Mezclada con el mundo
¿Cómo,
pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo
predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los
pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! (Romanos
10:14-15)
Yo no sé cómo llegaste a Cristo, no sé si vienes de
familia cristiana o si te evangelizaron, pero lo cierto es que “alguien” te
habló del amor de Dios y desde ese entonces tu vida cambió.
Hoy día, hay muchas almas sin conocimiento de la
Salvación, y no es por falta de misericordia divina, sino por falta de pies
bellos que la prediquen. Dios llama a tantos, pero son tan pocos los que se
animan a seguirle. Y lo más triste, es que no todos los que lo siguen lo
obedecen.
He sido muy criticada por el tema que hoy voy a tocar, y
es el de: La ayuda espiritual. En mi corazón Dios puso la necesidad de escribir
sobre esto tan mal visto hoy día. ¿Por qué mal visto? Porque mezclarse con los
del mundo, se ha tornado “pecado” para muchos, cuando en realidad nuestra
misión es “ID por todas las naciones y
predicar el evangelio a toda criatura”.
Si nosotros sólo hablamos de Dios con cristianos, ¿Cómo
llegaremos a los incrédulos? Si sólo predicamos en las iglesias, ¿Cómo los
incrédulos llegarán a saber de nuestro Dios? Esto no es nada nuevo, el mismo
versículo de allí arriba lo describe. ¡Qué hermoso es ver llegar a alguien con
las buenas noticias!
Llevo casi 2 años de ser cristiana, y en este tiempo de
lo que más he aprendido y vivido fue de ayuda espiritual. ¿Por qué? Porque mi
familia es incrédula, muchas de mis amistades son incrédulas y me rodeo de
gente incrédula. ¿Porque sean incrédulos voy a dejarlos solos? ¿Voy a dejarles
de hablar? ¿O mejor doy el ejemplo y predico con mi testimonio?
Sí, es difícil, hay muchas tentaciones y
confrontaciones. He tenido discusiones, he sido discriminada, pero así también
he visto cambios en mi familia, mis amistades se han acercado a preguntarme
sobre Dios y he logrado estar en paz con ellos.
Mezclarse en el mundo no significa comportarse como
ellos. La Biblia nos exhorta a no comportarnos como el mundo, ¡Pero no nos dice
que no nos mezclemos, al contrario, nos manda a ir al mundo!
“Predica la
Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima
con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. Porque llegará el tiempo en que no
van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se
rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de
escuchar la verdad y se volverán a los mitos. Tú, por el contrario, sé prudente
en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la
evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio.” (2 Timoteo 4:2-5)
Es necesario ayudar espiritualmente a las personas, ya
que es Dios quien habla a través nuestro cuando lo hacemos. Ten cuidado, sólo
esto es recomendable hacerlo cuando espiritualmente nosotros estamos bien. Si
nos acercamos para ayudar a alguien, estemos seguros en nuestra fe que ese es
nuestro objetivo y no nos dejemos contaminar por su falta de fe.
Hay que tener cuidado ya que malos espíritus hay en todo
momento, y la lucha espiritual a la que te enfrentas al ayudar a alguien es
grande. La Palabra misma asegura que el problema de muchos incrédulos, es que
les han contado novelas y han creído en ellas, porque no hubieron pies bellos
que llegaran a esas personas.
Tantos mitos, leyendas, religiones, creencias existen
hoy día, que es necesario que tus dos pies se afirmen y dediquen a predicar la
única verdad: Jesús.
Yo he decidido mezclarme con el mundo, he decidido
soportar críticas con tal de ganar siquiera un alma para el Señor. He
sacrificado mucho en estos 2 años de cristiana, con tal de ayudar
espiritualmente a un alma necesitada. ¿Y tú qué decides?
“Cuando muchos de
los seguidores de Jesús le oyeron enseñar esto, dijeron: -Esto que dices es muy
difícil de aceptar. ¿Quién puede estar de acuerdo contigo?. Pero Jesús les
respondió: -¿Esto los ofende?” (Juan 6:60-61)
Por cierto, tu verdad, la verdad que prediques,
ofenderá; pero no te preocupes, Jesús mismo menciona que habrían ofendidos.
Pero si vemos la vida de nuestro Maestro, Él nunca dejó de recibir el apoyo de
Dios.
Si tú no te mezclas con el mundo, el mundo no se
mezclará nunca con Dios.