¡Qué bueno es ser débil!
Pero Dios me ha contestado: "Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad". Por eso, prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mí. Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil. 2 Corintios 12:9-10
Nadie dijo que cuando tú aceptaras a Cristo como tu Salvador la vida sería más sencilla. Seguramente has tenido muchas dificultades desde el momento en que tu corazón recibió al Espíritu de Dios; seguramente muchas las has superado y muchas las estás atravesando en estos momentos.
Jesús mismo nos dijo en Juan 16:33 << Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. >>. Él nos advertía que íbamos a tener obstáculos en el camino, Él nos decía que pasaríamos por momentos en los que preferiríamos que “la tierra nos tragara”. Antes de éste pasaje, en Juan 16:32 Jesús había dicho << Miren que la hora viene, y ya está aquí, en que ustedes serán dispersados, y cada uno se irá a su propia casa y a mí me dejarán solo. Sin embargo, solo no estoy, porque el Padre está conmigo. >>
Jesús nos estaba diciendo: “Llegará un momento en que tus amistades, tus familiares, tus afectos se irán cada uno a su casa y te dejarán sólo; SIN EMBARGO, sólo no estarás porque el Padre estará contigo”. Nosotros al seguir a Cristo sufrimos dificultades que Él también ha sufrido (2 Corintios 1:5; aunque no con la gravedad que Jesús lo padeció): sean traiciones, humillaciones, abandono, tristeza. Pero así como Cristo las VENCIÓ, nosotros también las VENCEREMOS porque somos hijos del mismo Padre.
Pablo en la segunda carta a los Corintios, nombra mucho la tristeza que sentía por lo que estaba padeciendo. Había recibido latigazos, estaba en la cárcel, pasaba hambre, era maltratado, le pegaron con varas y hasta le tiraron piedras por anunciar la buena noticia. Pablo clamaba “Señor, quítame éste sufrimiento, ¡quítamelo!, siento como si Satanás me clavara una espina para hacerme sufrir”. Y a pesar de todo esto Pablo dijo: << Si de algo puedo estar orgulloso, es de lo débil que soy. >> 2 Corintios 11:30. Nosotros diríamos ¿Pablo acaso estaba LOCO? ¿Cómo puede tener paz en medio de tanta tormenta?
Pablo encontró Paz porque Dios le respondió. La respuesta la encontramos en 2 Corintios 12:9 << Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad >>. ¡Cómo no tener paz luego de que tu Padre te diga esto!. Cuando estés como Pablo clamándole al Señor “Mi Dios, estoy sufriendo, quítame esta espina que siento, quítame esta enfermedad, quítame los obstáculos” recuerda que Dios ya te ha respondido: Mi amor es todo lo que necesitas.
Dios no te pide nada a cambio, es por su Gracia que tenemos su Amor. Solamente debes de confiar en Él hasta en la peor de las tormentas. Al final de la biblia, en Apocalipsis 21:6-7 nos dice << ¡Ya todo está hecho! Yo soy el principio y el fin. Al que tenga sed, le daré a beber del agua de la fuente que da vida eterna, a cambio de nada. A los que triunfen sobre las dificultades y sigan confiando en mí, les daré todo eso, y serán mis hijos, y yo seré su Dios. >>. A cambio de nada Dios quiere ayudarte en tus dificultades, a cambio de nada Él quiere regalarte vida eterna, lo único que debes de hacer es que aún en la prueba más difícil confíes en Él y te aseguro que triunfarás.
Dios mismo te dice << Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. >> Jeremías 29:11. Es hora que en vez de clamar “Señor quítame éste sufrimiento”, clames “Señor, Gracias por haberme hecho débil, porque se que allí me mostrarás más de tu Amor y me sacarás vencedor”.
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LINDO
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