Construir sobre una mentira
No hablen mal de otra persona ni digan mentiras en su contra. No mientan ni den informes falsos que ayuden al malvado a engañar a los jueces. Ni se mientan unos a otros, porque ustedes ya han dejado la vida de pecado. Por eso, ya no deben mentirse los unos a los otros. Todos nosotros somos miembros de un mismo cuerpo, así que digan siempre la verdad. (Éxodo 20:16;23:1; Colosenses 3:9; Efesios 4:25)
Recuerdo que de niña me contaban un cuento sobre la mentira y la verdad. En un mundo fantástico existían dos grupos de duendes: los verdaderos y los mentirosos. Cada grupo vivía en un gran palacio, el palacio de la verdad y el palacio de la mentira. Los duendes competían por quién tenía el palacio más grande.
Cada palacio crecía cuando una persona decía una verdad o una mentira, respectivamente. El problema era que, con el tiempo, algunos de los ladrillos del castillo de la mentira se rompían, se hacían polvo. ¿Por qué? Porque aquella mentira que alguien había dicho alguna vez, salió a la luz. Y así el castillo de la mentira, perdía su fortaleza, se desmoronaba. Me enseñaron desde pequeña que la mentira tiene patas cortas y que todo, al final, se descubre. Nada basado en la mentira tiene larga duración.
Claro que he mentido como cualquier niño o niña, pero hoy es Jesús quien me pide que no mienta. Hoy es la Biblia la que me enseña que Satanás es el dueño de la mentira y que debo cuidar las palabras que salen de mi boca. Es Dios quien sabe todos mis secretos y quien sacará a la luz todo lo oculto.
Arriba junté algunos versículos y armé un versículo largo como allí lo ves. Yo los considero consejos o pasos a seguir, para aprender a cuidar mi lengua de dar falso testimonio y quiero que tú, como hijo o hija de Dios, también los apliques en tu vida:
Éxodo 20:16: “No hablen mal de otra persona ni digan mentiras en su contra”. También puede relacionarse con los chismes. No podemos hablar de ninguna persona si no la conocemos realmente, y si la conocemos, no ganaremos nada hablando mal de ella. Dios todo lo ve y es Él quien saca todo a la luz. No digas mentiras sobre alguien por más pequeñas que te parezcan, a la otra persona seguro le hará daño y no es la forma en la que nosotros debemos comportarnos. Si esa persona te ha lastimado, no le devuelvas con lo mismo. Perdónala y deja que Dios se encargue.
Éxodo 23:1: “No mientan ni den informes falsos que ayuden al malvado a engañar a los jueces”. Esto viene a ser algo así como NO APOYES a quien sabes que está mintiendo. Esto todo lo hemos hecho alguna vez para apoyar a algún amigo o amiga, para cubrirlo o ayudarlo. Pero la Biblia nos enseña que no debe ser así, tarde o temprano, cuando eso salga a la luz, tú te verás involucrado y lastimarás a más personas de las que crees por haber apoyado una mentira.
Colosenses 3:9: “Ni se mientan unos a otros, porque ustedes ya han dejado la vida de pecado. Por eso, ya no deben mentirse los unos a los otros”. Este versículo es parecido al primero, pero suma una aclaración: la mentira ES pecado. Ya sabemos que el arma principal del diablo para convencernos de algo, es la mentira. Él siempre nos ha mentido, desde Adán y Eva cuando le hizo creer a Eva que si comía la manzana y no diría nada, nadie se enteraría, pero no fue así, Dios los descubrió y el hombre también. Si eres una nueva persona en Cristo, ya no puedes seguir pensando que si mientes te saldrán las cosas bien.
Efesios 4:25: “Todos nosotros somos miembros de un mismo cuerpo, así que digan siempre la verdad”. Te doy un ejemplo más sencillo, si tu ojo ve un pozo en la calle, y le miente al pie diciéndole que no hay ningún pozo, tú caerás en ese agujero. Todo tu cuerpo caerá, tu pie, tus manos, tus brazos, tu cara, tus ojos, todos caen. Lo mismo sucede con las mentiras, dentro y fuera de la iglesia, si mentimos en algo, en todo se verá reflejado.
Mi hermano, hermana, ya no estamos para mentir cuando tenemos como Padre al dueño de la Verdad. Quizás tus mentiras sean aquellas que dicen ser “piadosas”. Aquellas que tú pones como excusas. “No hice la tarea porque no tenía tiempo” y pasaste todo el día viendo tv. Esas, por más piadosas que sean, son mentiras.
Tenemos que cuidar nuestra mente, alma y espíritu. No pierdas la confianza de las personas por un momento de insensatez en el cual mentiste para salir de una situación incómoda. Te aseguro que el dueño de los Cielos todo lo ve y sacará tarde o temprano todo al descubierto. Recuerda que no puedes construir un palacio basado en mentiras, porque se derrumbará. No te engañes, mantenerse en la mentira es servirle al dueño de la mentira; mantenerse en la verdad, es servirle al único Dios, nuestro Señor y Rey. No podemos construir sobre una mentira.
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