Clamor equivocado
¿Qué
otra nación hay tan grande como la nuestra? ¿Qué nación tiene dioses tan cerca
de ella como lo está de nosotros el Señor nuestro Dios cada vez que lo
invocamos? (Deuteronomio 4:7)
Aún no me
explico el amor de Dios hacia nosotros. ¿Por qué alguien tan grande, se fijaría
en algo tan frágil como los humanos? Es su inmensa gracia la que hace que día a
día Él tenga cuidado de nosotros.
Cuando leía
ese versículo del comienzo, en mi mente resonaban las palabras “nación” y “dioses”,
y les he dado un significado para poder entender mejor lo que Dios nos ha
querido decir con esto.
“Nación” puede tratarse como un
grupo de personas que tienen intereses en común, no necesariamente en un mismo
país. Los hijos de Dios formamos parte de Su nación, pero así mismo también hay
otras naciones y otros dioses.
¿Dioses? Dinero, alcohol, fama,
pornografía, adicción, y podría seguir enumerando. Todo lo que te ata se
convierte en tu “dios”. Y hay naciones más grandes de lo que imaginas siguiendo
estos dioses vanos. Y ten cuidado, no sólo eso, sino que muchos hacen de su
pastor su dios, cuando el único merecedor de ser DIOS es DIOS.
Pero lo que
estoy tratando de decirte, es que tienes que definir a qué nación perteneces y
a qué “dios” clamas. ¿Por qué? Puedes amar el dinero, puedes estar perdido en
las adicciones, pero te aseguro que si le invocas al dinero o a la droga, nadie
escuchará ese clamor.
En cambio
si decides pertenecer a la nación de Dios, tienes un ejército de ángeles
dispuestos a obedecer la orden de Dios de bendecirte cuando clames a Él.
Sus oídos están dispuestos siempre para ti, pero has
estado clamando en el lugar equivocado.
La Palabra
misma dice: “Dios siempre está cerca
para salvar a los que no tienen ni ánimo ni esperanza. Los que son de Dios
podrán tener muchos problemas, pero él los ayuda a vencerlos.” (Salmo
34:18-19)
Es natural
clamar, pedir ayuda, pero ¿Lo estás haciendo del modo correcto? ¿Estás
clamándole a Dios con fe? ¿Entiendes la cercanía que tienes con tu Papá y la
estás aprovechando? NADIE, ninguna otra cosa, podrá estar más cerca de ti que
Dios. Clama hoy a Él y espera con fe.
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