los consejos los que se nos dejan en la Biblia. Y cuántos y cuán pocas veces los aplicamos en nuestras vidas. Hace unos meses me llegó al correo una noticia que hablaba sobre la Biblia. Decía que en República Checa se cree que más del 50 por ciento de la población es atea, pero, que sin embargo, el 90 por ciento conocía de la Biblia.

Aún ellos siendo ateos, consideran a la Biblia como una guía moral (rechazan que sea la palabra viva de Dios). Lo que a mí me llama la atención, es cómo una persona que no conoce a Dios puede seguir los consejos que allí están y nosotros, siendo cristianos, nos cuesta tanto ¡Pareciera un chiste! Ateos checos AFIRMAN que la Biblia es un libro DIGNO de tomar como ejemplo para saber cómo actuar en la vida. ¿Y tú qué crees?

Para nosotros la Biblia no sólo nos sirve de guía, sino que creemos que es la Palabra de Dios. Cuánto más llena de polvo esté nuestra Biblia, más hechos polvos estaremos nosotros. A veces vemos hermanos que llegan a la iglesia con su Biblia toda viejita y gastada, a mí no me queda más que decirle “¡Lo felicito! ¡Su Biblia gastada demuestra que la lee y que usted no está gastado!”.

Jóvenes y no tan jóvenes, aprendamos a comportarnos para que hablen bien de nuestro Señor Jesús. Ya no podemos hacer lo que queremos. Siempre he dicho, podemos hacer lo que queremos, dónde queremos, con quién queremos y cuando queramos, PERO si Dios nos lo permite. Muchos han confundido libertad con libertinaje y pierden su testimonio al tratar de agradar a otras personas antes que a Dios.

Pablo nos deja varios puntos a tomar en cuenta en el versículo de allí arriba:

No te dejes llevar por las tentaciones propias de tu edad. Tú eres joven, así que aléjate de esas cosas y dedícate a hacer el bien: No dejes que te convenzan de hacer cosas que sabes que no están bien. Piensa antes de hacer algo que si lo que harás glorifica a Dios y si es lo que Jesús haría en tu lugar. Si tus manos tocan algo o tus ojos ven cosas que no agradan a Dios, trata de desviarlas para la rectitud nuevamente.

Busca la justicia, el amor y la paz, y únete a los que, con toda sinceridad, adoran a Dios y confían en él: Aquí considero que se nos habla de las amistades. Pablo afirma que no nos conviene estar con los que “de la boca para afuera” aman a Dios solamente, sino los que de corazón lo hacen. Las personas que no viven en paz o que guardan odio en su corazón, son las mismas que aún no aman a Dios de forma sincera. Únete a la gente que te sea de bendición, no de tropiezo, pero ora por aquellas almas.

No prestes atención a discusiones que no ayudan en nada. Los que así discuten siempre terminan peleando. Un servidor de Dios no debe andar en peleas: He visto hermanos meterse en temas donde no los llaman o buscándole el pelo al huevo donde no lo tiene. Eso sólo creará conflictos y quitará la tranquilidad de tu vida. Además recuerda que TODOS formamos parte del cuerpo de Cristo, si peleamos, es como si a Él estuviéramos hiriendo. Un servidor de Dios no debe andar en peleas ni contiendas.

Al contrario, debe ser bueno con todos, saber enseñar, y tener mucha paciencia. Y cuando corrijas a tus enemigos, hazlo con humildad: Este es quizás el punto que más debemos aplicar. A veces a la hora de enseñar, se nos termina la paciencia o nos domina cierta soberbia. Creemos que porque el otro está pecando o haciendo algo mal, tenemos el derecho de perder la humildad y creernos más que ellos por estar pecando. ¡No te equivoques! “Quien esté libre de pecado tire la primera piedra…” No podemos juzgar ni ponernos en un nivel más alto de nadie, debemos tomar actitud de Cristo y con respeto y paciencia instruir a quienes recién pisan los caminos de Dios. Así, ellos aprenderán y ganarán la oportunidad de arrepentirse, pedir perdón y enseñar a otros.

Por último, Pablo nos da el motivo por el cual muchos cristianos tienen todas las actitudes anteriormente mencionadas: “Se darán cuenta entonces de que cayeron en una trampa del diablo, y lograrán escapar. Por el momento, el diablo los tiene prisioneros y hace con ellos lo que quiere”. Son prisioneros del diablo. Cristo nos ha hecho libres mis amigos, si ya te has convertido, deja esas actitudes que Dios está pidiéndote que dejes.

Deja el chisme, deja la mentira, deja el orgullo o la soberbia. Yo no soy ninguna santa, soy tan pecadora como ustedes; pero si hay algo que me duele, es que quien queda mal es siempre Jesús y no nosotros. Ya no lo humillemos. Ateos toman los consejos de la Biblia y nosotros los rechazamos. ¡Vamos! Quítale el polvo a tu vida, a tu Biblia, léela, créela y créele a Dios, que lo más maravilloso de todo es que Él está listo para perdonarte, limpiarte, quitarte el polvo, levantarte y bendecirte.

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