Me caí 100 veces, me levanté 101


Las dificultades que tenemos son pequeñas, y no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos llenará de la gloria que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa. 2 Corintios 4:17

Otra vez volví a lo mismo. No puedo más. Ya esta vez digo basta. ¿De qué me sirve seguir adelante si vuelvo a hacer lo que hacía? Muchas veces nos preguntamos o decimos esas cosas frente a las situaciones que debemos enfrentar día a día.

Cuantas más caídas, más nos cuesta levantarnos. Cuanto más le fallamos a Dios, más nos cuesta reconciliar nuestra relación con Él. Cuanto más pecamos, más alejamos el amor que Dios nos tiene. Pero hoy déjame decirte algo, Dios en la biblia nos ha tratado de decir una y otra vez: No te rindas.

Aunque caigas, no te rindas. Aunque falles, no te rindas. Aunque peques, no te rindas. ¡Como Hijo de Dios se te ha dado el poder de superar todo lo que se te presente! Tú me dirás claro que es más fácil decirlo que hacerlo. En mi corta vida me he caído muchas veces, el enemigo disfrutaba verme mal porque eso es lo que él busca, y llegó el día en que dije: No me voy a rendir.

Proverbios fue el primer libro de la biblia que leí, recuerdo que muchas veces leía algunos versículos más de una vez. ¿Sabes por qué? Porque es un manual para levantarte cuando caigas. Me ha enseñado que debía alejarme de las amistades que no me hacían bien, de la gente mentirosa, alejarte de las cosas que te están haciendo caer, de las cosas que están impidiendo que tu relación con Dios crezca.

Hay un proverbio en especial que llamó mi atención: No tiendas trampas al hombre honrado, ni destruyas la casa donde vive. No importa cuantas veces caiga, siempre se levantará. En cambio, el malvado cae y no vuelve a levantarse. Proverbios 24:15-16. ¿Quién es el hombre honrado? Un hijo de Dios es. ¿Qué quiere decir éste proverbio? Que la próxima vez que el enemigo quiera hacerte caer, tú tendrás la autoridad de decirle: “Oye, no me tiendas trampas, no trates de destruirme porque SOY un Hijo de Dios. No importa cuantas veces caiga, SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE, me levantaré”.

En Corintios Pablo nos dice, que las dificultades no durarán para siempre. Pero GRACIAS a ellas, luego disfrutaremos de tener un lugar al lado de nuestro Padre. Entonces, ¿Qué esperas para levantarte? Ya no es tiempo de decir “No puedo más”, es tiempo de enfrentar al enemigo, hablarle con el poder que se te ha dado y decirle: YA NO, YA NO TE METERÁS CONMIGO.

Si hoy decides depositar tu confianza en el Señor y derramar delante de Él tu corazón, la caminata se hará segura, firme e invenciblemente fuerte. Aunque tropieces, aunque tengas obstáculos: ¡No te rindas! ¡Un hijo de Dios se cae 100 veces y se levanta 101!.

Perder para ganar


Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio para contar todas sus obras. Salmos 73:28

Manuel, un adolescente que no conocía a Dios, se sentía abatido por los problemas en su casa, tenía una novia que no lo respetaba, sacaba malas notas en la universidad, no sabía más que hacer para entender a sus padres. Un día Manuel cansado de todo, llegó a su casa, se encerró en su recamara o su habitación, ese era su “refugio”, pero en vez de aliviarse se ponía más triste. En su soledad pensaba en todo lo que le iba mal, en su mente sólo reinaba la frase “Nunca tu vida va a ser diferente”.

Al día siguiente, Manuel estaba esperando al bus para ir a su universidad nuevamente. Todo era una rutina, ya no tenía esperanzas, y de repente pensando en su vida, pasó el bus que debía tomar y antes de echar un insulto al aire como solía hacer, leyó una frase que había en un cartel pegado en el bus que acababa de perder: “Deja que Dios sea tu refugio”. Manuel no sabía ni cómo, ni por qué, ni para qué había leído esa frase, pero ciertamente atrajo su atención. Tanto fue, que leyó la dirección de la iglesia que había debajo de aquella frase y en vez de ir a su universidad, se fue directamente a ese lugar.

Conoció a Dios y su vida cambió totalmente. Hizo de Dios su REFUGIO. Encontró la fortaleza que necesitaba, las esperanzas de que su vida sí podía cambiar, de que había alguien que lo miraba llorar en su habitación. Empezó a hablar de Dios por todo lugar al que iba. ¿Pero cómo es que Manuel antes no había notado ese cartel?. La respuesta es muy simple: a veces estamos TAN ocupados pensando en los problemas que nos rodean, que no vemos el mensaje de Dios frente a nuestros ojos.

Dios constantemente nos está hablando, Él siempre quiere alimentar esa relación que tiene con nosotros, pero muchas veces pensamos que el mensaje está lejos de nosotros, que debemos hacer hasta lo imposible para descubrirlo cuando en realidad mismo en la Biblia nos dice El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón>> Romanos 10:8. No debes de buscar y buscar lo que Dios quiere decirte hasta cansarte, debes aprender a abrir los ojos.

Y tú me dirás, ¿Y cómo hago? Para que Manuel leyera ese cartel que marcó su vida, tuvo que haber PERDIDO el bus. Para que nosotros aprendamos a escuchar lo que Dios quiere decirnos, tenemos que saber que hay cosas que debemos PERDER. ¿Qué cosas? El orgullo, el egoísmo, el pensar que podrás hacer todo sólo, el creer que llegarás a tener mucho éxito por tu propio esfuerzo. Solamente si hacemos de Dios nuestro refugio prosperaremos.

En Job 22:21-23 dice "Sométete a Dios; ponte en paz con él, y volverá a ti la prosperidad. Acepta la enseñanza que mana de su boca; ¡grábate sus palabras en el corazón! Si te vuelves al Todopoderoso y alejas de tu casa la maldad, serás del todo restaurado".

Cuando aquellas trabas desaparezcan, te darás cuenta de que lo que Dios quiere decirte está más cerca de lo que tú crees. ¡Es hora de que escuches, que prestes atención! Dios te está hablando. Manuel lo escuchó y empezó a dar testimonio con su propia vida. ¿Has sido tu un “Manuel” alguna vez? ¿Qué haces que no estás dando testimonio con tu vida?


¡Yo tengo fe!... Yo, ¿Tengo fe?


Charles H. Spurgeon fue un famoso pastor bautista británico del siglo XIX. Sus sermones fueron traducidos en diversos idiomas y es el escritor cristiano que más libros y publicaciones ha hecho. Una vez leí una parte de uno de sus textos que dice así:

“La fe nunca prospera más que cuando todas las cosas le son contrarias: las tormentas son sus entrenadores y los relámpagos son sus iluminadores. Cuando en el mar reina calma, extiende como quieras las velas, la nave no marchará hacia su puerto, pues en un mar dormido la quilla duerme también. Deja que los vientos soplen furiosamente y que las aguas se agiten, pues es así como el barco podrá llegar al puerto deseado, aunque se balancee de un lado al otro, y aunque su cubierta se lave con las olas, y el mástil cruja bajo la presión de las infladas velas. Ninguna flor tiene un azul tan hermoso como las que crecen al pie de los helados ventisqueros. Ninguna estrella brilla más que las que fulguran en el cielo polar; ninguna agua tiene un gusto más agradable que la que corre por el desierto de arena, y ninguna fe es tan preciosa como la que vive y triunfa en la adversidad.”

Esto me recordó a cuando Santiago escribió <<Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y capaces de obedecer lo que se les ordene.>> Santiago 1:3-4

Como humanos no podemos superar las dificultades solos. Algunos prefieren quedarse sentados esperando a que pase, otros se deprimen, otros luchan hasta cansarse; y, sin embargo, los únicos que superan las dificultades son aquellos que depositan su confianza total en Dios.

Santiago nos explicaba que cuando esa confianza sea probada en medio de una dificultad, allí es cuando menos debes soltarla. Habla de resistir la prueba hasta el final, debes resistirlo en su totalidad, no puedes decir “Señor, confío en Ti” y a la siguiente semana estar otra vez con tristeza en tu corazón. Dios quiere que tu confianza dure desde el principio hasta el final aunque te cueste.

Spurgeon se refería a la prueba y a la fe como a una tormenta y un barco. Él dice ¿Cómo crecerá tu fe si no tienes una prueba que superar? ¿Cómo un barco puede navegar si no hay fuertes vientos para que empujen las velas? Aunque mediante esa prueba titubees, aunque sientas que las olas te llegan a tapar, no dudes en ningún momento del propósito que tiene Dios para ti cuando llegues al puerto, cuando esa prueba termine.

En la Biblia dice "Tú, Dios mío, nos pusiste a prueba, para ver si éramos fieles. " Salmos 66:10. Él quiere saber cuan fiel eres para saber cuánto podrá darte después. Si tú confías en Dios, Él confiará en ti a la hora de querer darte un mensaje. Sabe que si eres fuerte en las adversidades, la recompensa cuando esa prueba pase será aún mayor.

También en Eclesiastés 7:14 leemos "Por eso, cuando vengan los buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando lleguen los tiempos malos ponte a pensar que todo viene de Dios, y que nunca sabemos lo que nos espera." Nosotros no sabemos en medio de la prueba cuál será el final, ni cuándo ni el propósito con el que fuimos puestos allí. Pero sí sabemos que tenemos un Dios que tiene algo preparado para darnos al final. En vez de preguntarle a Dios: “Señor, ¿POR QUÉ a mi?”, empecemos a preguntarle: “Señor, ¿PARA QUÉ a mi?”. Siempre de una prueba sacarás resultados positivos, ya sea, aprender, crecer, superarte, aumentar tu confianza, perfeccionarte. Sin duda que saldremos de esa prueba victoriosos si mantenemos nuestra fe.

Como dijo Spurgeon: “Ninguna fe es tan preciosa como la que vive y triunfa en la adversidad”.Aprende a ser un buen marinero cuando se presente una tormenta, recuerda que allí es cuando más debes extender las velas, allí es en donde más firme debes mantener tu fe en Dios. El Señor siempre tendrá un plan para cuando tú superes esa prueba, sólo confía y llegaras más rápido al puerto.

Confianza absoluta, respuesta inmediata


Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido. Mateo 7:7-8

Cuenta la biblia en Mateo 8:5-13 la historia de un capitán romano. Jesús estaba pasando por el pueblo de Cafarnaúm cuando se le acerca éste hombre. Yo lo imagino todo con vestimenta de guerra, serio, fuerte, con una mirada desafiante y lo primero que hizo al ver a Jesús fue decirle: “Señor”. Ese capitán del ejército romano lo primero que hizo, ANTES de pedirle algo a Jesús, fue reconocerlo como Señor.

Luego le contó a Jesús que su sirviente estaba enfermo, en su casa, tenía dolores y no podía moverse. Yo imagino que para un capitán del ejército es muy importante tener un sirviente activo, que esté sano para ayudarlo, llevarle sus ropas, los alimentos, tendría que ser joven, y el sirviente de este capitán estaba totalmente inmovilizado en su casa. Jesús sabiendo esto sin dudarlo le dijo: “IRÉ a sanarlo”. ¿Si tú le dices “Señor, ayúdame”, no escuchas Su voz diciendo “allí IRÉ”? Jesús sabiendo la importancia de lo que en este momento de tu vida te está pasando, no duda en decirte: IRÉ a sanarte. IRÉ, IRÉ, IRÉ. El Rey de Reyes mismo se está poniendo a tu servicio para ayudarte, ¿No es hermoso su amor?.

El capitán sin embargo le respondió: > ¿Qué le estaba diciendo el capitán a Jesús con esto? “Señor, se que tú tienes poder sobre TODO y confío en que puedes hacer TODO, nada es imposible para ti”. El capitán romano sabía que si Jesús solamente ordenaba sanidad sobre su sirviente, éste sanaría. Tenía una total confianza sobre el poder de Cristo. El capitán no tuvo que esperar ni siquiera minutos, la respuesta fue inmediata gracias a su fe y confianza.

¡Cuántos de nosotros debemos de aprender de éste hombre! Día tras día oramos al Señor diciéndole: “Señor, dame esto y aquello para poder resolver este problema; y dame esto otro para resolver el otro problema que tengo; y Señor necesito tal cosa para hacer tal otra”, en vez de decirle “Señor, confío en Ti y se que lo resolverás, sólo hazlo porque se que tienes el poder.”

Más atrás en Mateo 7:7-8 dice:

PIDAN a Dios: y Él les DARÁ.
HABLEN con Dios: y ENCONTRARÁN lo que buscan.
LLÁMENLO: y Él los ATENDERÁ.

¿Pero qué dice luego? Porque el que CONFÍA en Dios recibe, encuentra y es atendido. El que confía, la que confía, los que confiamos. Si aprendemos de este capitán romano y buscamos a Jesús diciéndole de corazón “Señor, ayúdame”, Él no nos negará su ayuda sino que nos dirá: IRÉ a ayudarte. IRÉ a darte lo que me estás pidiendo, IRÉ a atender tus oraciones y peticiones, IRÉ a darte un trabajo, salud, fuerzas, paz, todo lo que estés buscando, lo encontrarás. Solamente debes de hacerlo con confianza, y el Señor con todo su amor y misericordia, no dudará en decirte: Hijo mío, ahí voy.

¡Estamos PotenciaDios!


La palabra “potencial” significa: Fuerza o poder del que se dispone para lograr un fin. La he escuchado miles de veces y miles de veces también la he leído, sabía lo que era pero no le veía una utilidad a esa simple palabra. Muchas veces he escuchado la frase “explota el potencial que hay en ti”, pero para mí carecía de sentido. Hoy he entendido algo, el potencial que los Hijos de Dios tenemos dentro es a Cristo, y ¡Claro que debemos de explotarlo!.

¿Qué quiero decir con EXPLOTARLO? Que ese potencial debemos utilizarlo, gastarlo, explotarlo, hacer TODO lo que hagamos por medio de Cristo. Pablo por ejemplo, aprendió con el tiempo a utilizar ese potencial. En Filipenses 4:11-13, él escribió << No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. >>

Sin duda este es uno de mis versículos que más presente tengo en mi diario vivir. Frente a cada tropiezo, a cada error, frente a cada obstáculo o cada meta que quiero cumplir me repito: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Ahora bien, este potencial no sólo se aplica en las situaciones que llamamos “difíciles”. Pablo cuando les escribía a los hermanos que estaban en Filipos dice que ha aprendido a estar satisfecho en CUALQUIER situación. Nombra a la abundancia, a quedar saciado y a tener de sobra. ¿Qué significa esto? Que también en las situaciones victoriosas debemos tener nuestro potencial activo que nos recuerde que esa victoria ha sido gracias a Cristo. Que cuando Dios ponga algún proyecto o sueño en tu corazón, sepas que lo podrás hacer también en Cristo. ¡Es hora de explotar tu potencial!

La palabra correcta sería “POTENCIADOS”, pero nosotros, al ser nuestra potencia el mismo Dios, estamos ¡POTENCIADIOS!. Estoy segura de que tienes sueños, estoy segura de que tienes metas, planes, proyectos, estoy segura de que también pasas por situaciones dolorosas, problemas económicos, malas notas en exámenes, estoy segura de que tengas momentos en que no puedas controlar lo que estés pasando, pero déjame decirte algo: Lo que para ti está fuera de control, está dentro del control de Dios; lo que para ti es una locura, para Dios es un propósito en ti; lo que te supera a ti, no supera a Dios; lo que para ti es imposible, es posible para Dios (Lucas 18:27). Solamente debes de recordar que ese potencial, está en ti.

Jesús en Marcos 9:23 nos dice << Si puedes creer, al que cree todo le es posible >>. Si crees que con Cristo todo lo puedes, todo lo podrás. Si crees que ese potencial en ti te hará salir adelante, superarte, te hará crecer, ¡así será!. Ser potenciados es tener la fuerza o ayuda necesaria para que una cosa crezca, se desarrolle o tenga éxito; ser Potenciadios es tener a Cristo, quien es tu fuerza y ayuda, para crecer, desarrollarte y tener éxito en cada paso que des.

El Padre Perfecto


Entre la gente iba una mujer que había estado enferma durante doce años, pues perdía mucha sangre. Había gastado en médicos todo el dinero que tenía, pero ellos no habían podido sanarla; más bien, la maltrataron más. Cada día se ponía más enferma. La mujer había oído hablar de Jesús, y pensaba: "Si tan sólo pudiera tocar su ropa, sanaría". Por eso, cuando vio a Jesús, se abrió paso entre la gente, se le acercó por detrás y le tocó la ropa. Inmediatamente dejó de sangrar y supo que ya estaba sana. Jesús se dio cuenta de que había salido poder de él. Entonces miró a la gente y preguntó: -¿Quién me tocó la ropa?. Sus discípulos le respondieron: -¡Mira cómo se amontona la gente sobre ti! ¿Y todavía preguntas quién te tocó la ropa?. Pero Jesús miraba y miraba a la gente para descubrir quién lo había tocado. Marcos 5:25-32

Muchas veces he leído esta historia de la Biblia pero nunca la había entendido como lo he hecho hoy. Déjame contarte. Una mujer se entera de que está enferma, va de médico en médico, pierde su tiempo, pierde su dinero, se enfermaba más y más, hasta que un día oyó de Jesús, lo buscó y se sanó.

A mi me resultaba muy claro este pasaje, a simple vista nos deja la enseñanza de que si confiamos de corazón en Jesús y creemos que no hay nada imposible para Él, así se nos cumplirá lo que a Él pedimos. Pero en mi interior algo me decía: léelo nuevamente, hay algo más allí. Hasta que comprendí.

Cuando se refiere a los médicos se refiere a los hombres. ¿Cuántas veces hemos buscado primero el favor de los hombres y no el favor de Dios? ¿Cuántas veces nuestro corazón ha estado triste, solitario y desgastado y lo primero que hizo fue buscar un consejo de hombres y no de Dios? Así como ésta mujer gastaba su dinero, iba de médico en médico y se daba cuenta de que eso no daba resultado, así nosotros frente a algún problema vamos de amigo en amigo en busca de consejo, perdemos el tiempo en preocuparnos, como dice el versículo <nos enfermamos más>. Hasta que oímos de Jesús, como cristianos nuestra primera actitud frente a un problema, frente a un obstáculo debe ser: Buscar a Dios y confiar en Él.

¿Cómo es Dios como Padre?

Dios no te va a decir “No tengo tiempo para ti”, “Estoy ocupado”, “Yo si fuera tú me olvido de ese problema”, “Debes hacer tal y tal cosa, así estás haciendo todo mal”, esas palabras son palabras de hombres. Entonces hay algo que primero debemos de tener en cuenta:

<< Querido jovencito, no rechaces la instrucción de Dios ni te enojes cuando te reprenda. Porque Dios corrige a quienes ama, como corrige un padre a sus hijos.>> Proverbios 3:11-12. Cuando busques a Dios Él no te va a rechazar, Él te tratará como un hijo, te dará instrucción, te corregirá con amor, te tratará como la niña de Sus ojos. Ya deja de buscar y confiar en hombres, empieza a confiar más en tu Padre Celestial. ¿Por qué? Porque confiar en Él y obedecerle, es la mayor muestra de honra y amor que puedes tenerle.

En muchos países ya se acerca la fecha del “Día del padre”. Para nosotros los cristianos, TODOS los días son días del Padre. Todos los días sabemos que tenemos un Papá que está con nosotros desde el momento en que despertamos hasta el momento en que nos acostamos, y no sólo eso, ¡Mientras dormimos aún nos cuida!. ¿Quién mejor padre que nuestro Dios? Por eso debemos de honrarlo, día a día. Debemos demostrarle nuestro amor, debemos demostrarle que en nuestro corazón está Su espíritu, debemos de decirle “Papá, Te amo” cada día de nuestras vidas.

Y tú me dirás, ¿Qué tiene que ver el día del padre con la historia de la mujer enferma? En la historia se me reveló una tercera enseñanza. Jesús estaba rodeado de una multitud de gente, imagínate los empujones, imagínate lo incómodo que era para Él caminar entre tantas personas. SIN EMBARGO, cuando esta mujer tocó su túnica Jesús se detuvo. “¿Quién tocó mi ropa?”, Jesús estaba diciendo: ¿Quién me está buscando? ¿Quién me necesita?. Los discípulos desesperados al ver que tanta gente lo agarraba, lo tocaba, lo empujaba, le dijeron “¡Mira cómo se amontona la gente sobre ti! ¿Y todavía preguntas quién te tocó la ropa?”. ¡SÍ, Jesús entre tanta gente estaba buscando y mirando quien lo había tocado!. ¿Qué hizo la mujer para que Jesús notara la diferencia en medio de la multitud? La respuesta es: La mujer lo buscó CON FE EN SU CORAZÓN.

¿Qué debemos hacer nosotros como Hijos?

Cuando nosotros vamos en nuestro papel de Hijos, en nuestro papel de un corazón sincero que necesita el amor de un Padre ante Dios, Él se dará cuenta y dirá como Jesús dijo en medio de tanta multitud “¿Quién tocó mi ropa?”, Dios sabe cuándo un Hijo lo necesita, Dios sabe cuándo un Hijo lo está buscando, Él oye tus oraciones. Muchos cristianos piensan “¿Justo a mi me va a escuchar Dios?” SÍ, justo a ti te va a escuchar Dios. Él está esperando que seamos como esa mujer, que en medio de los problemas, que en medio de tanta gente, que en medio de lo que nos impida acercarnos a Él, marquemos la diferencia y que “toquemos su túnica”, Él quiere que lo busquemos con fe, que tengamos en cuenta que Él es nuestro PADRE.

Levántate de hoy en más, adopta éstas actitudes aunque cueste y dile “Papá, Te amo, se que soy un Hijo especial para ti”. Para Dios tú no eres como “la multitud” que rodeaba a Jesús, para Dios tú eres como la mujer, eres especial, Él siente que tú lo estás buscando. Confiar en Dios de todo corazón, Buscarlo a Él primero y Buscarlo con FE en que Él siendo el Padre perfecto nos cuidará como a sus hijos, es el mejor regalo del día del padre que puedes hacerle a Dios.

El diario íntimo de Dios


Imaginemos que se estrena una película llamada “El diario íntimo de Dios”. Los protagonistas son tú y tu Padre celestial. La sinopsis de la película es: Dios tiene un diario íntimo, en el que describe cada día de tu vida. Dios escribe todos tus pensamientos, tus sentimientos y tus actividades en ese cuaderno o libro. Ahora bien, prestemos atención a cómo sería “El diario íntimo de Dios”:

Día Lunes: Cuánto Te amo

Hoy mi hijo/a se despertó temprano para comenzar con sus actividades semanales. Debe pensar como dice el dicho “Al que madruga, Yo lo ayudo”; eso es una mentira, debería de saber que Yo siempre lo ayudaré y que me alegra que madrugue porque Me demuestra que no lo domina la pereza (Proverbios 6:6-11). Me dijo al levantar “Buenos días Papi, encomiendo mi día a Ti, guíame hoy Señor y que se haga tu Voluntad”; ¡Qué feliz me hace mi hijo/a! ¡Ay si supiera cuánto lo/a amo!. Lo/a he llamado/a HIJO/A <  ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! > (1 Juan 3:1). Lo/a amo desde antes de que existiera, pasé días y noches enteras planificando metas, sueños y proyectos para depositar en él/ella. Lo/la he hecho único/a, he hecho diferente a cada uno de mis hijos. Luego llegada la noche se que piensa “¡Uf! Qué día agotador, y eso que es sólo Lunes”, pero Hijo/a no te olvides que he dicho: “Venid a mi todos los que están trabajados y cargados y Yo los haré descansar” Mateo 11:28.

Día martes: No te rindas

Hoy mi hijo/a se levantó con sus fuerzas renovadas como el águila, ¡Cada día le doy lo mejor! (Salmos 103:5). Llega a su trabajo, a su universidad… vaya, ¿Qué es lo que veo? Creo que mi Hijo/a se ha cruzado con un ayudante de Satanás. Ese ayudante por fuera parece una persona de bien pero no lo es (2 Corintios 11:14-15). No me gusta cuando esto sucede, esas personas les dicen “No podrás hacerlo”, “No eres capaz de hacer nada bien”, “No sirves para hacer tal cosa”, “Eres muy joven y fallarás”. ¡No escuchen nada de lo que estas personas les digan! HIJO/A tú eres mi ELEGIDO/A (Juan 15:16). Tú eres mi especial tesoro, he puesto en ti dones que ni tú mismo conoces, te he hecho fuerte, valiente e inteligente. ¡Te he dado poder para pisotear y derrotar a Satanás y a sus ayudantes, NO te rindas! (Lucas 10:19). Sí Hijo/a, qué bueno que lo hayas recordado, qué bueno que hayas recordado cuando en Juan 14:27 te digo < La PAZ les dejo; mi PAZ les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.>. Qué lindo es escucharte hablar en la noche y me digas < En PAZ me acostaré y así mismo dormiré porque sólo Tú Jehová, me haces vivir confiado/a >. Claro que te cuidaré mientras duermes, Yo siempre estoy despierto cuidando a cada uno de mis Hijos, no temas.

Día miércoles: Pídeme y te daré

Hoy ha sido un día muy tranquilo. Mi Hijo/a ha estado ayunando y orando por la salud de su familiar. Sí Hijo/a, escucho con mucha atención y te concedo los deseos de tu corazón cuando te deleitas en Mí (Salmos 37:4). Cuando tú clamas a mi, yo te libro tus angustias, yo cumplo tus peticiones (Salmos 34:17; 107:19-20). Yo conozco todas tus necesidades, Yo conozco todo lo que tú me quieres pedir aunque no te atrevas a hacerlo, ya no debes preocuparte por esas cosas, Yo te las daré (Mateo 6:31-33). Ya enjuagaré cada lágrima de tus ojos (Apocalipsis 21:4). Todo lo bueno lo recibes de mi, Yo soy quien te Ama y actuaré siempre en tu favor, nunca cambiaré (Santiago 1:17). Gracias por Confiar en Mí hijo/a, eso me agrada mucho. Verás que pronto ese familiar tuyo, ese amigo tuyo, estará sano nuevamente.

Día Jueves: Hombre probado

Hoy mi Hijo/a ha estado enojado conmigo. ¿Qué acaso no entiende que lo Amo y que mi amor es Eterno? (Jeremías 31:3). Lo que sucede es que no le gusta que lo ponga a prueba. Hijo/a, yo amo la rectitud y por eso pruebo tu corazón (1 Crónicas 29:17); debes entender que lo hago con amor hacia ti para ver si tú me amas. Cuando yo te pongo a prueba, es para purificarte y perfeccionarte, no para dañarte (Salmos 26:2; 66:10). A veces quiero que tú mismo te pruebes, que te examines para que veas si realmente me tienes en tu corazón (2 Corintios 13:5). Hijo/a, debes entender que las pruebas producen Constancia (Santiago 1:3). ¿Qué es la constancia? La constancia es la paciencia, la perseverancia; las pruebas te ayudarán a fortalecerte para no caer. Hijo/a, me gusta cuando me dices < Dios mío, mira en el fondo de mi corazón, y pon a prueba mis pensamientos. Dime si mi conducta no te agrada, enséñame a vivir como quieres que yo viva > (Salmos 139:23-24). ¡Claro que te ayudaré a superar esa prueba! ¡Claro que te enseñaré a vivir según mi Voluntad! Pero no te enojes, hazlo con un corazón humilde, sincero y transparente, eso es lo que quiero de ti.

Día viernes: Mi Propósito en ti

Hoy mi Hijo/a se ha sentido presionado. No me agradan algunas de sus amistades, lo ponen bajo presión a la hora de tomar decisiones y se olvidan de Mí primero. Quiero que te alejes de esas personas que obstruyen tu camino hacia mí, esas personas que te lastiman, que te desaniman, que te quitan energía. Te he dado la capacidad de elegir entre lo bueno y lo malo, entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición (Deuteronomio 30:19). Te di la capacidad de orar, de platicar conmigo, no la desperdicies. Pregúntame cuál es mi Propósito en ti antes de tomar una decisión, no preguntes a aquellos que se hacen llamar “tus amigos”. Entiende que < Yo sé muy bien los planes que tengo para ti, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza > (Jeremías 29:11). Yo tengo muchas cosas por revelarte, tengo muchos secretos que quiero compartir contigo, no tengas miedo y pregúntame cuál es mi propósito en ti, y te responderé (Jeremías 33:3).

Día sábado: Pasado pisado

Hoy mi hijo/a ha tenido un día excelente. Lo he acompañado desde que se despertó hasta que se acostó. Pero algo llamó mi atención: Mi hijo/a a la hora de dormir, una vez que ya estaba recostado en su cama, empezó a tener recuerdos de su vida pasada, su vida antes de aceptarme en su corazón. Recordaba aquellas amistades, aquellas salidas, aquellas películas que no debía ver y vio, aquel cigarrillo, aquella bebida alcohólica que tomó. Y esto lo angustia mucho, piensa que Yo, su Padre, no puedo perdonarlo. Hijo/a, ¿Cómo es que piensas que yo no tengo el Poder de perdonarte? Yo te AMO, envié a mi Hijo Jesucristo para borrar tu pasado, para perdonarte, para mostrarte mi Amor (Romanos 5:8). < Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! > (2 Corintios 5:17). Ya no quiero que pienses más en los errores que cometiste, no quiero que pienses más en lo que te has equivocado, yo nunca más me acordaré de esas cosas (Hebreos 10:17). Quiero que de hoy en más olvides lo que queda atrás y te esfuerces por alcanzar lo que está delante. (Filipenses 3:13).

Día domingo: No te olvides de Mí

Hoy termina la semana. Separé éste día para pasarlo contigo, < pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios> (Éxodo 20:10). Cuando tú estás en el templo Alabándome, cuando tú extiendes tus brazos hacia Mí, no sólo estás ofreciéndote hacia Mí sino que también tus brazos extendidos significan que estás dispuesto a Recibir lo que quiero darte. No quiero que éste día te olvides de Mí. Y no hablo sólo de cuando tú estás en el templo. Déjame darte un ejemplo: Cuando recibes un abrazo de una persona que hace mucho tiempo no veías, ¿Acaso no soy YO quien te abraza?; Cuando tú recibes una mejoría en tu trabajo, ¿Acaso no soy YO quien te quiere dar esa mejoría?; Cuando tú sacas buenas notas en un examen, ¿Acaso no soy YO quien te ayuda?. Hijo/a, no te olvides de Mí ni en las pequeñas cosas. Éste último día de la semana, no quiero que lo utilices sólo para alabarme; a partir de hoy quiero que éste día recuerdes cómo estuve presente en toda la semana, quiero que recuerdes: CUÁNTO TE AMO, quiero que NO TE RINDAS, quiero que me PIDAS PARA DARTE, quiero que entiendas por qué te PONGO A PRUEBA, quiero que descubras MI PROPÓSITO EN TI, quiero que BORRES TU PASADO, y por sobre todo hijo/a, NO TE OLVIDES DE MÍ.

¡Qué bueno es ser débil!


Pero Dios me ha contestado: "Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad". Por eso, prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mí. Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil. 2 Corintios 12:9-10

Nadie dijo que cuando tú aceptaras a Cristo como tu Salvador la vida sería más sencilla. Seguramente has tenido muchas dificultades desde el momento en que tu corazón recibió al Espíritu de Dios; seguramente muchas las has superado y muchas las estás atravesando en estos momentos.

Jesús mismo nos dijo en Juan 16:33 << Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. >>. Él nos advertía que íbamos a tener obstáculos en el camino, Él nos decía que pasaríamos por momentos en los que preferiríamos que “la tierra nos tragara”. Antes de éste pasaje, en Juan 16:32 Jesús había dicho << Miren que la hora viene, y ya está aquí, en que ustedes serán dispersados, y cada uno se irá a su propia casa y a mí me dejarán solo. Sin embargo, solo no estoy, porque el Padre está conmigo. >>

Jesús nos estaba diciendo: “Llegará un momento en que tus amistades, tus familiares, tus afectos se irán cada uno a su casa y te dejarán sólo; SIN EMBARGO, sólo no estarás porque el Padre estará contigo”. Nosotros al seguir a Cristo sufrimos dificultades que Él también ha sufrido (2 Corintios 1:5; aunque no con la gravedad que Jesús lo padeció): sean traiciones, humillaciones, abandono, tristeza. Pero así como Cristo las VENCIÓ, nosotros también las VENCEREMOS porque somos hijos del mismo Padre.

Pablo en la segunda carta a los Corintios, nombra mucho la tristeza que sentía por lo que estaba padeciendo. Había recibido latigazos, estaba en la cárcel, pasaba hambre, era maltratado, le pegaron con varas y hasta le tiraron piedras por anunciar la buena noticia. Pablo clamaba “Señor, quítame éste sufrimiento, ¡quítamelo!, siento como si Satanás me clavara una espina para hacerme sufrir”. Y a pesar de todo esto Pablo dijo: << Si de algo puedo estar orgulloso, es de lo débil que soy. >> 2 Corintios 11:30. Nosotros diríamos ¿Pablo acaso estaba LOCO? ¿Cómo puede tener paz en medio de tanta tormenta?

Pablo encontró Paz porque Dios le respondió. La respuesta la encontramos en 2 Corintios 12:9 << Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad >>. ¡Cómo no tener paz luego de que tu Padre te diga esto!. Cuando estés como Pablo clamándole al Señor “Mi Dios, estoy sufriendo, quítame esta espina que siento, quítame esta enfermedad, quítame los obstáculos” recuerda que Dios ya te ha respondido: Mi amor es todo lo que necesitas.

Dios no te pide nada a cambio, es por su Gracia que tenemos su Amor. Solamente debes de confiar en Él hasta en la peor de las tormentas. Al final de la biblia, en Apocalipsis 21:6-7 nos dice << ¡Ya todo está hecho! Yo soy el principio y el fin. Al que tenga sed, le daré a beber del agua de la fuente que da vida eterna, a cambio de nada. A los que triunfen sobre las dificultades y sigan confiando en mí, les daré todo eso, y serán mis hijos, y yo seré su Dios. >>. A cambio de nada Dios quiere ayudarte en tus dificultades, a cambio de nada Él quiere regalarte vida eterna, lo único que debes de hacer es que aún en la prueba más difícil confíes en Él y te aseguro que triunfarás.

Dios mismo te dice << Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. >> Jeremías 29:11. Es hora que en vez de clamar “Señor quítame éste sufrimiento”, clames “Señor, Gracias por haberme hecho débil, porque se que allí me mostrarás más de tu Amor y me sacarás vencedor”.