Backstage
A veces pongo a imaginar mi vida como si fuese una
película. Me veo a mí, a mi familia, a mis amigos, a mis vecinos, mis
victorias, mis fracasos, mis tropiezos, mis éxitos…pero a veces siento que algo
me falta. Y es que yo sé que Dios está conmigo, pero simplemente a veces, no lo
siento junto a mí.
Entonces, al sentir ese vacío de su presencia, acudí a
los pies del Señor y le pregunté:
- “¿Señor, por qué no
estás en los momentos más felices de mi vida? ¿Por qué no te veo cuando todo
parece derrumbarse? ¿Dónde estabas cuando falleció aquel amigo o familiar que
tanto amaba? ¿Qué tan ocupado estás que no atiendes mis ruegos?”
Y allí, con una voz de paz, mi Dios ha respondido:
- “Hija, si tu vida es una
película, alguien tiene que dirigirla. Si no me ocupo de los detalles tras el
backstage de tu vida, ¿Quién lo haría? Si no me preocupo porque todo esté bajo
control, ¿Quién lo haría? Si no ordenara cada guión y cada situación de tu
diario vivir, ¿Quién lo haría? Yo siempre estoy contigo, es sólo que a veces,
permanezco en el backstage.”
Y es que no nos damos cuenta de la inmensidad de Dios,
y en vez de alabarlo, nos quejamos o dudamos. Y esto es bíblico, en el libro de
Job esta situación cotidiana, está descrita: “He aquí, en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor
es Dios que el hombre. ¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de
ninguna de sus razones. Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero
el hombre no entiende.” (Job 33:12-14)
En la versión de Lenguaje Actual, lo dice más claro
aún: ¿Por qué te quejas de que Dios no
te responde? Estás muy equivocado; Dios es más grande que nosotros. Tal vez no
nos damos cuenta, pero Dios no deja de hablarnos.
Debemos entender que Dios es un Dios justo y
omnipotente. Sé que has escuchado mil veces decir que “Dios está siempre
contigo”, que “Dios nunca te deja solo” y todas esas cosas que un amigo o
pastor te dice cuando necesitas aliento.
Pero yo hoy no quiero darte aliento con esto, sino
traerte paz para el resto de tu vida. El backstage de tu vida es gigante, y el
único tan Grande que puede controlarlo, es el mismísimo Dios. Dedícate a ser
protagonista de tu vida, vive tus fracasos, vive tus éxitos, celebra, ríe,
llora, ama; pero nunca olvides agradecer cada día, a Aquel que hace que todo
eso sea posible: El mejor director de la
historia, Dios.