Recolectores de monedas


O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo; ya encontré la moneda que se me había perdido." Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente. Lucas 15:8-10

En la Biblia, se nos muestra que Jesús enseñaba a través de parábolas, es decir, a través de ejemplos. Hay parábolas más conocidas que otras pero ninguna menos importante que otra. Jesús cuando habla de la parábola del pastor que cuida de sus ovejas y la parábola del hijo pródigo, en el medio habla de la parábola de <la moneda>. Ésta parábola no es muy conocida, pero deja una gran enseñanza.

Jesús habla de una mujer que perdió una moneda y que lo primero que hizo fue buscarla con cuidado hasta encontrarla. A lo largo de nuestra vida como cristianos, se nos presentan dificultades, se nos presentan pérdidas. El enemigo cuando sabe que tú estás en los caminos de Dios, buscará que pierdas tus monedas, que pierdas tu paz, que pierdas tu comunión con tu Padre, que pierdas las cosas que para ti son de valor.

Jesús te está diciendo: “¡BÚSCALAS DE NUEVO, ENCUÉNTRALAS! No permitas que el enemigo te quite esas cosas que Dios te ha dado como regalo”. Cuando tú pertenecías al mundo, si una <moneda> (o algo que para ti valía mucho) se te perdía, tú llamabas a tus amigos y vecinos para que te ayudaran a BUSCARLA.

Pero Dios a través de Jesús te dice: “Ahora que TÚ ME PERTENECES, te he dado el poder de encontrar las cosas que el enemigo te quitó solo. No necesitarás ayuda de nadie para recuperarlas, sólo la mía.” Y cuando tú encuentres la Paz que te han quitado, cuando todos tus problemas se resuelvan, cuando en tu casa ya no hayan discusiones, allí tendrás de nuevo todas las monedas que te pertenecían y podrás decir: Todo lo que el enemigo me quitó, me lo ha devuelto.

Por otro lado, en la segunda parte de la parábola Cristo nos dice que cuando alguien que estaba PERDIDO, vuelve a los caminos de Dios: En el cielo se festeja. Ahora tú te preguntarás ¿Por qué el título del devocional es “Recolectores de monedas”? ¿Qué tiene todo esto que ver?.

Déjame decirte algo, cuando Jesús nos dice en Marcos 16:15-16 << Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura. El que crea y sea bautizado será SALVO. >> en realidad nos está diciendo: Sean recolectores de monedas para Dios. Esas monedas son quienes están perdidos con las cosas de éste mundo. Esas monedas son las almas valiosas para Dios que el enemigo tiene en sus manos. ¡Se un recolector de esas monedas! Fuimos creados para anunciar la buena noticia: Dios tiene un plan de Salvación, Dios quiere recuperar sus monedas a través de ti.

Tú serás un gran recolector de monedas si te lo propones, es hora de que empieces a buscar lo que el enemigo te quitó a ti. Y cuando lo encuentres, ayuda a Dios a recolectar sus monedas. Nuestro Padre se alegra con sus ángeles cuando a través de nosotros, alguien vuelve a Sus caminos. Y por último no olvides que: ¡El enemigo está obligado a devolverte todo lo que te quitó porque tú eres un Hijo de Dios!.

Lo que Dios cree de mi



Pero el Señor le dijo a Samuel: - No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón. 1 Samuel 16:7

Muchas veces como humanos cometemos el error de fijarnos en las apariencias. Nuestros ojos por naturaleza ven el exterior primero, y luego el interior de una persona. Así también como nosotros vemos a los demás, los demás nos ven a nosotros. El problema está cuando <creemos> lo que nos dicen sobre nosotros.

Dime ¿Alguna vez te han dicho: “Eres demasiado joven para emprender este proyecto”, “Eres muy nuevo en todo esto, no podrás manejarlo”? Lo cierto es que el enemigo muchas veces busca <hacernos creer> que no podremos hacer algo por nuestra apariencia externa.

Veamos éste ejemplo. Eliab era el hermano mayor de David. Al parecer era de gran estatura y de buen parecer, era todo un guerrero. Seguramente muchas mujeres no se resistirían ante un candidato como Eliab. Tenía toda la apariencia de ser todo un caballero, un hombre “hecho y derecho”.

Dios envió a Samuel a buscar al nuevo Rey de Israel a la ciudad de Belén, en la casa de Isaí. El Señor ya había escogido quien sería el nuevo rey de Su pueblo. Cuando llega a casa de Isaí y ve a sus hijos allí lo primero que Samuel pensó fue: << Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó: Sin duda que éste es el ungido del Señor >> 1 Samuel 16:6

Samuel se fijó en las apariencias, pero Dios le dijo: < Yo me fijo en el corazón >. Dios no se fija si tú eres joven, si tú tienes baja estatura, si tú estás desempleado, si tú tienes dinero; Dios se fija si tienes un corazón sincero, un corazón transparente dispuesto a servirle.

Dios escogió a David, el hermano menor de ocho hermanos. Eligió a un humilde pastor de ovejas y no al guerrero fuerte ¿Por qué? Por su corazón. En 1 Timoteo 4:12 dice << No permitas que nadie te desprecie por ser joven. Al contrario, trata de ser un ejemplo para los demás cristianos. Que cuando todos oigan tu modo de hablar, y vean cómo vives, traten de ser puros como tú. Que todos imiten tu carácter amoroso y tu confianza en Dios. >>

No creas en los demás cuando te digan que eres demasiado joven para hacer lo que tú estés haciendo. No te mires con los ojos humanos, mírate con los Ojos de Dios. Él te ve como un guerrero, Él ve a tu corazón como un motor sin estrenar y quiere que lo pongas en marcha. Si Dios escogió a David para ser rey, ¿Por qué no te elegiría a ti para hacer grandes cosas? ¡No tengas miedo!

Desarrolla una amistad sincera con el Señor, deposita tu confianza en Él, se transparente y ábrele tu corazón. Dios te ha elegido como en su tiempo lo hizo con David. Él quiere que seas un joven que marque la diferencia. Es hora de demostrarle al enemigo que no importa nuestra edad ni importa nuestra apariencia para hacer grandes cosas para Dios. Mirémonos con los ojos de nuestro Padre y marquemos la diferencia. Seamos Jóvenes que tengan en su corazón sólo una cosa: un motor impulsado por Jesucristo.

¡Estamos sellados!

Tanto a mí como a ustedes, Dios nos mantiene firmemente unidos a Cristo. Él nos eligió y, para mostrar que somos suyos, nos puso una marca: Nos dio su Espíritu Santo. 2 Corintios 21-22
  
Luego de haber recibido a Cristo como tu Señor y Salvador, tu vida cambiará totalmente. Seguramente Dios te llene de bendiciones, de sueños cumplidos, de metas que quieras lograr. Él te ha adoptado en Su familia, te considera Su hijo; sin embargo los hijos muchas veces somos desobedientes.

Muchas veces nos alejamos del camino de Dios aun luego de haberlo recibido en nuestro corazón. ¿Qué pasa si te alejas? Hoy quiero decirte una certeza: VOLVERÁS A LOS CAMINOS DE DIOS. Cierta vez Jesús le dijo a Pedro <<Pedro, escucha bien. Satanás ha pedido permiso a Dios para ponerles pruebas difíciles a todos ustedes, y Dios se lo ha dado. Pero yo he pedido a Dios que te ayude para que te mantengas firme. Por un tiempo vas a dejarme solo, pero después cambiarás. Cuando eso pase, ayudarás a tus compañeros para que siempre se mantengan fieles a mí.>> Lucas 22:31-32. Jesús le estaba anunciando a Pedro, que éste se alejaría de Él. Pedro era un fiel amigo y servidor de Cristo, pensar en alejarse de Cristo para Pedro era algo imposible; pero Jesús se lo advirtió. ¿Qué dijo luego de la advertencia? <Pero yo he pedido a Dios que te ayude para que te mantengas firme. Por un tiempo vas a dejarme solo, pero después cambiarás>.

¿Sabes por qué Jesús sabía que Pedro iba a volver a Su camino? Porque Pedro, al igual que cada uno de nosotros ¡Fue SELLADO con el Espíritu Santo!. <<Tanto a mí como a ustedes, Dios nos mantiene firmemente unidos a Cristo. Él nos eligió y, para mostrar que somos suyos, nos puso una marca: Nos dio su Espíritu Santo.>> 2 Corintios 21-22. Dios nos puso una marca, un sello y éste es Su espíritu. Por más que Satanás te ponga pruebas, por más que quiera hacerte tropezar, por más que te aleje del camino de Dios: TÚ VAS A VOLVER CON TU PADRE. Ni siquiera el enemigo puede borrar ese sello.

A veces veo los comerciales en la televisión sobre estos pegamentos que pegan todo tipo de materiales. En mi país hay una marca de pegamento que se llama “La gotita” y su slogan es “Lo que la gotita pega, nada, nada lo despega”. Voy a robar la idea del slogan y voy a decirte que el Espíritu Santo es el mejor pegamento que puede existir. ¡Dios lo ha puesto en nuestro corazón y nada, nada, ni nadie podrá despegarlo de allí!.

Si ahora estás alejado de Dios, si estás pasando alguna situación difícil: Vuelve a Él. Esa marca que Él ha puesto cuando recibiste a Cristo es imborrable, es única. En Efesios 1:13 nos dice << Ustedes oyeron y creyeron la buena noticia de su salvación, que es un mensaje verdadero, y gracias a Cristo pasaron a formar parte del pueblo de Dios y recibieron el Espíritu Santo que nos había prometido>>.

Ese sello marca una propiedad: ahora eres Propiedad de Dios. ¿No crees que Dios luego de haberte hecho Su propiedad te cuidará? ¿No crees que siendo su Hijo con más razón te hará volver a Su camino? Él te ama. Si estás lejos de tu Papá celestial, te invito a que busques en tu corazón el sello del Espíritu Santo, esa marca sin duda esta allí. Mírala y recuerda todo lo que Dios ha hecho por ti.

<< Ustedes oyeron y creyeron la buena noticia de su salvación, que es un mensaje verdadero, y gracias a Cristo pasaron a formar parte del pueblo de Dios y recibieron el Espíritu Santo que nos había prometido. Lo recibieron como prueba de que Dios cumplirá su promesa cuando haya liberado totalmente a los que formamos su pueblo. Por eso, alabamos la grandeza de Dios.>> Efesios 1:13-14. ¿Cuál es esa promesa? << De hecho, sabemos que si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas.>> 2 Corintios 5:1

Esa promesa es un lugar en la casa junto a nuestro Padre. No tengas miedo de volver a sus caminos, Él te está esperando. Desde que te ha sellado con su Espíritu te ha llamado: HIJO MÍO. No tengas más dudas, esa marca está grabada en tu corazón y NADA ni NADIE la podrá quitar de allí. Tu tienes el mejor pegamento de todos: El Espíritu Santo; tienes el mejor papá de todos: Dios; y tienes una promesa que te espera: Vivir junto a Él una vida eterna. 

Hay un Tesoro en ti


Cuando Dios nos dio la buena noticia, puso, por así decirlo, un tesoro en una frágil vasija de barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de ese mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el barro. Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen. 2 Corintios 4:7-9

Cuando uno piensa en un tesoro, le aparece en su mente la imagen de un cofre, con muchas cerraduras, un cofre seguro, hecho de un material duro para que no se desgaste ante cualquier clima, un cofre que sea digno de tener dentro riquezas, algo de valor. Pero en la Palabra se nos habla de todo lo contrario, Dios puso un tesoro en una frágil vasija de barro. ¿Cuál es el tesoro y qué es la frágil vasija de barro?

Déjame explicarte. << Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. >> Génesis 2:7. Dios creó al hombre <del polvo de la tierra>, su Poder fue el que le dio vida a ese polvo para hacer de éste una criatura. << ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? >> 1 Corintios 6:19. Nuestro propio cuerpo <ES el templo del Espíritu de Dios>. Nosotros mismos somos aquellas frágiles vasijas de barro.

Somos frágiles vasijas de barro porque somos pecadores, por naturaleza pecamos y eso nos convierte en seres frágiles. Pero Dios puso un Tesoro dentro de ti. Al entrar Dios en tu vida, ha llenado esa vasija con el tesoro más preciado: Su propio espíritu. Somos de barro porque Él mismo nos creó del polvo de la tierra. Cuando damos a conocer las maravillas de Dios o cuando le hablamos a alguien que no conoce de Él nos dirán “¿Qué? ¿Justo tú tienes al Espíritu de Dios?”, tu tienes que decirle: ¡SÍ, DIOS HA PUESTO EN MI SU TESORO!. Aunque seas frágil, aunque seas pecador, Dios te perdona, Él quiere depositar un tesoro en ti.

Para el Señor tú eres una vasija única, una vasija especial. Él tiene planeado para ti sueños que no ha planeado para otras personas, Él tiene planeado para ti un cofre lleno de bendiciones que no ha planeado para otras personas, Él quiere depositar en ti su más preciado tesoro. Dios te está diciendo: “No temas, no importa que seas frágil, no importa que hayas pecado, Yo te perdono. Te amo y eres mi vasija especial, quiero que en ti more mi Espíritu porque te he escogido.”

Cuando el Espíritu Santo mora en ti, empieza a actuar y allí se empieza a notar el Poder de Dios. <<Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de ese mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el barro. >>. Cuando hablamos de Él y anunciamos sus promesas, cuando anunciamos la buena noticia, es Dios quien está hablando por medio de nosotros. Él está actuando en ti en este mismo momento. Nosotros somos débiles, podemos rompernos fácilmente, pero Su Poder nos restaura, Su Poder se manifiesta en nosotros al anunciar la buena noticia de la Salvación.

<< Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen. >>. Sea cual sea la situación por la que estés pasando, no te sientas como una vasija frágil de barro vacía; siéntete como una vasija de barro llena del Poder de Dios. Dios no te abandona porque te ha escogido para poner Su tesoro en ti.

Y tú… ¿Estás dispuesto a ser una vasija especial para Dios? 

Acción y Reacción


Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. De la misma manera, su conducta debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así las verán los demás y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo. Mateo 5:14-16

Cierta vez escuché una frase que decía “En teoría, no hay diferencia entre teoría y práctica. Pero en la práctica, sí que la hay”. Esto supone la diferencia entre <decir> y <hacer>. Muchas veces nos pasa que decimos que haremos algo, y luego no lo hacemos. Puede ser porque te olvidas que debías hacerlo, porque estuviste ocupado o simplemente porque no tenías ganas de hacerlo. Te invito a que en vez de ser un joven de palabra, te conviertas en un joven de acción.

En la vida cristiana hay algo que debemos de memorizar: Es una vida de acción y reacción. Una de las lecciones que Jesús quiso enseñarles a sus discípulos y a la gente que se encontraba allí con ellos era ésta. Él dice que una lámpara no está hecha para ser guardada o para estar escondida, sino para alumbrar. Con este ejemplo Cristo quiere decirnos que no sirve de nada ser luz si no accionamos esa luz, si no la encendemos. De nada sirve pensar en hacer algo, y no hacerlo. ¡Es hora de que acciones!.

Toda acción tiene su reacción. Cuando tú oras a Dios de corazón ¿Qué sucede? Dios responde. Cuando tú lees la Palabra diariamente ¿Qué sucede? Tus pies se afirman más al Camino del Señor. Cuando tú le hablas a una persona que no conoce las promesas de Dios sobre aquello que Él le tiene preparado ¿Qué sucede? Aquella semilla que tú plantaste comienza a crecer. Toda acción tiene su reacción.

De nada sirve que estés sentado, que estés quieto, que estés guardado en un cajón. Tú fuiste creado para ser una persona de acción. Un día estando los discípulos en una barca, Jesús se acercó caminando por las aguas. Todos pensaban que era un fantasma, y sólo Pedro se animó a decir “Mándame que vaya a ti sobre el agua”. << -Ven- dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. >> Mateo 14:29. Pedro en ese momento fue un hombre de acción, en vez de quedarse mirando desde la barca, se bajó y empezó a caminar sobre el agua. Aprendamos a ser como Pedro y practicar la acción en nuestra vida.

Seguramente a veces tengamos miedo, Pedro lo tuvo y por eso comenzó a hundirse. Pero así como Jesús le dio su mano y lo quitó de las aguas; así hará con nosotros. Nuestro trabajo es accionar. Ya no digas “Me gustaría servir más tiempo en la iglesia PERO…”, “Me gustaría agradar más a Dios PERO…”, quita los – PERO – de tu vida y ¡Acciona!. Mostremos la luz que tenemos por ser Hijos de Dios. Ya salgamos de nuestro escondite, encendámonos y brillemos. Toda nuestra acción tendrá su reacción. 

Batallas ganadas


Yo les daré consuelo; cambiaré su dolor en danza y su tristeza en alegría. Jeremías 31:13

Desde niños, en mayor o menor medida, se nos han presentado batallas. Cuando tenías apenas un año intentabas caminar, caída tras caída tú te levantabas con ayuda de algún familiar e intentabas dar el siguiente paso hasta que ganaste la batalla y aprendiste a caminar sólo. Lo mismo sucedió cuando aprendiste a vestirte; te costaba poner los brazos en la camisa o abrochar un botón, hasta que ganaste la batalla y pudiste hacerlo sólo.

A medida que crecemos se nos presentan batallas diarias, algunas más difíciles que otras. Muchas veces creemos que con nuestras propias fuerzas podremos superarlas, pero es ahí cuando nos damos cuenta de que sólo con Dios tendremos al final una batalla ganada. ¡Sólo con Su ayuda podemos vencer!.

David sin duda es uno de los personajes más impactantes de la biblia y uno de los hombres más seguros del poder de Su Dios. Sobre el final del reinado de Saúl, Dios le pidió a Samuel que buscara a David, porque él sería el próximo rey. En esos tiempos, se estaba por iniciar una batalla entre los filisteos y los israelitas. Estando los dos ejércitos preparados para pelear, un filisteo llamado Goliat se paró frente al ejército israelita y dijo: <<Yo desafío a todo el ejército israelita. Elijan a uno de sus hombres para que luche conmigo. >> 1 Samuel 17:10.

David se había convertido en un ayudante de Saúl, pero no para pelear en batallas, sino para cuidar a las ovejas. Durante cuarenta días los israelitas fueron amenazados por Goliat. Un día David es enviado con alimento al campo de batalla para abastecer al ejército israelita. Cuando llegó al valle en donde se encontraban, escuchó las amenazas de David y observó que estaban todos muy asustados.

¿Tú crees que David se asustó también? ¡Claro que no!. Las palabras de David fueron: << ¿Quién se cree este extranjero, que se atreve a desafiar a los ejércitos de Dios? >> 1 Samuel 17:25. David era un fiel servidor del Señor, él confiaba en Su Poder, sabía que Dios podía hacer lo que quisiera con los filisteos y darle la victoria a Su pueblo. ¿Quién podría contra Dios? ¡Nadie! Tenemos que aprender a tener la confianza de David frente a las batallas diarias que se nos presenten porque sabemos que al final, con Dios tenemos la batalla ganada.

David, siendo sólo un cuidador de ovejas, dijo que quería ser él quien se presentara ante Goliat. Saúl le dijo: << No vas a poder matarlo. Tú eres todavía muy jovencito, y él ha sido guerrero toda su vida >>. ¿Cuántas veces el enemigo nos ha puesto en la mente la idea de “No podré hacerlo”? ¡Se valiente! David no tenía armas, no estaba entrenado para pelear, pero ¿Sabes qué? Él era un Hijo de Dios. Eso le daría la batalla ganada, asegurar su confianza en Dios le daría la victoria. Pues no sería él quien peleara, sino que sería su Dios poderoso.

<< David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo. >> 2 Samuel 17:34-37

Día a día cuando se presente una batalla en tu vida, dite a ti mismo: ¡Dios está conmigo, con Él venceré!. No hay manera que de la mano de Dios tú pierdas. Deposita tu confianza, tus problemas, tus angustias, tu aflicción, tu dolor en Él, y Él te lo quitará, Dios transformará todo aquello en Alegría. Tu victoria ante el enemigo está asegurada. Sólo << Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará.>>  Salmos 37:5

Como una planta de bambú


Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11

Hace unos días leía un informe acerca del crecimiento de la planta de bambú japonés. Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros siete años no pasa nada con la semilla, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas ¡La planta de bambú crece más de 30 metros!.

Uno diría: ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. 

Esto me hizo reflexionar sobre lo que nos pasa día a día. El ser humano es impaciente. Dime ¿Alguna vez has dicho “Este bus no llega nunca…”? o ¿Te ha costado esperar la nota de un examen? A mi me ha pasado. Queremos que las cosas por las que pasamos tengan soluciones rápidas, al instante, inmediatas.

Cuando estamos afligidos, clamamos al Señor << Y a mí, Señor y Dios, ¡no me olvides, pues estoy pobre e indefenso! No te tardes, pues tú eres quien me ayuda; ¡tú eres mi libertador!>> Salmos 40:17. Al dueño del tiempo le exigimos <No te tardes>, nos cuesta esperar Su respuesta.

Pero déjame decirte algo: ¡Dios no te tiene olvidado!. Él está obrando en ti mientras tú no te das cuenta. Dios quiere enseñarte a tener paciencia, quiere que entiendas Su perfección ante los planes que tiene para tu vida. El Señor nos dice << Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.>> Jeremías 29:11. ¡Dios nunca buscará hacerte un mal! Él está enseñándote a ser paciente para que luego recibas todas las bendiciones que tiene guardadas para ti.

Para Dios tú eres como una planta de bambú. Mientras el tiempo corre, Él está haciendo crecer tus raíces para que seas fuerte, para que estés preparado para lo que Él tiene para ti. No desesperes y aprende a ser paciente. Confía en el Señor de todo corazón. ¿Estás esperando algo de parte de Dios? Aquello por lo que esperas, es muchísimo menos importante que lo que Dios está haciendo en tu vida mientras esperas.


Disponible y conectado

“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí” (Isaías 6:8)

Hoy en día muchos de nosotros tenemos un correo electrónico por el cual nos comunicamos con nuestras amistades o familia. Tal vez te sirva para el trabajo, para la escuela o universidad en ocasiones. En el chat de tu correo electrónico, seguramente puedas ver que hay distintos <estados> en los que puedes ponerte: Disponible, Ocupado, Ausente.

Cuando debemos hacer otras cosas en la computadora o tal vez tengas otras responsabilidades que cumplir, muchas veces dejas tu estado en <OCUPADO>; entonces tus amistades saben que no estarás allí para responderles.

Ahora déjame explicarte lo que quiero decir con esto. Imagina que Dios tiene un correo electrónico en el que quepan todos sus Hijos, ¿Tú como estás para Él allí? ¿Disponible u ocupado?. Si Dios quisiera mostrar un mensaje a través de ti, ¿Tú estarías ausente? ¿No le responderías?.

“No tengo tiempo para servir a Dios, tengo muchas ocupaciones”, “Sí… bueno… claro que me gustaría servirle pero tengo otras cosas que hacer”. Esas serían algunas de las respuestas que seguramente tu has escuchado o tal vez alguna vez has dicho.

Moisés fue criado en un palacio, recibió educación formada y completa, era un gran pensador; y sin embargo, cuando Dios lo llamó: Moisés estuvo DISPONIBLE. David en el momento en que Dios lo llamó, estaba cuidado a las ovejas, ese era su trabajo, era el más pequeño de sus hermanos; y sin embargo, cuando Dios lo llamó: David estuvo DISPONIBLE.

A lo largo de la biblia podemos encontrar ejemplos de hombres como Moisés y como David, que a pesar de tener responsabilidades, o a pesar de estar ocupados, respondieron al llamado de Dios. En Isaías 6:8 cuando Dios preguntó <<¿A quién enviaré?>> Isaías no dudó en decir: HEME AQUÍ, ENVÍAME A MI. “Señor, estoy DISPONIBLE, envíame a mí” eso es algo que debemos de aprender a decir desde lo más profundo desde nuestro corazón.

No estemos más ocupados para Dios, estemos disponibles y conectados. Seamos como Isaías y digámosle “Señor, quiero serte útil, aquí estoy”. Aunque tengamos responsabilidades y tareas, siempre dispongamos de tiempo para Dios. Él siempre está Disponible para nosotros, ¿Tú estás listo para estar Disponible para Él?