Amando a tus enemigos
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Mateo 5:44
En el Antiguo Testamento, podemos observar cómo muchos reyes, y muchos de los que seguían a Dios, no amaban a sus enemigos, sino que querían que sobre ellos cayeran maldiciones y desgracias.
Veamos un ejemplo, el rey David. David era un fiel servidor de Dios. Es uno de los personajes bíblicos más importantes y es reconocido por su valentía y por sus poesías, en las cuales expresaba su relación con Dios.
En Salmos 109 podemos ver lo que David sentía por su enemigo. <<Ya que le encantaba maldecir, ¡que le caiga una maldición!. Ya que no le gustaba bendecir, ¡que nadie lo bendiga!>>. David pedía ayuda a Dios para enfrentar a sus enemigos, pedía que se hiciera justicia, quería que se les devolviera lo que hacían con él.
Pero cuando Dios envió a Jesús a este mundo, su mensaje fue: <<AMAD a vuestros enemigos>>. Nos enseña a no desearles el mal, pues Dios nuestro Padre es un Juez Justo.
Jesús también nos pide que les demos <bendición> a aquellos que nos odian. David pedía maldición, pero Jesús te dice: BENDÍCELO, ÁMALO, ORA POR ÉL. Demuestra el amor de Dios con tus enemigos.
Así como en Romanos 12:21 <<No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien>>, así debemos hacer con nuestros enemigos. No se dejen vencer por su odio, por el contrario, haz el bien y ámalos.
Y tú... ¿Estás amando a tus enemigos?
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