Déjate leer


Todos pueden ver claramente el bien que Cristo ha hecho en la vida de ustedes. Para que la gente hable bien de nosotros, sólo tiene que fijarse en ustedes. Porque ustedes son como una carta que habla en favor nuestro. Cristo mismo la escribió en nuestro corazón, para que nosotros la presentemos. No la escribió en piedra, ni con tinta, sino que la escribió con el Espíritu del Dios vivo. Y esa carta está a la vista de todos los que la quieran leer. 2 Corintios 3:2-3 

Hace unos días veía una película llamada “Cartas a Dios”. La película trata sobre la vida de un niño de 8 años que padece cáncer y su confianza en Dios para poder sobrellevar su enfermedad. Tyler, el niño, vivía con su abuela, una mujer de fe, su madre la cual estaba molesta con Dios debido a la enfermedad de su hijo y su hermano mayor, quien era incrédulo.

Para Tyler, Dios es un amigo, un maestro y el amigo por correspondencia, ya que Tyler escribía sus oraciones en forma de carta y las dejaba en el buzón de correo de su casa; cada día escribía una carta diferente a Dios. A la calle en donde Tyler vivía, se le asigna un nuevo cartero, encargado de recoger y entregar la correspondencia. Este nuevo cartero, Brady, era un hombre que sentía que su vida estaba totalmente perdida, estaba lejos de su hijo, era adicto al alcohol y no le encontraba un sentido al diario vivir.

A lo largo de la película, se puede observar como Tyler se convierte en una misma carta escrita por Dios ¿A qué me refiero con esto? A que Tyler con su vida, con su testimonio, estaba cambiando la vida de otros. Su hermano no creía en Dios, pero al ver la fortaleza y la confianza de Tyler, y la alegría con la que el niño le hablaba de Dios, le hizo cambiar su corazón y le hizo entregarse al Señor.

El cartero, al no saber qué hacer con las cartas del niño ya que no podía dárselas personalmente a Dios, decide leerlas. Carta a carta Brady se emocionaba con las palabras del niño, le dio fuerzas para volver a ver a su hijo, dejó el alcohol, comenzó a ser más responsable en su trabajo, ayudaba a la madre de Tyler en lo que lo necesitara; todo gracias al testimonio de Tyler.

Esto me recordó a un versículo de 2 Corintios: “Todos pueden ver claramente el bien que Cristo ha hecho en la vida de ustedes (…) Porque ustedes son como una carta que habla en favor nuestro. Cristo mismo la escribió en nuestro corazón, para que nosotros la presentemos. No la escribió en piedra, ni con tinta, sino que la escribió con el Espíritu del Dios vivo. Y esa carta está a la vista de todos los que la quieran leer.

Todos y cada uno de nosotros somos cartas escritas por el puño y letra de Dios. Desde que Cristo toca nuestro corazón, nuestras vidas cambian. Debemos de, como Tyler, impactar la vida de los demás. Tal vez tu testimonio no se parezca al de Tyler, tal vez no te consideres con el poder de impactar, pero déjame decirte algo: Si tu vida y tu corazón, fueron puestos en manos de Dios, créeme que impactarán.

Una persona a quien amo, me recuerda muy seguido “Tal vez nosotros seamos la única Biblia que muchos leerán”, esto significa: demuestra que eres un hijo de Dios, demuestra que Su espíritu está obrando en ti, actúa como Cristo lo haría, sé ejemplo, haz que tu testimonio se convierta en luz para quienes andan en oscuridad.

Cristo mismo la escribió en nuestro corazón, para que nosotros la presentemos.” Presentar nuestra vida como ejemplo y testimonio no es una opción, es un mandato. Deja que quienes te rodean, te lean. Eres una carta escrita por Dios, eres un elegido para impactar las vidas de los demás, tienes al Espíritu de Dios dentro de ti, entonces ¿Qué esperas para dejarte leer?

¡Quitamancha!


Ustedes ya están limpios, gracias al mensaje que les he anunciado. Juan 15:3

De acuerdo con su plan, Dios el Padre decidió elegirlos a ustedes, para que fueran su pueblo. Y por medio del Espíritu Santo y de la muerte de Jesucristo, Dios los ha limpiado de todo pecado, para que lo obedezcan. 1 Pedro 1:2

“Cierto día paseaban juntos un fabricante de jabón y un predicador; y en el curso de la conversación, el fabricante, quien era incrédulo, le dice al predicador: - El evangelio que usted predica señor, no me parece haber tenido mucha eficacia, pues veo que en el mundo abunda la maldad y hay todavía personas malas- . Más adelante encontraron a un niño que estaba jugando en el barro de la calle, y se hallaba completamente sucio. Al verlo en este estado, el predicador se valió de la oportunidad y volviéndose al fabricante de jabón le dijo: -Señor, el jabón que usted fabrica no parece haber tenido mucha eficacia, porque veo que en el mundo abunda la suciedad y hay muchas personas sucias- . -¡Ah!- respondió el fabricante – es que mi jabón sólo quita la suciedad cuando se aplica sobre lo sucio- . -Exactamente lo mismo – replicó el predicador – es lo que sucede con el evangelio. Solo quita la maldad y limpia de ella, cuando el pecador se lo aplica a su corazón manchado de pecado.”

 En la Biblia hay muchos versículos que hablan de cómo Cristo nos ha lavado con su obra en la cruz. Yo compré mi primera biblia antes de convertirme en cristiana. En ese entonces solamente escuchaba algunas prédicas y leía devocionales, hasta el día en que compré mi biblia. Recuerdo que entré a la librería algo tímida y pregunté por la biblia que yo quería, el vendedor me dijo que tenían muy pocas y que no se les permitía venderlas todavía, pero me pidió que lo aguardara un momento. A los 20 minutos volvió con una gran sonrisa en su rostro y me dijo “Hermana, esta biblia es suya”. ¡Jamás había sentido tanta felicidad!

Desde ese momento supe que Dios quería que yo leyera Su palabra. Al leerla me emocionaba, llegué a reír, llorar, admirar a ciertos personajes, pero lo que más me alegraba era saber que había alguien que quería darme una Nueva vida, quería quitarme las “manchas” que me gobernaban, quería amarme y usarme para un propósito mayor. Hoy puedo decir a toda voz: ¡Cristo me lavó, perdonó, salvó, justificó, redimió y me dejó volver a nacer! 

Esto me recuerda a la canción “Quitamancha” del grupo Rescate (por eso el título de este devocional), la canción dice: “¿Cómo poder ablandar una vida tan dura? ¿Cómo poderme frenar en un mundo que apura? ¿Cómo quitarme la mancha que me hace morir? ¿Cómo sigo parado, si miro a cada lado? Si miro para arriba encuentro la salida. Libera de la pena y quita la condena. La palabra que siento no se la lleva el viento. Si me pudiste ablandar una vida tan dura, si me pudiste frenar en un mundo que apura, si me quitaste la mancha y me haces vivir.

Si aún sientes culpa por tus pecados, vuélvete a Dios, Él quiere perdonarte y lavarte. Quiere que seas una nueva criatura. Lee la Biblia, ella fue escrita no sólo para sernos de guía sino para demostrarnos que estamos equivocados, para demostrarnos que no somos perfectos pero que hay un Perfecto que quiere tocar nuestro corazón. ¡Ya no sientas vergüenza del evangelio, sacúdete las manchas con el amor de Cristo y vuelve a empezar! 

Verdad hay una sola; los cuentos, cuentos son.


Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia. Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. Al contrario, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos. Pero tú, Timoteo, mantén la calma en todo momento, soporta los sufrimientos y anuncia siempre la buena noticia. Haz bien tu trabajo. 2 Timoteo 4:2-5

Estamos viviendo tiempos en los cuales vemos pelearse más a quienes dicen ser cristianos que a los que dicen no serlo. Vemos más chusmerío dentro de una iglesia que en el supermercado del barrio o de la colonia. Vemos a líderes y pastores alimentando su ego y su orgullo en vez de alimentando a los niños en las calles. Vemos a padres que prefieren salvar al mundo entero y quedar bien con el pastor, antes que salvar a sus propios hijos y quedar bien con el Señor. Algunos cristianos hablan más de sus pastores de lo que hablan de Jesús, prefieren contar de su iglesia que contar de la cruz.

Y es por eso que mucha gente dice la frase “Si eso es ser cristiano, mejor me quedo como estoy”. Sé que es algo fuerte lo que digo, pero es tiempo de que accionemos. ¡No estamos siendo valientes como se nos pidió que fuéramos! Mucha gente está siendo engañada porque no hay quien les anuncie la verdad. Dios mismo nos ha elegido para formar parte de Su pueblo, ¿Qué estamos haciendo como ciudadanos de ese pueblo?

Mira, te pondré un ejemplo. Tal vez en tu ciudad o en donde vivas hayan eventos que se realicen y tú veas los anuncios en la televisión, en la radio, en carteles o folletos pegados en las calles que anuncian sobre el evento que vendrá. La gente que pega aquellos folletos en las calles no se limita con pegarlos sólo en la manzana o en la cuadra del teatro, iglesia o salón donde se realizará. La gente que pega aquellos folletos sale en autos, camionetas, pegan esos papeles por toda la ciudad, ¡Incluso salen de la ciudad para anunciar el evento que se realizará! Ya sea un concierto de una banda de música o la presentación de un libro, hablo de cualquier tipo de evento. Lo mismo sucede con el anuncio que sale en la televisión, la publicidad de ese evento no saldrá sólo en los televisores de la gente de la ciudad, saldrá emitido en muchas ciudades, incluso en todo el país.

Entonces aquí va mi pregunta. El anuncio más importante es que: JESUCRISTO ESTÁ POR VENIR Y OFRECE SALVACIÓN A TODOS. Nosotros como pueblo, ¿Qué estamos haciendo? ¿Dónde estamos anunciando su venida? ¿Dónde estamos pegando esos folletos, sólo en nuestras familias y amistades o estamos buscando en el mundo a la gente que verdaderamente necesita de Dios? ¿Estamos cumpliendo con la misión que se nos dejó?

El otro día veía un programa de televisión en el cual hablaban de una secta que se hace llamar religión. No voy a mencionar ni el programa ni la secta porque no es a donde quiero llegar. En ese programa decía que los que practican esta “religión” creen en que todos y cada uno de nosotros vamos al cielo, sin importar sean buenos o malos, hayan aceptado a Cristo o no, todos vamos al cielo. Yo me entristezco a ver cómo mucha gente cae engañada, ¿Sabes por qué? Jesús vino a este mundo como pobre, fue humillado, maltratado, traicionado, escupido, burlado, golpeado, todo para cumplir la obra de Dios y ofrecernos la salvación y el perdón de los pecados y hoy en día hay gente que cree que NO tiene que aceptar el sacrificio de Cristo porque total igual irá al cielo. ¡El sacrificio de Cristo está siendo desperdiciado, accionemos por favor!

Hay gente que necesita saber que hay un Dios que los ama incondicionalmente, un Dios que quiere perdonarlos y establecer una relación íntima y personal con ellos, NOSOTROS, TÚ y YO, somos los encargados de transmitir ese mensaje. Pablo le decía a Timoteo: “Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia.” Anuncia, anuncia, anuncia y anuncia el mensaje de Dios. No lo hagas solo cuando sales a evangelizar con el ministerio de tu iglesia. Puedes hacerlo cuando viajas en bus, en un hospital, mismo en la calle, en tu universidad, en tu trabajo. Aunque pienses que te rechazarán, así como Pablo le decía a Timoteo: Ten paciencia, aunque ese momento no parezca ser el mejor.

Esto no se trata de “religiones”, Cristo vino a este mundo a enseñarnos RELACIÓN, no religión. Pablo decía “Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. Al contrario, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos.” La gente está buscando conocer a Dios, desea conocer a Dios, pero ¿Sabes cuál es el problema? Que la gente no está escuchando la verdad, sino que está creyendo puro cuentos. Es tu deber y el mío ponerle fin a esos cuentos.

Anímate hoy a reflexionar, recuerda de dónde te sacó Dios a ti y piensa en que quiere sacar a muchos más de ese mismo lugar. ¡Vamos! Saca tu auto, tu camioneta, el evento más importante se acerca: Cristo vuelve. Grítalo en todas partes, pega esos folletos en los corazones de las personas, enséñales sobre el Padre perfecto, anímalas. ¿Qué esperas? Seamos valientes, no nos acobardemos, sabemos que el diablo ya está vencido, no le permitamos ganar más territorio. Como Hijos de Dios, podremos hacerlo con victoria asegurada. Verdad hay una sola; los cuentos, cuentos son. ¡Anúnciala!

Alerta en la diablicueva


Jesús les dijo: - Yo vi que Satanás caía del cielo como un rayo. Yo les he dado poder para que ni las serpientes ni los escorpiones les hagan daño, y para que derroten a Satanás, su enemigo. Lucas 10:18-19

Sabemos que cuando mejor estamos en nuestra relación con Dios y cuanto más disfrutamos de Su paz, es cuando el enemigo más nos quiere atacar.

Imagino a veces que el diablo tiene algo así como la “baticueva” de Batman. Imagino que en su diablicueva tiene una pantalla gigante y que cuando alguno de los hijos de Dios está feliz le aparece una alerta roja diciendo “¡Alerta, Alerta! ¡Juan está feliz, hay que quitarle el gozo!”, “¡Alerta, Alerta! ¡Laura consiguió un mejor empleo, hay que hacer que su jefe la despida!” y así cada vez que Dios nos envíe bendiciones, el diablo intentará meterse.

Pero déjame decirte algo, el enemigo hay algo que aún no sabe: Dios y sus hijos, somos más poderosos que él. Me provoca una sonrisa inmensa decirlo, ¡Sí! ¡Soy más poderosa que Satanás! ¿Por qué? Porque soy una hija de Dios.

Cierta vez Jesús nos quiso enseñar eso, pero parece que nosotros en vez de luchar preferimos rendirnos. Dice la Biblia que Jesús un día envió a setenta y dos discípulos a distintos pueblos y ciudades a anunciar la buena noticia. Les dijo que coman, anuncien el mensaje de que el reino de Dios estaba por venir, les dejó que sanaran a los enfermos y que se quedaran en casas de familia. Los discípulos fueron.

Cuando volvieron, lo PRIMERO que dice la Biblia es que estaban CONTENTOS, ¿Por qué? Porque dicen que hasta los demonios obedecían cuando los reprendían en Su nombre. Entonces Jesús les dijo: “Yo vi que Satanás caía del cielo como un rayo. Yo les he dado poder para que ni las serpientes ni los escorpiones les hagan daño, y para que derroten a Satanás, su enemigo.” Lucas 10:18-19

“Cuenta una historia que una señora muy pobre telefoneó a un programa cristiano de radio pidiendo ayuda. Un hombre incrédulo que oía el programa consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y los llevaran hacia la mujer, con la siguiente instrucción: “Cuando ella pregunte quien mandó estos alimentos, respondan que fue el DIABLO”. Cuando llegaron a la casa, la mujer los recibió con alegría y fue inmediatamente guardando los alimentos que le llevaron los secretarios del hombre. Al ver que ella no preguntaba nada, ellos le preguntaron: Señora ¿No quiere saber quién le envió estas cosas?. La mujer, en la simplicidad de la fe, respondió:- No, mi hijo. No es preciso. ¡Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece!”

Aprende esto: Cuando Dios manda bendiciones a tu vida, no dejes que NADA se interponga. Es tiempo que TÚ le digas a esa enfermedad con la que estás luchando: ¡obedece a mi Dios!; a tu problema económico: ¡obedece a mi Dios!; a aquellas traiciones, engaños, y circunstancias que aún no se han ido de tu vida: ¡obedece a mi Dios!. Tú tienes el poder de hacerlo, es hora de que QUIERAS hacerlo. Se te ha dado un espíritu de valentía, no de cobardía. Enfrenta tus problemas, pídele ayuda a Dios, Él siempre está dispuesto a luchar por nosotros. Ya no elijas rendirte, elige luchar por aquellas bendiciones que Dios te está enviando. El enemigo siempre se interpondrá, pero aunque no lo sepa, siempre que Dios manda, hasta él mismo obedece.

Anorexia espiritual


Jesús le respondió: - Escrito está: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." Mateo 4:4

“En la pared del cuarto de estar de una familia modesta, llama la atención un cuadro insólito colgado allí. Se trata de un billete de banco extranjero de un importante valor, bien enmarcado bajo vidrio. El dueño de casa cuenta que en 1944 sus padres habían ocultado y cuidado a un oficial paracaidista enemigo, quien al irse les había dado este billete en agradecimiento. Lo habían guardado cuidadosamente como recuerdo. Grande fue la sorpresa de esa familia cuando se enteró que ese billete, al cambiarlo en el banco, permitiría pagar varios meses de alquiler. Allí estaba un pequeño tesoro, bien conservado, disponible, pero no era utilizado.”

¿Y si en tu casa, tú que lees esta historia, se hallara también un tesoro no valorado? ¿Quizás una Biblia que te han regalado y esté tirada en un estante o en una repisa? ¿No la has leído? ¡Qué pérdida!

Muchas veces nos quejamos de que Dios no nos responde, nos entristecemos al caer una y otra vez en la misma tentación, decimos que no sabemos cómo superar una situación, y yo creo que esto es por algo que denomino “Anorexia espiritual”. Así como la anorexia física trae debilidad y fragilidad al cuerpo, la anorexia espiritual nos hace frágiles y débiles de espíritu.

La anorexia espiritual se da cuando no nos fortalecemos leyendo la Palabra de Dios. En 2 Timoteo 3:16-17 dice que “Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir. De ese modo, los servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para hacer el bien.” Lee bien: La Palabra de Dios ENSEÑA, AYUDA, CORRIGE y nos muestra cómo vivir. A veces decimos que Dios no nos responde, cuando en realidad seguramente ya en Su palabra está la respuesta, es sólo que nosotros no sabemos leerla.

Tú dirás “Es aburrida”, “Es sólo un libro”, “Ya la he leído de tapa a tapa”, “No tengo tiempo”. Pero déjame decirte algo: Sin ella no puedes vivir. Dios te envió aquí con un propósito, tampoco es casualidad que estés leyendo éste devocional, ¡Él quiere que leas Su Palabra y descubras lo que hace tanto tiempo quiere decirte! Su Palabra es el alimento espiritual que NECESITAMOS para cumplir con lo que Dios nos pide.

Rick Warren, un famoso escritor, dice que “La Biblia es mucho más que una guía doctrinal. ¡Genera vida, crea fe, produce cambios, asusta al diablo, realiza milagros, sana heridas, edifica el carácter, transforma las circunstancias, imparte alegría, supera la adversidad, derrota la tentación, infunde esperanza, libera poder, limpia nuestras mentes, hace que las cosas existan y garantiza nuestro futuro para siempre! ¡Aleluya! ¡No podemos vivir sin la Palabra de Dios! Nunca la menosprecies.”

La Biblia es la mismísima Voz de Dios, ¿No lo entiendes aún?. En ella deberíamos de fijarnos antes de tomar decisiones, en ella deberíamos de buscar consejo antes de desesperarnos, en ella deberíamos de buscar la ayuda de Dios, en ella deberíamos de ver cuál es el camino a seguir, ella debería de ser la guía de nuestra vida.

Dedícate un tiempo en el día a leerla, a aprender de ella, te aseguro que no imaginas las cosas que aprenderás y que tú mismo terminarás enseñando con tu nuevo modo de vivir. Nada te cuesta dejar treinta minutos la televisión o la computadora, y sentarte a leer lo que Dios te quiere decir.

Jesús nos dice “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Entonces ¿Qué esperas para conocer la verdad? ¿Qué esperas para librarte de todo aquello que te tiene atado/a a una situación y buscar la respuesta de Dios? ¿Qué esperas para darle el verdadero uso a la Palabra de Dios? Recuerda que tienes un gran tesoro en tus manos, aprende a usarlo. ¡Ya deja esa Anorexia espiritual que tienes, y empieza a comer, tragar y engordar con la Palabra de Dios! Dicen que cuando lees la Biblia el diablo se asusta, pero si pones en práctica lo que la Palabra dice, el diablo sale corriendo y desaparece.

Y ustedes, ¿Cuándo es que me van a responder a Mi?


No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas de Satanás. Yo no soy de este mundo, y tampoco ellos lo son. Tu mensaje es verdad; haz que al escucharlo, ellos se entreguen totalmente a ti. Los envío a dar tu mensaje a la gente de este mundo, así como tú me enviaste a mí. Toda mi vida te la he entregado, y lo mismo espero que hagan mis seguidores. Juan 17:15-19

“Señor, ¿Cuánto falta para que me quites este dolor?”, “Dios mío, ¿Cuándo me darán el ascenso en mi trabajo?”, “Papá, ¿Cuándo tendré mejor relación con mi familia?”, “¿Cuándo me libraré de todo lo que me impide crecer?”. A veces parece que cuando le preguntamos estas cosas a Dios, Él no responde. Yo creo que a veces los que deberíamos de responder somos nosotros. Siempre esperamos que Dios nos responda inmediatamente, pero nosotros no le respondemos inmediatamente a Él.

Hace unos días, pensaba en las situaciones por las que pasé y en las que estoy atravesando, y me daba cuenta que en cierto punto le exigimos a Dios respuestas. Constantemente imaginaba cómo sería Dios, no como un hombre anciano de barba blanca y todo vestido de blanco, sino como una figura que de tanta luz no sea posible verlo, algo totalmente sobrenatural pero que sin duda lo podemos sentir. En ese momento, de repente escuché que Él me preguntó: Y ustedes ¿Cuándo es que me van a responder a Mi?

No entendí a lo que el Señor se refería, en mi interior pensaba “¿Qué es lo que debo responderle?”. Allí entendí que lo que debemos de responderle a Dios no es una pregunta, sino que debemos responder a Su llamado. Déjame explicarte. Jesús un día estaba hablando con sus discípulos, siempre enseñándoles y guiándolos hacia la verdad. Dice la Biblia, que cuando terminó de hablar con ellos, miró al cielo y empezó a orar lo siguiente:

“No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas de Satanás. Yo no soy de este mundo, y tampoco ellos lo son. Tu mensaje es verdad; haz que al escucharlo, ellos se entreguen totalmente a ti. Los envío a dar tu mensaje a la gente de este mundo, así como tú me enviaste a mí. Toda mi vida te la he entregado, y lo mismo espero que hagan mis seguidores.”

¿Por qué Jesús no pidió a Dios que nos quite del mundo? Porque para eso fuimos llamados. Si Dios hubiera querido quitarnos del mundo, desde el momento en que aceptamos a Cristo hubiéramos sido arrebatados y listo, fin de nuestra misión en la tierra. Entonces ¿Para qué nos dejó en este mundo? Jesús en su oración lo ha dicho claro: “los envío a dar tu mensaje a la gente de este mundo, así como tú me enviaste a mí”. Estamos acá para responder Su llamado, estamos en esta tierra porque fuimos elegidos, y no sólo eso, sino que estamos con la Protección de Dios; ¡Jesús hace más de dos mil años pidió a Dios que nos protegiera del enemigo!.

La Palabra de Dios, el mensaje de Dios es VERDAD y la verdad te transforma. Jesús decía: “Haz que al escucharlo, ellos se entreguen totalmente a ti”. La Palabra de Dios es diferente a cualquier otra palabra: Es viva. Cuando escuchamos el mensaje de Salvación de Cristo, algo tuvo que haberse movido en nuestro corazón, tuvo que haber accionado en nuestro interior un deseo por vivir más como Jesús, una pasión por conocer más a quien nos creó y nos salvó. Nuestra misión es hacer que más personas conozcan lo mismo que se nos dio a conocer a nosotros.

Estamos llamados a entregar totalmente nuestra vida a Dios. ¡Eso es lo que Dios quiere que respondamos! Responder, según el diccionario, significa: Corresponder con una acción a la acción de otra persona; mostrarse agradecido; dar una persona muestras de que ha oído una llamada. Dios nos llama a enviar su mensaje, es tiempo de que respondamos. Es tiempo de mostrarnos agradecidos por lo que Él ha hecho por nosotros, es tiempo de accionar, tenemos que demostrarle que estamos dispuestos a obedecer Su llamado.

Cuando empezamos a ocuparnos de lo que Dios nos está pidiendo, Dios empieza a ocuparse de lo que nosotros le estamos pidiendo. En Lucas 12:29-31 dice “Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan. Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas.” Ya deja de atormentarte con las situaciones o ataduras que tienes en tu vida, y empieza a ocuparte más de los asuntos del reino de Dios porque para eso fuiste llamado. ¡Deja que Dios se ocupe a Su tiempo de tus asuntos, y tú ocúpate de los de Él porque para eso te eligió!. Cuando empiezas a vivir para Dios, en vez de perseguir bendiciones como lo has hecho hasta ahora, las bendiciones te empezarán a perseguir a ti.

Dios nos está llamando y nos pregunta con amor: Y ustedes ¿Cuándo es que me van a responder a Mi?

Nada que perder, mucho que ganar


Tú, Dios mío, eres mi pastor; contigo nada me falta. Me haces descansar en verdes pastos, y para calmar mi sed me llevas a tranquilas aguas. Me das nuevas fuerzas y me guías por el mejor camino, porque así eres tú. Puedo cruzar lugares peligrosos y no tener miedo de nada, porque tú eres mi pastor y siempre estás a mi lado; me guías por el buen camino y me llenas de confianza. Aunque se enojen mis enemigos, tú me ofreces un banquete y me llenas de felicidad; ¡me das un trato especial! Estoy completamente seguro de que tu bondad y tu amor me acompañarán mientras yo viva, y de que para siempre viviré donde tú vives. Salmos 23

Hay una frase que dice “Cuando luchamos con alguien que no tiene nada que perder, luchamos con gran desventaja”. Estas palabras me hicieron acordar a David, David era un hombre que no tenía absolutamente “nada que perder”. ¿Por qué? Porque decidió depositar su vida en las manos de Dios.

El Salmo 23 es uno de los salmos más hermosos que David ha escrito. En aquel salmo David demuestra que es un hombre que nada tenía que perder, ya no le faltaba nada en su vida, cuando Dios guiaba sus pasos, él se sentía completo, realizado, seguro, feliz. Veamos el salmo por partes:

“Contigo nada me falta”: ¿Qué nos puede faltar si vamos de la mano de Dios? Absolutamente nada. Jesús mismo dice que fuera de Él, nada podemos hacer. ¡NADA podemos hacer! Él es quien conoce cada una de nuestras necesidades, dolores, tristezas y alegrías. Nos ha llamado Hijos, nos ha perdonado por Gracia, nos ha dado una vida nueva y la seguridad de un futuro junto a Él. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Me haces descansar y me llevas a tranquilas aguas”: Jesús mismo se ofreció y nos ofrece llevar todas y cada una de nuestras cargas. A Él no le gusta vernos cansados, abatidos, derrotados, Dios te ha hecho para llenarte de sueños, metas, planes, amor, ¿Acaso no te hará descansar cuando te vea cansado? Cuando dice “aguas tranquilas” se refiere a que para calmar tus tristezas, tus ansias, tus necesidades, no te llevará a un lugar donde “trate a todos los sedientos por igual”, sino que te llevará a aguas TRANQUILAS, como si fueras su único hijo, como si fueras su especial tesoro, Él te sanará directa y personalmente. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Me das nuevas fuerzas y me guías por el mejor camino”: Cuando ya te sientes cansado entre tantas responsabilidades, la universidad, el trabajo, tu familia, tus amistades, tu relación con Dios. Cuando sientes que no podrás con todo, que quieres abandonar, que eso no es para ti, Él te dice: Yo te doy nuevas fuerzas, sigue adelante. Cuando ve que estás haciendo algo que no te llevará a un buen lugar, te reprende con amor y trata de llamar tu atención una y otra vez para guiarte por el buen camino. Cuando ve que alguien te traiciona, te engaña o te miente, trata de que sigas confiando en Él. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Puedo cruzar lugares peligrosos y no tener miedo de nada”: Puedes tener problemas económicos, problemas en tu familia, puedes atravesar una enfermedad, puedes estar en medio de una pelea, puedes dejarte guiar por malos deseos, puedes tropezar; pero: NO puedes tener miedo de nada si vas con Dios, porque sabes que al final todo saldrá a tu favor. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Siempre estás a mi lado y me llenas de confianza”: Aunque nos olvidemos muchas veces de Dios, Él nunca se olvida de nosotros. Aunque muchas veces nos sintamos solos, Él siempre está cuidando nuestros pasos. Aunque perdamos la confianza muchas veces, Él nos demuestra que allí está amándonos. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Aunque se enojen mis enemigos, tú me llenas de felicidad”: Cuando te han cerrado todas las puertas, cuando te han dado la espalda, cuando te han fallado, cuando te han dejado solo, Dios te abraza más fuerte. David dice que Dios allí nos da un trato especial, que nos llena de felicidad, que nos invita a estar en Su presencia. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

La verdad que no hay palabras que puedan explicar mejor lo que significa vivir una vida de la mano de Dios. Pasaremos pruebas, será difícil, pero Él no nos dejará solos, sino que nos moldeará. Así como David era un hombre que “no tenía nada que perder”, todos y cada uno de los hijos de Dios no tenemos nada que perder, sino mucho que ganar. Y como dice la frase “Cuando luchamos con alguien que no tiene nada que perder, luchamos con gran desventaja”: cuando el enemigo quiera luchar contra un hijo de Dios, luchará con GRAN desventaja, porque un hijo de Dios no tiene nada que temer, nada que perder y mucho que ganar.

Me parezco a... ¿Me parezco?


Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que piensa lo que hace, y no como tontos. Aprovechen cada oportunidad que tengan de hacer el bien, porque estamos viviendo tiempos muy malos. No sean tontos, sino traten de averiguar qué es lo que Dios quiere que hagan. Efesios 5:15-17

¿Qué es lo que Dios quiere que haga? Muchas veces nos hacemos esa pregunta, muchas veces sabemos la respuesta pero no la queremos poner en práctica, muchas veces no sabemos la respuesta pero en vez de preguntarle a Dios le preguntamos a un líder o pastor “¿Y qué tengo que hacer de mi vida?”. Déjame decirte algo, Dios quiere una cosa que es clara: que nos parezcamos a Jesús.

¡Cuán difícil e imposible nos parece cumplir con lo que Dios quiere! Ya no quiero escuchar la excusa de “No se como hacerlo, no se cómo agradar a Dios” ¡Sí, sabes!. En Efesios 4:20-24 dice " ¡Pero esto no es lo que ustedes aprendieron acerca de Cristo! Porque ustedes oyeron el mensaje acerca de él, y saben vivir como él manda, siguiendo la verdad que él enseñó. Por eso, ya no vivan ni sean como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir. Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear para ser como él. "Dios quiere que dejes ya de una vez por todas las cosas de tu pasado y busques por parecerte más a su Hijo, Él también te ha llamado HIJO o HIJA a ti. Pablo decía “He decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer”.

¿Estás escuchando la misma música que escuchabas antes de conocer a Dios? ¿Tienes las mismas amistades que tenías cuando no conocías a Dios? ¿Estás luchando por seguir el ejemplo de Cristo? Muchos de nosotros, tristemente, estamos “perdiendo el enfoque”. Estamos buscando más seguir el ejemplo de algún artista de música, el ejemplo de algún pastor, o nos estamos dejando guiar por lo que los demás dicen de nosotros; cuando el único merecedor de nuestro enfoque se llama: Jesucristo.

Pablo en su carta a los Efesios decía: " No se dejen engañar con ideas tontas, pues por cosas así Dios castigará terriblemente a quienes no le obedecen. Así que, no tengan nada que ver con esa clase de gente. No conocer a Dios es como vivir en la oscuridad, y antes ustedes vivían así, pues no lo conocían. Pero ahora ya lo conocen, han pasado a la luz. Así que vivan como corresponde a quienes conocen a Dios, pues su Espíritu nos hace actuar con bondad, justicia y verdad. Traten de hacer lo que le agrada a Dios. No se hagan cómplices de los que no conocen a Dios, pues sus hechos no aprovechan de nada. Al contrario, háganles ver su error " Efesios 5:6-11.

¿Qué quiere decir esto? Que debemos de dejar de vivir dependiendo de las críticas, opiniones o visiones que los demás tengan sobre nosotros. A eso Pablo le llamaba “ideas tontas”. ¿Alguien te ha dicho que eres demasiado joven para estar donde tú estás? ¿Alguien te ha dicho que eres incapaz de lograr tus objetivos? ¿Alguien ha tratado de tirar tus sueños abajo? ¡Ya di BASTA! Empieza a vivir como la Luz que Dios quiere que seas. Empieza a impactar tu familia, tu universidad, tu trabajo, siguiendo el ejemplo de Cristo. NADIE te puede decir que no podrás hacerlo. Claro que puedes, Dios mismo ha dicho que uno de sus propósitos es que nos parezcamos a su Hijo, y Él ha dicho: Yo los perfeccionaré.

Debemos dejar que nuestra vida esté guiada, dirigida y controlada por Dios. Sólo así podremos parecernos más a Jesús. Lo más importante no es lo que la gente diga de ti, lo más importante es lo que Dios diga de ti. Para eso ya debes de dejar intentar agradar a las personas, sino que debes buscar agradar a Dios primero. Cuando permitimos que Dios dirija nuestros pasos, Él nos transformará de adentro hacia fuera, te dará la fortaleza y todo lo que necesites para agradarlo. Es tu decisión, yo elijo seguir el modelo de mi Salvador: Cristo.

Promesa tengo, bendición obtengo


Ahora bien, como Dios no miente, su promesa y su juramento no pueden cambiar. Esto nos consuela, porque nosotros queremos que Dios nos proteja, y confiamos en que él nos dará lo prometido. Hebreos 6:18

Los humanos muchas veces estamos llenos de promesas y de excusas a la vez. Por ejemplo una promesa que hacemos es “Te pagaré lo que te debo antes de que termine la semana”, pasa la semana y vuelves a decir “Disculpa, no pude pagarte porque utilicé el dinero para otra cosa”. Como humanos muchas veces prometemos cosas, pequeñas o no, que luego no cumplimos. Muchas veces las situaciones se nos van de control y no podemos cumplir con lo que prometemos.

Siempre algo nos puede ocurrir para impedir que cumplamos nuestras promesas, podemos cambiar de parecer, podemos tener un mal día, podemos estar cansados para hacerla o podemos no tener ganas. En la biblia se nos dice, más vale confiar en Dios que en el hombre. Porque ¿Acaso Dios puede estar de mal humor? ¿Acaso Dios “no puede tener tiempo” para cumplirla? ¿Acaso Dios puede cambiar de parecer? NO, NO y NO. En Números 23:19 dice "Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice? ".

Puede ser que haya alguien que te esté fallando, seguramente haya alguien que te haya traicionado, que no haya prometido lo que te cumplió, pero no olvides que hay alguien que jamás te fallará: Dios. Nuestro Señor SIEMPRE se mantiene fiel, Él no dirá “Pues hoy no tengo ganas de cumplir mis promesas, mejor mañana”. Él no miente, no deja de cumplir lo que nos prometió.

¿Qué nos prometió? ¡Tantas cosas! Si lees la biblia descubrirás que en cada página de ella hay más de una promesa. La promesa principal está mencionada en Tito 1:2 "Nuestra esperanza es la vida eterna, la cual Dios, que no miente, ya había prometido antes de la creación". Vida eterna, una vida junto a Él, Dios nos prometió algo aún antes de que existiéramos, ¿Entiendes el poder de esa promesa? Han pasado más de miles de años desde que Dios creó al hombre, y aún Él mantiene su promesa. ¿Acaso aún dudas?

Los israelitas que salieron de Egipto dudaron de la promesa de Dios, y por eso se perdieron entrar en la tierra que Él les había prometido. "Por eso, mientras siga en pie la promesa de descansar con Dios, debemos tener cuidado. Sería una lástima que alguno de ustedes no pudiera recibir de Dios ese descanso. Porque nosotros oímos la buena noticia, igual que aquellos israelitas que salieron de Egipto. Sólo que a ellos no les sirvió de nada oírla, pues no creyeron en el mensaje." Hebreos 4:1-2. Es tiempo que dejes de dudar, es tiempo que dejes de confiar en hombres y empieces a confiar plenamente en Dios, Él es el único que cumplirá sus promesas. ¡No hay ni “si”, ni “no”, ni “pero” que detenga a nuestro Dios de cumplir una promesa!

Dios sólo te pide a cambio que creas en Él, que creas en que Él está día a día cumpliendo sus promesas, que si estás pasando por una situación difícil, creas de corazón en su promesa de que no te dejará solo. Cuando en la Biblia te dice “Nunca te dejaré abandonado” (Hebreos 13:5), es porque lo cumplirá. Si tú tienes un mal día, si este día cambiaste de parecer, si hoy tu fe se vio probada, Dios te dice: CONFÍA EN MI PROMESA, NO TE ABANDONARÉ. Si confías que promesas de Dios tienes, bendiciones de Él llegarán a tu vida.